Los Toch: “Todo siempre nos reafirma las ganas de hacer colectivamente”

Los Toch: “Todo siempre nos reafirma las ganas de hacer colectivamente”
21 septiembre, 2018 por Soledad Sgarella

Domingo a la nochecita y no hay mejor plan: los Toch presentan su nuevo disco en la ciudad que los vio nacer y que los ama. El trío, conformado por Martín Ellena, Juan Pablo Toch y Andrés Toch, comparte Voy a Encenderme en vivo y ahí tenemos que estar.

Por Soledad Sgarella para La tinta

Reggae, ska, cumbia, rock, folcklore. Y más. Mucho más. Porque los Toch nos tienen acostumbrados a una bomba artística que no para de crecer. Esta vez -y a diferencia del disco anterior que fue realizado en un par de meses-, la última producción discográfica les llevó más de dos años y, este domingo en Studio Theater, el trío y sus invitados presentarán canciones que aún no han convidado en ningún show.

Grabado parte en México y parte en Unquillo, Voy a Encenderme trae fuegos nuevos que explotan en sonidos diversificados, instrumentos innovadores y ritmos inéditos en la trayectoria de la banda.

Desde La tinta, conversamos con Andrés Toch para que nos cuente sobre el material y sobre el próximo espectáculo dominical de una banda que, por donde anda, cosecha familia y colectividad.

—¿Qué hay de nuevo y qué hay de viejo en Voy a encenderme?

—Yo creo que todos los procesos que tuvimos de grabación de discos fueron diferentes, así que todas las diferencias son algo nuevo en cuanto a la producción, a la grabación, por ejemplo.

Fue un proceso de dos años, diferente a Amor Continental, que por ahí lo grabamos en tres, cuatro meses… lo grabamos, lo publicamos, lo fabricamos y lo presentamos. Acá todo ese proceso nos llevó, porque lo tomamos con muchísima calma, un poco más de dos años.

Y después, bueno… la música, la forma en la que llegaron las canciones, la sonoridad tiene de nuevo, por ejemplo, que hay muchas más guitarras y menos trío… o sea, el bandoneón-bajo-batería suena de otra manera. Hay invitados nuevos y también instrumentos nuevos que no habíamos usado nunca. Además, nos permitimos hacer otros ritmos que no teníamos antes, como milongas. 

Y de viejo… que  más que viejo es lo que sigue siendo vigente en la banda: el trabajo en grupo, los invitados, la forma de trabajar, la sonoridad de las voces y esas -más que viejas- ganas que se nos renuevan siempre, cada vez que nos mandamos a hacer un proyecto como este, de grabar, es lo que más nos llena: estar haciendo música y compartiéndola. 

—¿Cuáles aspectos resaltan de la producción de este nuevo disco?

—Lo empezamos a hacer en México, estábamos con mi hermano allá, trabajando para otro disco, y surgió la idea de grabar ahí, en un estudio muy bueno, muy, muy bien equipado y además con unos técnicos hermosos con los que veníamos trabajando hacía un tiempo. Tuvimos la posibilidad de hacerlo para nuestra música y fue increíble. O sea que empezó allá, ahí grabamos varias bases, de las cuales habíamos hecho como 13 canciones, que, al final, cuando volvimos a Córdoba y pasó el tiempo, y retomamos la grabación, algunas quedaron y otras le dieron paso a canciones que surgieron acá y que grabamos y completamos en Islandia, el estudio del Seba Palacios en Unquillo.

Bueno, también resaltar que la mezcla y la masterización se hizo en México donde empezamos, con un técnico y músico amigo y colega, Juan García, que estuvo también en la co-producción y en el comienzo… y eso estuvo muy bueno y es parte del sonido nuevo que tiene este disco.

Otra cosa más, re importante, es la libertad, por ahí, del uso de instrumentos que no veníamos usando tanto y eso, respetar cómo habían salido las canciones desde el principio.

—¿Por qué siempre eligen trabajar colectivamente?

