
La hoguera de los normales
No hay intereses de droga ni guita, ni entradas de reventa, ni el control del negocio del estacionamiento. No dispara la Policía (no en esta tribuna, al menos). La barra está en la tribuna del frente, no ahí en la popular Willington. Pero el sábado, a eso de las 5 de la tarde, Emanuel Balbo empieza a ser asesinado e inaugura una forma novedosa de muerte en el fútbol: a Emanuel lo mataron los normales.