Zona de Cuarentena, rapear el barrio desde adentro
Los hermanos Matías, Lautaro y Nehuén defienden la música como herramienta de lucha y de transformación. Este sábado, los tres raperos sumarán su rima picante al Festival Córdoba No Baja porque entienden que meter niñxs presos no soluciona el problema de raíz.
Por Julieta Pollo para La tinta
Allá por 2011, Matías se animó a mostrar lo que escribía hace tiempo, compartir con otrxs un puñado de historias cargadas de sentido que él condensó en poesía. Por ese entonces, la timidez no lo dejaba cantar, así que fue Nehuén, de 8 años, quien puso voz a la rima de su hermano mayor. De este modo, surgió Zona de Cuarentena, grito de furia que enreda en rap la identidad de un barrio entero.
Matías, Lautaro y Nehuén, hermanos en la vida y también en la música, hablan en sus canciones de aquello que los moviliza, desde una historia de amor que estremece a dos mujeres en una esquina de cualquier lugar, hasta la vida diaria en el barrio, ese que los medios pintan como un lugar peligroso, pero que, en realidad, solo deja de ser tranquilo cuando irrumpe la prepotencia policial.
Pero no se quedan ahí porque, como dicen, no vinieron afilados, la verdad ya tiene filo. De lo macro a lo micro y viceversa, su viaje lírico recorre la corrupción eclesiástica, la fiebre consumista, la belicosidad yanqui, la lucha del Movimiento Campesino de Santiago del Estero, las deudas de la intendencia cordobesa… todo aquello que los inquieta se hace poesía y se rima al que quiera escuchar (y al que no también): «Para la intendencia también va un escrache:/ me hice bosta como muchos en el mismo bache/ y escuché las quejas de mis vecinos/ los desagües de los countries hacen ríos mis caminos./ Y el destino de nuestra humanidad/ una mierda como las cloacas en los barrios ciudad/ ya lo dije antes: lo que mata es la humedad/ y la cruel ambición de nuestra humanidad».
Coinciden en que cada canción siembra un mensaje porque Zona de Cuarentena es grito de furia, herramienta de expresión y también un medio por el cual llegar a lxs pibxs y mostrarles que, con mucho esfuerzo, se pueden torcer las posibilidades mal barajadas y ser lo que uno quiera ser. Son «Raperos de Barrio», como dicen en esa canción, y no hay mejor modo de definir esa fuerza incontenible de lo que late adentro y debe ser dicho: «Raperos que en su mente siempre van a improvisar,/ en la obra, en la esquina, en cana o cualquier lugar/ y van a protestar contra la represión/ artistas comprometidos con su propia decisión».
Este sábado a partir de las 18 hs, Zona de Cuarentena va a estar participando del Primer Festival Córdoba No Baja en contra de la baja en la edad de imputabilidad. Será en la Plaza del Mercado de barrio San Vicente y compartirán escenario con Clan Saifa, Ale Pé, Soto y Los Nietos de Coca. Además, habrá talleres de rap y stands de emprendimientos locales.
Córdoba No Baja es un grupo de organizaciones sociales, instituciones educativas, grupos barriales, colectivos diversos, medios comunitarios y populares, y personas que denuncian y luchan contra la criminalización de lxs pibxs y la nueva arremetida contra sus derechos: el proyecto de reforma penal juvenil que, entre otros puntos, pretende bajar la edad de imputabilidad a 15 años. Desde La tinta, acompañamos esta lucha y repudiamos el endurecimiento de las medidas punitivas sobre las infancias y juventudes, así como la vulneración de sus derechos a través de políticas que lxs marginan, criminalizan y encierran.
—¿Qué es Zona de Cuarentena?
—Lautaro: Zona de Cuarentena es el grito de furia, es una herramienta de expresión para nosotros. Se formó allá por 2011 con las ganas de contar historias, de mostrar al mundo que en los barrios de la periferia no son tan malos como dicen. Zona de Cuarentena es un juego de palabras con el barrio Los Cuarenta de Argüello, una zona marginada y olvidada.
—Matías: Es una banda de rap que intenta mandar un mensaje consciente o de reflexión. Hacemos temas variados en rap, en reggae, pero siempre tratando de mandar un mensaje. Zona de Cuarentena está formada por hermanos, somos tres, y mi vieja nos hace los coros en algunos temas.
—¿Cómo fueron sus primeros pasos en el rap?
—M: La banda surgió de mi necesidad de escribir, que desde chico lo hacía, y cerca de los 20 me empecé a enganchar con el género y a darme cuenta de que me salían fluidas las rimas para las canciones. Pero tenía mucha vergüenza de cantar, así que el primero que cantó temas de la banda fue mi hermano más chico, Nehuén, con 8 años. Después, empezamos a tomar coraje y nos largamos, y encontramos una fuerte identidad con nosotros mismos y con el barrio. Nos unió mucho como hermanos y seguimos metiéndole para adelante.
