El terrorismo de extrema derecha golpea Alemania de nuevo
Un hombre de 46 años mató a diez personas en la ciudad de Hanau. Este ataque se suma a una larga lista de lobos solitarios, células terroristas, asesinatos y planes de la extrema derecha alemana.
Por Carmela Negrete para El Salto Diario
El miércoles 19 de febrero, sobre las diez de la noche, tenía lugar en Hanau una matanza en la que un hombre disparaba contra dos locales frecuentados por extranjeros, así como contra un coche y un kiosco. Diez personas fallecieron y otras tantas resultaron heridas. El atacante volvió a su casa, asesinó a su madre y después se suicidó. La fiscalía general alemana está investigando los ataques porque cree que detrás de éstos se esconde un “acto terrorista” de extrema derecha.
Tobias Rathjen era un desconocido para los servicios secretos y la policía alemana. No podían imaginar, según la versión oficial, que detrás del hombre de 46 años que vivía con su madre en Hanau se hallaba un potencial asesino. Rathjen tenía un BMW negro y licencia de caza. En su vivienda, los policías habrían encontrado un escrito y un vídeo en el que se inculparía del delito. Además, ha salido a la luz un vídeo en el que Rathjen habla en inglés y se dirige al pueblo norteamericano, explicando una serie de teorías del complot: animaba a los estadounidenses a “hacer algo”.
En su web, que no está online pero que puede ser encontrada aún en la red, se podía al parecer leer un mensaje de varias páginas “a todo el pueblo alemán”. En dicho texto explica que muchos alemanes estarían siendo observados por los servicios secretos, que la criminalidad entre extranjeros aumenta, habla de una “especie ganadora” que sería el ser humano, de la necesidad de “aniquilar países con toda su población” para garantizar la supervivencia en el planeta, y otras paranoias varias.
Que un terrorista de estas características pueda tener un problema mental es algo que se ha comentado en numerosas ocasiones, en especial para hablar de “casos aislados”. Sin embargo, dichos actos de odio se encuadran en un ambiente de racismo, xenofobia y anti-islamismo creciente. La co-líder del partido Die Linke, Katja Kipping, aseguraba que “los pensamientos confusos, paranoicos y llenos de odio del atacante racista se enmarcan en un mundo de las ideas, que de forma apabullantemente similar comparten muchos en los círculos de la derecha militante”.
A derribar el sistema
Alternativa por Alemania (AfD, por sus siglas originales) continúa con su estrategia de distanciarse de la violencia neonazi y de presentarse como un “partido de centro”. La portavoz del partido, Alice Weidel, y su jefe de honor, Alexander Gauland, enviaban ayer a la mañana una nota de prensa en la que aseguraban que la noticia de Hanau les había dejado “pasmados”. Ambos aseguraban que sus pensamientos y sus sentimientos “están con las víctimas de esos hechos violentos horribles y con sus familiares”. Gauland no ha sido siempre tan diplomático. Recordemos una vez más que calificó el holocausto como “una cagada de pájaro” en la historia alemana. El mencionar a Alternativa por Alemania en relación a un caso que la fiscalía ha calificado como de posible terrorismo de extrema derecha, no es gratuito ni propaganda electoral. El discurso del partido es tal que ningún partido quiere cooperar con AfD, y en el estado de Turingia se produjo una crisis las pasadas semanas precisamente por esto.
Las palabras de Gauland no solo suenan huecas por sus declaraciones y las de otros colegas de su partido, sino porque todavía resuena en los oídos el discurso que daba el jefe del partido en Turingia, Björn Höcke, el pasado lunes. El fascista Höcke apareció en el aniversario de Pegida y habló una media hora ante miles de personas que le aclamaban. Su discurso, en el que de forma indirecta llamaba a derribar el sistema de “los partidos gastados” con políticos “enfermos mentales”, está siendo investigado por la fiscalía porque podría contener frases y expresiones que supongan una incitación al odio.