—Nosotros decidimos formar la banda justamente con la idea hacer sonar la música de manera colectiva, porque también, además, componíamos de forma colectiva y toda esa cuestión se fue potenciando y nos reafirma la idea de ser una banda y no ser solistas, cada cual por su lado. Aunque los tres cantamos, los tres tocamos instrumentos y los tres componemos… la idea siempre es la de ser un grupo y potenciarnos entre los tres.

Y después, ¡se suma todo el resto del equipo! La Negra Marta Rodríguez, el Santi Bartolomé y el Fedito Seimandi son piezas fundamentales. Ellos siempre estuvieron ahí, el Fede desde el comienzo y el Santi y La Negra en la etapa de la vuelta de España, y también se fueron haciendo parte de la banda y son esenciales tanto a la hora de grabar como de tocar. Y como te digo, nos encanta compartir, de hacer las cosas en función de la música, entonces todo lo que sume para embellecerla y para hacerla crecer lo vamos a hacer.

Bueno, además, eso de la gran familia de músicos que se armó acá en Córdoba, en el país y en el mundo. Nosotros siempre hemos sido de hacernos muy amigos de la gente con la que compartimos la música y las fechas y todo eso, nos encanta compartir con otras bandas y tenemos esta versatilidad de hacerlo con una banda de cumbia, con una de rock, con una de folclore, con una banda pop.  O sea, eso también nos permitió abrirnos a diferentes lugares y nos encanta, estar ahí vibrando en esa frecuencia. Todo eso siempre nos reafirma las ganas de hacerlo colectivamente, compartiendo y aprendiendo de los demás. 

—Tres razones para ir el domingo.

—Una: porque vamos a presentar todas las canciones del disco, de las cuales, muchas nunca hemos tocado en vivo y nunca en Córdoba Capital. Esa es la razón numero uno.

La número dos, porque armamos un equipo hermosísimo de trabajo: vamos a ser ocho músicos en el escenario, tenemos dos técnicos de sonido, dos asistentes de escenario, iluminadora, escenografía. Mucho laburo que venimos haciendo hace muchos meses, va a estar lindo que lo presencien y lo disfruten con nosotros.

Y la tercera razón es porque hace mucho que no tocamos acá en Córdoba y queremos verlos a todos.  ¡Verles a todes! 

♦ Domingo 23, 21 hs. Studio Theater. Rosario de Santa Fe 272. Ciudad de Córdoba

*Por Soledad Sgarella para La tinta. Foto de portada: Rocío Yacobone.

Palabras claves: Música, toch, Voy a encenderme

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La Patagonia rebelde de Guillermo Saccomanno

La Patagonia rebelde de Guillermo Saccomanno
18 marzo, 2025 por Leandro Albani

Con una serie de crónicas sobre el sur argentino, el escritor argentino revela las estructuras profundas que mantienen al país anclado en las fauces del capitalismo.

Ni periodismo darwiniano ni charlatanería turística for export. Y tampoco la historia oficial sobre una tierra “civilizada” a punta de fusiles y bayonetas. Sobre estos pilares, se sostiene Guillermo Saccomanno para escribir una serie de crónicas sobre el sur argentino, publicadas en su mayoría en la década de 1990 y ahora reunidas en el libro Escrito en Patagonia, editado en 2024 por La flor azul.

Si las descripciones y las voces dan ritmo y profundidad a las crónicas, también lo hacen las reflexiones y pasajes ensayísticos que el escritor argentino articula a lo largo de los textos. Para Saccomanno, es tan importante mostrar los detalles de un viaje por una ruta desolada como preguntarse para qué sirve la literatura, entender (y escribir) que la memoria se manifiesta en el cuerpo o contar por qué la verdad es el principal valor para el pueblo mapuche.

