Peña Trashumante en la Plaza Próspero Molina

Peña Trashumante en la Plaza Próspero Molina
2 octubre, 2017 por Gilda

Raly Barrionuevo anunció la presentación de su nuevo disco: «La Niña de los andamios». Será el sábado 28 de octubre, en una nueva edición de la Peña Trashumante que ésta vez se realizará en la mítica plaza de Cosquín.

Por Manuel Allasino para La tinta

El final de octubre trae una nueva edición de la Peña Trashumante, ese espacio de organización, que Raly Barrionuevo y la Universidad Trashumante vienen promoviendo de un tiempo a esta parte.

En esta oportunidad, la peña comenzará bien temprano. A las 18 será la apertura organizada y coordinada por el grupo Elíptica Danza. Habrá diferentes expresiones artísticas, medios de comunicación popular, comida y por supuesto, música. En el escenario junto a Raly estarán muchos de los invitados que participaron en el disco como Micaela Vita, Lisandro Aristimuño, José Luis Aguirre, Ramiro González, Ernesto Guevara, Juan Pablo Toch, Los de Unquillo, Elvira Ceballos, entre otros. Las almas sedientas serán saciadas por Dj Fede Flores. El baile estará garantizado hasta el amanecer.

Aprovechamos la ocasión de un nuevo encuentro para viajar a Cosquín y conversar con el músico acerca de su nuevo trabajo discográfico y la esencia de la Peña Trashumante, una de las fiestas más populares que lleva como identidad la autogestión y el trabajo mancomunado de organizaciones sociales.

Las inclemencias del tiempo nos hacen irnos de la mítica plaza a un bar. Ya refugiados de la llovizna y el frío, comienza la charla:

—¿Cómo surgió la idea de presentar “La niña de los andamios” en el marco de la Peña Trashumante y en la Plaza Próspero Molina?

—Nos juntamos con la gente de la Universidad Trashumante en mi casa de Unquillo porque yo ya tenía la idea de presentar el disco en la peña, es un espacio que venimos construyendo juntos y en el cual me siento muy cómodo. Se nos ocurrió, a modo de travesura, presentarlo en la Plaza Prospero Molina. Al principio nos pareció una locura, pero le fuimos dando forma y ahora es una realidad.

La fecha fue consensuada con la gente de Cosquín y elegimos el 28 de octubre, que va ser muy lindo, porque las peñas suelen ser los viernes, y ésta va a ser un sábado, lo que va a permitir que mucha gente del interior pueda llegarse.

Para mí, la Peña Trashumante es mi casa, es jugar de local. Me gusta porque van a estar varios invitados de los que participaron en el disco, y abrirles las puertas de la peña es un poco también abrir mi hogar. Me gusta ser un buen anfitrión. La Plaza tiene un significado particular para mí, porque por ese escenario pasaron los más grandes artistas. Presentar mi nuevo disco y hacer una peña en ese lugar, es algo que nos emociona y nos llena de orgullo. Es un hermoso desafío.

La niña de los andamios, lo nuevo del Raly Barrionuevo

El disco tiene doce canciones y contó con la producción de Juan Pablo Toch. El arte de tapa estuvo a cargo de Daniel Marín. Es un trabajo bien autobiográfico, ya que incluye canciones con homenajes a su padre y a su madre. El tema que da nombre al disco, «La niña de los andamios», es una chacarera en la que recuerda a su madre fallecida en 2013, y cuenta con la participación de Lisandro Aristimuño. Por su parte, la canción «Mi esfera de cristal» está dedicada a su padre, fallecido en 2016.

El disco ya está disponible en distintas plataformas digitales y tendrá próximamente su edición en CD y en vinilo.

—¿Por qué el disco lleva ese nombre?

