Iconoclasistas: “Labor y acción. Experiencias artísticas en torno al trabajo”
El dúo conformado por Julia Risler y Pablo Ares inauguró muestra -virtual por supuesto- en el Centro Cultural Kirchner (CCK) hace unas semanas. En esta nota, La tinta habló con ellxs sobre la exposición -accesible online- y su nueva producción publicada: Cartografía de la República Toxica de la Soja.
Por Soledad Sgarella para La tinta
Si podemos rescatar algo bueno en el mundo artístico durante la pandemia es que muchos museos y centros culturales abrieron sus muestras al público, completas, de manera virtual. Esto quiere decir que exposiciones a las que, antes, solo accedíamos si visitábamos Buenos Aires -o cualquier otra ciudad donde usualmente hay más oferta de muestras-, ahora, están disponibles para que lxs campechanxs del interior podamos ver las producciones.
De todas maneras, esto no importa si de Iconoclasistas se trata, porque justamente su identidad está fundamentada en la democratización de contenidos y materiales visuales.
En mitad de mayo, “un fulminante ataque” -según sus palabras- hizo que perdieran el dominio de la página. Si bien lo recuperaron, su web está en reformas y en camino de volver a cargar todos los materiales que había disponibles.
Desde La tinta, hablamos con Julia Risler y le preguntamos sobre la historia de Iconoclasistas, la muestra “Labor y acción. Experiencias artísticas en torno al trabajo” y la nueva cartografía.
Iconoclasistas, como siempre, imperdible y compartible.
—¿Qué ofrece la muestra en el CCK específicamente?
—La mini muestra virtual montada en el CCK visibiliza y disponibiliza la libre descarga de algunos de los materiales que mencioné anteriormente: el póster ¿A quién pertenece la tierra?, un homenaje a las mujeres agricultoras y campesinas del planeta. La pictogramación: un conjunto de imágenes que utilizamos como marcos de categorías y temas al momento de elaborar los procesos de mapeo e investigación colaborativa.
Y el manual de mapeo colectivo.
—¿Nos cuentan un poco la historia de Iconoclasistas?
—Iconoclasistas está formado por Pablo Ares, artista gráfico y diseñador, y Julia Risler, comunicadora, docente e investigadora. Comenzamos a trabajar juntxs en el año 2006, cuando nace el proyecto. Previo a eso, cada unx venía con sus propias prácticas: Pablo fue parte del Grupo de Arte Callejero GAC y yo venía más del mundo estudiantil de la cultura libre. Así que unimos fuerzas interpeladxs por el momento: en una primera etapa, las ganas se centraron en construir herramientas comunicacionales de libre circulación, algo así como panoramas gráficos breves que brindaran herramientas visuales y reflexivas a los movimientos sociales y espacios organizados, y que pudieran ser reapropiadas para su uso en comunicación, activismo y pedagogías. Este tipo de creaciones siempre se acompañaban con muestras en espacios públicos o militantes, y quedaban colgadas en nuestro sitio web. Así, adquirieron mucha difusión y uso.
Ya en 2008, comenzamos con los talleres de mapeo colectivo y, desde ahí, no paramos. Hemos viajado por Latinoamérica donde construimos una red de afectos y trabajo muy potente y amorosa. Y también por algunos países de Europa, sobre todo, la península Ibérica, donde también tenemos muy buenxs amigxs. El mapeo colectivo se fue instalando muy fuertemente como práctica y nos vimos desbordadxs por la demanda. Así que, en 2013, publicamos un manual, donde compartimos metodologías, recursos y experiencias para que cada unx pueda organizar un espacio de investigación colaborativa en distintas territorialidades.
Pasado el tiempo, también generamos espacios de formación en estas herramientas y, hoy, nos encontramos haciendo de todo un poco: investigaciones propias (como el mapamundi ¿A quién pertenece la tierra?), procesos de formación (los últimos viajes fueron a Centroamérica y Portugal) y cartografías colectivas elaboradas a partir de talleres de mapeo e investigación (“República tóxica de la soja” fue elaborado a partir de un espacio de mapeo con activistas e investigadores procedentes de Brasil, Bolivia, Uruguay, Paraguay y Argentina).
—¿Cuáles son los principales motores para hacer, crear, encontrarse, compartir arte?
—Son muchos, por un lado, compartimos la pasión en la creación e invención de nuevos procesos gráficos y pedagógicos, ese es un desafío que está siempre en nuestro horizonte de prácticas.
Por otro, nos estimula muchísimo la construcción de espacios colaborativos para encontrarnos con otrxs, pensar juntxs y elaborar narrativas visuales críticas sobre las temáticas territoriales que buscamos abordar.
Para nosotrxs, que todos estos materiales queden disponibles para bajar libremente es un pilar de nuestra práctica. Son otras formas de elaboración, difusión y circulación que nos acercan a procesos tramados desde epistemologías del sur, feministas y fraternas.
—¿Qué es el Atlas del Agronegocio Transgénico?
—Es una sala cartográfica para reflexionar y señalizar colectivamente las principales problemáticas socioambientales y resistencias organizadas en la llamada “república de la soja transgénica”. Después de dos fructíferos días de intercambios acerca de los avances en la sistematización del atlas que están construyendo lxs organizadores, el tercer día, trabajamos en un espacio de investigación colaborativa junto a personas vinculadas a la agroecología y procedentes de Brasil, Bolivia, Uruguay, Paraguay y Argentina. Dispusimos, en el espacio, ocho mesas que funcionaron a la manera de postas de trabajo temático, cada una conteniendo un recorte territorial que abarcó a los cinco países, pero incluyendo diferentes referencias geográficas (ríos, rutas, límites, etc.).
El objetivo fue reflexionar colectivamente sobre la expansión de la mancha sojera y de otros cultivos transgénicos, el avance de la deforestación y el consecuente ecocidio, la contaminación en ríos y cursos de agua, las muertes por el uso de agrotóxicos (eligiendo casos emblemáticos por país), la infraestructura instalada, las expulsiones, represión y criminalización de las organizaciones campesinas; los pueblos y comunidades en resistencia, y un mapa especial donde señalizar el vínculo entre las mujeres y la agroecología.
Los mapas fueron completados a lo largo de una jornada de trabajo y presentados por los más de 30 participantes en un plenario que sintetizó algunas de las principales temáticas, las cuales serán incluidas en un desplegable de futura publicación, que irá incluido en el atlas.
Participaron organizaciones y redes de agroecología de Bolivia, Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina, en el marco del encuentro organizado por Acción por la Biodiversidad de Argentina y BASE-IS de Paraguay, con apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo, en septiembre del año pasado.
Link al mapa
*Por Soledad Sgarella para La tinta.