
¡Mío, mío, mío!
¿Quién no ha sacado fotocopias de un texto o compartido un archivo por mail? ¿Quién no ha bajado un disco al teléfono? ¿Quién tiene un auténtico Miró o Picasso o Botero colgado en la pared? ¿Quién no ha escaneado una foto familiar de las que se revelaban? Y… ¿Seguimos? Definitivamente, la reproducción de bienes culturales sujetos a la propiedad intelectual debe ser el delito penal más cometido por mayor cantidad de personas en todo el mundo.