—La niña de los andamios es una imagen que yo me hice. Me acuerdo una vez que en un viaje vi una escultura grande, la estaban restaurando, y estaba rodeada de andamios. Al tiempo, cuando volví a pasar, ya no estaban los andamios, sí estaba la obra terminada y me pareció como que le faltaba algo.  Me parece que el andamio representa el trabajo, la dedicación, el esfuerzo y a mi madre siempre la vi, a nivel figurativo, subida a un andamio.  Y me parece que realizó una gran obra en esta vida, y como digo en la canción, ella supo cuándo era el momento de irse y se dejó ir.

—¿Cómo fue trabajar con Juan Pablo Toch?

—Fue una hermosa casualidad. Yo lo había visto a Juan Pablo y lo invité a que venga al estudio a escuchar en lo que venía trabajando. Escuchó un poco el material, las canciones, y le gustó, pero me dijo que él para poder hacer un buen trabajo teníamos que comenzar todo desde cero. Y fue así, empezamos a trabajar juntos en las canciones, solamente con la guitarra y mi voz. Estaba enredado en cómo encarar el disco y de repente Juan Pablo me abrió la puerta. Generamos una base muy interesante que logró que cada invitado e invitada que participó en el disco lo haga de una forma relajada y cómoda.

—¿Qué temáticas aborda el disco?

—En el disco está presente mi familia, la naturaleza, la problemáticas del agua, el monte. Todo lo que me atraviesa. La niña de los andamios abre con la canción homónima, que habla sobre mi mamá, y cierra con un tema sobre mi padre. En el medio, aparecen distintas canciones abordando otras temáticas. Quedó un trabajo íntimo e intenso y la música como un elemento de sanación.

El disco busca un sonido moderno y a la vez, no cuenta con batería sino que se utilizó percusión criolla. En “Niña de los andamios” yo toco la percusión, y también grabé los bombos legüeros, el cuatro venezolano y el piano en otras canciones. Rodrigo Carazo aportó voces en una chacarera algo irlandesa, junto con Pamela Schweblin tocando la gaita en «Seremos agua». Federico Seimandi tocó el contrabajo en «Una huella», la cantante Micaela Vita hizo los coros en «La ocasión», y también participó Milena Salamanca. Todos vinieron con una gran predisposición, cada uno buscó su detalle, su momento.

►El sábado 28 de octubre será la cita ineludible para disfrutar de una nueva peña Trashumante y la presentación del nuevo disco del Raly en un lugar con historia y mística como lo es la Plaza Próspero Molina.

*Por Manuel Allasino para La tinta. Fotos: Colectivo Manifiesto.

Palabras claves: La niña de los andamios, Música, Peña Trashumante, Raly Barrionuevo, Universidad Trashumante

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La Patagonia rebelde de Guillermo Saccomanno

La Patagonia rebelde de Guillermo Saccomanno
18 marzo, 2025 por Leandro Albani

Con una serie de crónicas sobre el sur argentino, el escritor argentino revela las estructuras profundas que mantienen al país anclado en las fauces del capitalismo.

Ni periodismo darwiniano ni charlatanería turística for export. Y tampoco la historia oficial sobre una tierra “civilizada” a punta de fusiles y bayonetas. Sobre estos pilares, se sostiene Guillermo Saccomanno para escribir una serie de crónicas sobre el sur argentino, publicadas en su mayoría en la década de 1990 y ahora reunidas en el libro Escrito en Patagonia, editado en 2024 por La flor azul.

Si las descripciones y las voces dan ritmo y profundidad a las crónicas, también lo hacen las reflexiones y pasajes ensayísticos que el escritor argentino articula a lo largo de los textos. Para Saccomanno, es tan importante mostrar los detalles de un viaje por una ruta desolada como preguntarse para qué sirve la literatura, entender (y escribir) que la memoria se manifiesta en el cuerpo o contar por qué la verdad es el principal valor para el pueblo mapuche.

La Patagonia se abre como un territorio concreto, sin veleidades exóticas o rasgos que remiten al concepto de orientalismo, acuñado por el intelectual palestino, Edward Said. Saccomanno, recientemente galardonado con el Premio Alfaguara por su novela Arderá el viento, rompe la representación que hacen los poderosos sobre esa tierra que creen que es su gran propiedad privada. El escritor también apunta sin contemplación a la hora de denunciar al Estado burgués argentino y sus imposiciones históricas y cargadas de crueldad contra los pobladores originarios.

