
De zares y protectores
Claudio Torres fue durante años un intocable. La Justicia, la Policía y las fuerzas federales sabían de su dominio en la venta de estupefacientes pero no parecían dispuestas a patear la mesa de un negocio millonario. El 16 de enero, lo acribillaron de 8 disparos frente a su casa. El entramado de narcotráfico y lavado en Río Cuarto. Por Pablo Callejon.