La Patagonia se abre como un territorio concreto, sin veleidades exóticas o rasgos que remiten al concepto de orientalismo, acuñado por el intelectual palestino, Edward Said. Saccomanno, recientemente galardonado con el Premio Alfaguara por su novela Arderá el viento, rompe la representación que hacen los poderosos sobre esa tierra que creen que es su gran propiedad privada. El escritor también apunta sin contemplación a la hora de denunciar al Estado burgués argentino y sus imposiciones históricas y cargadas de crueldad contra los pobladores originarios.

Saccomanno explica que “cuando se trata de escribir, no se trata sólo de un asunto literario, la elección de un género, sino de una toma de partido ideológica”. Y agrega: “También me parece oportuno señalar a esta altura que la teoría literaria, tal como la entiendo, es teoría política”. Desde esta posición, Saccomanno cuenta y denuncia, describe y apuesta, rescata lo que el establishment de turno quiere ocultar y demuele la construcción oficial de la historia. Esos golpes directos se sienten página a página, sin perder una prosa con oficio y claridad.

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Imagen: La flor azul.

Leer Escrito en Patagonia es tender puentes hacia las investigaciones del historiador Osvaldo Bayer sobre los fusilamientos de peones por parte del Ejército. O también volver a Los dueños de la tierra, de David Viñas, una novela que revela la vileza de estancieros y oligarcas hacia los “otros”, ya sean peones o indígenas, pero todos condenados, según esos dueños de la tierra, a la explotación o la muerte.


En las crónicas, además, sobrevuelan las sabidurías, los pensamientos y las prácticas del pueblo mapuche. “Los mapuches no piensan que este territorio les pertenece ―escribe―. A los huincas este pensamiento los sorprende: ‘No es que esta tierra me pertenece’, piensa el mapuche. ‘Sino que yo soy la tierra’. El pensamiento es mucho más sencillo y, a la vez, abarcador. No se trata de posesión. Sino de sentirse parte”. Entrelazado a eso, la naturaleza que resiste el “desarrollo” capitalista que, desde su origen, se construye con la voracidad del saqueo de la tierra y la cultura.

Saccomanno pone la mira en las raíces de nuestro país burgués y, por estos tiempos, transnacionalizado: el Ejército argentino como fuerza de choque a las órdenes de los poderosos, el extractivismo como política de ocupación y saqueo, la historia oficial escrita por manos locales y extranjeras que intentan condenar a la Patagonia como desierto virgen que tiene que ser violado. Pero también la contracara: el docente Orlando “Nano” Balbo, detenido-desaparecido que sobrevivió a la dictadura y que apuesta a otra educación; el recuerdo vivo del maestro Carlos Fuentealba, fusilado por la policía; y otra vez Bayer, en un artículo que cierra el libro, aunque, más que finalizar la obra, permite abrir ventanas hacia el futuro, porque la figura, la ética y el oficio del historiador anarquista argentino es faro hacia donde mirar cuando se habla de compromiso con las luchas de los más desposeídos. Saccomanno pronuncia: “Si escribir sobre Bayer me enerva, se debe a que, al hacerlo, debo mirar alrededor. Imposible mirar el alrededor sin mirar el pasado. Imposible no tener en cuenta la proyección de sus tensiones cruentas en el presente, la crisis de representación que corrompe los estamentos de la realpolitik. Imposible hacerse el distraído. Esta, aunque suene a reduccionismo, es la lección mayor de Bayer”.

En Escrito en Patagonia, se descubre la relación estrecha del escritor con ese territorio, sus miradas sobre la literatura en relación a ese país dentro del país y los recuerdos de conscripto en el servicio militar. En este libro, el escritor toma posición y denuncia, pero nunca pierde de vista que escribir de una forma más hermosa que como lo hacen nuestros enemigos es una de nuestras armas. En estos momentos de una Argentina que vira aceleradamente hacia el fascismo, Saccomanno, con sus crónicas, propone otro país: uno donde los y las condenadas de la tierra no pierden las esperanzas y todavía atemorizan a los estancieros y oligarcas.

*Por Leandro Albani para La tinta / Imagen de portada: Martín Bonetto.

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Palabras claves: Guillermo Saccomanno, Libro, Patagonia Rebelde

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