Saccomanno explica que “cuando se trata de escribir, no se trata sólo de un asunto literario, la elección de un género, sino de una toma de partido ideológica”. Y agrega: “También me parece oportuno señalar a esta altura que la teoría literaria, tal como la entiendo, es teoría política”. Desde esta posición, Saccomanno cuenta y denuncia, describe y apuesta, rescata lo que el establishment de turno quiere ocultar y demuele la construcción oficial de la historia. Esos golpes directos se sienten página a página, sin perder una prosa con oficio y claridad.

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Imagen: La flor azul.

Leer Escrito en Patagonia es tender puentes hacia las investigaciones del historiador Osvaldo Bayer sobre los fusilamientos de peones por parte del Ejército. O también volver a Los dueños de la tierra, de David Viñas, una novela que revela la vileza de estancieros y oligarcas hacia los “otros”, ya sean peones o indígenas, pero todos condenados, según esos dueños de la tierra, a la explotación o la muerte.


En las crónicas, además, sobrevuelan las sabidurías, los pensamientos y las prácticas del pueblo mapuche. “Los mapuches no piensan que este territorio les pertenece ―escribe―. A los huincas este pensamiento los sorprende: ‘No es que esta tierra me pertenece’, piensa el mapuche. ‘Sino que yo soy la tierra’. El pensamiento es mucho más sencillo y, a la vez, abarcador. No se trata de posesión. Sino de sentirse parte”. Entrelazado a eso, la naturaleza que resiste el “desarrollo” capitalista que, desde su origen, se construye con la voracidad del saqueo de la tierra y la cultura.

Saccomanno pone la mira en las raíces de nuestro país burgués y, por estos tiempos, transnacionalizado: el Ejército argentino como fuerza de choque a las órdenes de los poderosos, el extractivismo como política de ocupación y saqueo, la historia oficial escrita por manos locales y extranjeras que intentan condenar a la Patagonia como desierto virgen que tiene que ser violado. Pero también la contracara: el docente Orlando “Nano” Balbo, detenido-desaparecido que sobrevivió a la dictadura y que apuesta a otra educación; el recuerdo vivo del maestro Carlos Fuentealba, fusilado por la policía; y otra vez Bayer, en un artículo que cierra el libro, aunque, más que finalizar la obra, permite abrir ventanas hacia el futuro, porque la figura, la ética y el oficio del historiador anarquista argentino es faro hacia donde mirar cuando se habla de compromiso con las luchas de los más desposeídos. Saccomanno pronuncia: “Si escribir sobre Bayer me enerva, se debe a que, al hacerlo, debo mirar alrededor. Imposible mirar el alrededor sin mirar el pasado. Imposible no tener en cuenta la proyección de sus tensiones cruentas en el presente, la crisis de representación que corrompe los estamentos de la realpolitik. Imposible hacerse el distraído. Esta, aunque suene a reduccionismo, es la lección mayor de Bayer”.

En Escrito en Patagonia, se descubre la relación estrecha del escritor con ese territorio, sus miradas sobre la literatura en relación a ese país dentro del país y los recuerdos de conscripto en el servicio militar. En este libro, el escritor toma posición y denuncia, pero nunca pierde de vista que escribir de una forma más hermosa que como lo hacen nuestros enemigos es una de nuestras armas. En estos momentos de una Argentina que vira aceleradamente hacia el fascismo, Saccomanno, con sus crónicas, propone otro país: uno donde los y las condenadas de la tierra no pierden las esperanzas y todavía atemorizan a los estancieros y oligarcas.

*Por Leandro Albani para La tinta / Imagen de portada: Martín Bonetto.

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Palabras claves: Guillermo Saccomanno, Libro, Patagonia Rebelde

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