
No es silencio el de los muteados
Al comienzo de la cuarentena, aprendimos a mutear micrófonos para evitar ecos molestos. Ahora, nos encontramos con que el silencio de la pantalla llena de muteados es tal, tan helado y absoluto, que nuestras palabras parecen no tocar cuerpo alguno, no afectar a nadie. Por Agustín Jerónimo Valle