—L: Este proyecto me ayudó muchísimo, y a mis hermanos también, para poder liberar todo lo que tenemos dentro, contar un poco lo que vivimos cotidianamente… creo que fue muy importante porque también logró sacar la vergüenza de mí, poder soltarme y conectarme con el otro.
—¿Dé qué hablan sus canciones?
—M: Nuestros temas hablan de varias cosas… hacemos temas de protesta, de amor y, sobre todo, de amor a esta vida, a lo que somos, al barrio, al otro. Por ahí, meterle una pizca graciosa también, pero tratando de mandar en cada letra un mensaje.
—L: Nuestras canciones cuentan realidades que se viven en la calle en el barrio, lo bueno que hay en el barrio… el rap en sí es una gran herramienta para poder expresarnos.
—¿Cuál es el poder de la música no solo para ustedes que la crean, sino para lxs pibxs que los escuchan?
—L: Los pibes se sienten muy identificados con nuestras canciones y nos brindan mucho apoyo, que es una satisfacción muy grande que se sientan representados con los temas nuestros, es una gran alegría. Creo que esto que hacemos nosotros incentiva a los pibes en que sí se puede, con mucho esfuerzo, hacer música, hacer arte, contar lo que uno piensa. Se dan cuenta de que, si podemos nosotros, ellos seguro lo van a poder lograr.
—M: La música nos revoluciona en todo momento, desde que escuchamos a una banda, un cantante por los auriculares hasta que cantamos una frase nuestra o de alguien, siempre mueve mucho. Creo que es muy importante… lo que sería de esta vida sin la música, sin el ritmo, sin los sonidos. La música puede cambiar muchísimas cosas, no solamente en la vida de los cantantes ni de quien los escucha seguido, sino el que escucha y se contagia de las ganas de hacer, las ganas de poder lograr lo que siempre quiso. Uno ve los logros de alguien cercano o lejano, y ve que en las mismas condiciones lo pudo lograr, es el mejor efecto que tiene la música y esos mensajes transmitimos. Contagiar esa energía de hacer lo que uno ama.
—Van a estar participando este sábado del Festival Córdoba No Baja. ¿Por qué le dicen NO a la baja en la edad de imputabilidad?
—M: Personalmente, creo que no es la solución para el problema de raíz, que es que los chicos menores andan solos en la calle, conviven con drogas y con violencia, y se acostumbran a reaccionar con este tipo de violencia y a tratar de conseguir lo que necesitan con esta violencia. Ese es el problema y no va a solucionar nada meter a un niño preso, porque en la cárcel no hay reinserción a la sociedad. Si bien hay una fuerte lucha y hay personas que están ahí asistiendo, es muy difícil porque adentro de la cárcel no se vive distinto que afuera respecto a las drogas y la violencia. Entonces, nunca se apunta al problema de raíz… hay más policías y más delincuencia, no se soluciona nada.
En el barrio en cuanto a la policía, uno está acostumbrado a ver estas escenas que entran desplegando operativos o que vienen cuatro CAPs para dos personas, las humillaciones, los maltratos… uno se acostumbra ¿viste? Eso se vive. Pero, en la mayoría del tiempo, los barrios son tranquilidad y los niños juegan seguros. Por ahí, le pintan la cara a los barrios como que son muy peligrosos, pero si hay madres, niños, maestras viviendo, no es tan peligroso. Esto en defensa de todos los que vivimos en la periferia, es el lugar más seguro que conozco desde que nací. Sobrevivimos a esto, es parte de la fauna del barrio, digamos, ver a estos muñecos y sus atropellos. Somos sobrevivientes a lo que nos pasa, como todos.
Creo que necesitamos un cambio profundísimo en nuestra sociedad porque tiene que ver con cómo piensa nuestra sociedad que tiene que ser. En el momento de ponernos a mirar al otro niño que esta enfrente, como si fuera nuestro hijo, pensar qué haríamos, cómo nos saldría, o pobre ese niño desamparado… y empezar a comprender y apuntar a otras soluciones. Yo siempre soy muy utópico en cuanto a esto: la revolución es que la sociedad cambie de manera brusca. Ya no son revoluciones con armas, tiene que haber una revolución en cada individuo, creo que es lo único que nos puede salvar.
►Primer Festival Córdoba no baja. Zona de Cuarentena, Clan Saifa, Ale Pé, Soto y Los Nietos de Coca. Sábado 27 de abril a partir de las 18 hs. en la Plaza del Mercado, de Barrio San Vicente.
*Por Julieta Pollo para La tinta.