Muy significativo fue el hecho de la contramanifestación en este caso estuvo apoyada por todos los partidos, menos por la AfD, incluyendo la conservadora CDU, así como por representantes de la iglesia. El discurso del odio al extranjero y al islam dentro de la AfD es contenido dentro de lo legal, debido a que el partido está en el foco mediático. Sin embargo, sus ramificaciones con la extrema derecha, en especial con el movimiento identitario, son numerosas. Los acólitos de esta nueva ideología con viejos componentes supremacistas, aseguran que los “pueblos” están amenazados por la mezcla cultural y sus fundamentos se corresponden con las ideas expresadas en el manifiesto del terrorista australiano de Christchurch, o el alemán de Halle, así como, según fuentes que no revela el diario Bild, también el terrorista de Hanau.
El clima del miedo se mantiene
El pasado fin de semana se desactivaba una nueva célula terrorista neonazi que se suma al largo listado de grupos investigados, prohibidos y encarcelados en los últimos meses. El llamado “Grupo S” planeaba atentados contra mezquitas, y detuvieron a doce personas por toda Alemania, uno de ellos, de nuevo, un policía. Los investigadores encontraron armas y granadas de mano en los registros que realizaron. Hace dos semanas, el ministerio del interior prohibía también la organización “Combat 18”.
El ataque terrorista se enmarca en una serie que la propia canciller Ángela Merkel ha recordado en un comunicado emitido con sus condolencias. Merkel ha mencionado los asesinatos del grupo terrorista “NSU”, cuyas ramificaciones no han sido aclaradas en el largo proceso judicial, en especial el rol de los servicios secretos, así como el asesinato de su camarada de partido el verano pasado, Walter Lübcke, de un disparo en la cabeza. Poco después, se producía el atentado contra una sinagoga en Halle, en el cual fallecieron dos personas y donde por casualidad pudo evitarse una matanza mayor.
Ya en 2015 se desactivaba el grupo terrorista “Freital”, cuyos integrantes fueron condenados a penas de cárcel. Unos meses después, la candidata a la alcaldía de Colonia era atacada con un cuchillo en el cuello durante un acto electoral por un neonazi y salvaba la vida de milagro. En 2017, condenaban a cuatro miembros de “Old School Society”, un grupo terrorista que planeaba atentados contra albergues para refugiados y disponían de explosivos. En abril del mismo 2017, detuvieron a Franco A., un militar que se hacía pasar por refugiado para preparar un ataque terrorista junto con otros dos cómplices contra el ministro de Justicia. En septiembre de 2018, se descubrió el grupo terrorista “Revolution Chemnitz”, que quería realizar ataques el día de la reunificación en Berlín, y que tenían contactos por todo el país. Planeaban comenzar “una guerra civil” para acabar con la democracia. Ya en junio de 2019 es cuando asesinan al político Lübcke, presidente del gobierno de Kassel, ultimado en la terraza de su casa. Hay más casos, que además han implicado a miembros de las fuerzas de seguridad del Estado.
Contra el clima del odio y los “casos aislados” tendrá lugar esta tarde (por ayer) en la capital alemana una manifestación que partirá de la plaza Hermannplatz, en el barrio de Neukölln, bajo el lema “Contra el terrorismo de la derecha”. La alianza “Indivisibles” (Unteilbar), que organizó las dos mayores manifestaciones de los últimos tiempos en Alemania contra el odio y el racismo, ha llamado a participar en la misma. También en Frankfurt, Hamburgo, Múnich, Nuremberg y otras ciudades hay convocatorias de protesta. En Hanau habrá una capilla ardiente abierta todo el día. Los diferentes partidos de la liga alemana se jugarán con los deportistas ataviados de crespones negros y habrá un minuto de silencio antes de cada partido. El próximo 21 de marzo diversos partidos, asociaciones y grupos están movilizando asimismo a la población para que asista a una gran manifestación contra el racismo en la capital del país.
*Por Carmela Negrete para El Salto Diario