Millonario y polémico pedido de material bélico a EE.UU.
El gobierno de Mauricio Macri se encuentra en tratativas con los Estados Unidos para adquirir un enorme listado de material militar, que incluye helicópteros, aviones y anfibios, por valor de más de dos mil millones de dólares.
El pedido formal se lo hizo llegar el embajador argentino en Washington, Martín Lousteau, al congresista estadounidense Peter Visclosky para que gestione su aprobación en el Congreso. Visclosky, representante demócrata por el estado de Indiana, vinculado hace años al lobby de Defensa, visitó nuestro país hace algunas semanas junto a una delegación del Parlamento de los Estados Unidos encabezada por el representante Hal Rogers, presidente de la Comisión de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara de Representantes, para “tratar cuestiones de índole bilateral y multilateral de interés mutuo”. Además, estuvo bajo investigación en 2009 como integrante de la comisión legislativa que controla gasto del Pentágono por tráfico de influencias de corporaciones y casos de lobby en materia de Defensa.
La compra de material militar más importante de las últimas décadas (y posiblemente de la historia argentina, ya que especialistas aseguran que ni siquiera para la Guerra de las Malvinas se hicieron compras semejantes) se justificó apelando a la “lucha contra el terrorismo”. “La Argentina busca la cooperación de Estados Unidos para construir o resaltar su capacidad para abordar con precisión las amenazas globales urgentes”, plantea la nota de Lousteau a Visclosky.
El listado de más de 100 ítems incluye varios modelos de helicópteros, que suman más de mil millones de dólares por sí solos: 12 Cobra AH1, 10 Chinook, 16 Black Hawk UH60 y 26 Bell 412. La mayoría de estos modelos son específicamente helicópteros de combate, salvo el Chinook que es un modelo militar para carga pesada.
El Ejército Argentino también solicitó 182 tanquetas de guerra tipo StryKer (modelos M1128, M1130, M1132, M1134 y M1139, equipadas con ametralladoras calibre 50, lanzagranadas y cañones de 105 milímetros) y unos 80 lanzamisiles portátiles Javelin.
La Fuerza Aérea pidió 24 aviones de caza Texan T6 (de los cuales ya se compraron 12 según se anunció oficialmente hace un mes, cuatro de los cuales estarían por llegar al país). Los Texan son aviones de entrenamiento avanzado para pilotos, que tienen especificaciones técnicas muy similares a los Pucará, de fabricación nacional. También se solicitaron 12 aviones caza supersónicos F-16 FightingFalcon.
La Marina pidió dos aviones Orion y 24 vehículos blindados Anfibios modelo AAVR7A1. A este listado que manifiesta una repentina vocación armamentista nacional, en medio de un inédito proceso de ajuste del Estado, habría que sumar la compra ya concretada de 4 lanchas de patrullaje a Israel, también por valores millonarios.
Apenas conocida la noticia, difundida por el programa “Economía Política”, de C5N, el bloque de diputados del FPV-PJ solicitó la interpelación del ministro de Defensa Julio César Martínez y de la canciller Susana Malcorra “para que ratifiquen o rectifiquen” esta compra de armamento.
El bloque opositor también planteó su preocupación respecto del destino del armamento: “La interpelación al ministro Martínez es porque queremos saber a qué terrorismo piensa el gobierno combatir. Nos preocupa porque el gobierno continúa con su política de criminalizar la protesta social y nuestro temor sea que la etapa que se viene sea la represión”.
Por su parte, el ex ministro de Defensa Agustín Rossi exigió al gobierno nacional que explique bajo qué hipótesis de conflicto se plantea la adquisición del material bélico y denunció que hubieran debido ser informadas las correspondientes comisiones de Defensa del Congreso. “El gobierno ha alineado su política de defensa con los EE.UU. lo que significa hacer en América Latina lo que el Comando Sur norteamericano indique. Está claro que la política de Defensa Argentina de Mauricio Macri es de alineamiento absoluto con los EE.UU.”, enfatizó.
Rossi también explicó que el pedido militar no se condice con el plan que presentó Defensa llamado “Aporte de la Defensa al Esfuerzo Fiscal”: “Plantean la reducción del presupuesto de Defensa y la eliminación de planes que potencian la industria de la Defensa al tiempo que motorizan una compra sorprendente a los EE.UU.”. “Es desproporcionada y desatinada una compra tan millonaria cuando el gobierno dice que no tiene plata para nada”, concluyó.
Finalmente, el actual miembro del Parlasur denunció que además la justificación esgrimida por el embajador argentino en Washington sería ilegal: “Lousteau habla de que quieren equiparse para la lucha contra el terrorismo y eso va en contra de la Ley de Defensa porque eso es materia de Seguridad interior”.
La ex presidenta Cristina Fernández también condenó la iniciativa y advirtió que “introduce al país de lleno en el plano geopolítico en una hipótesis de conflicto que no sólo le es ajena, sino que pone en peligro la seguridad nacional”.
Desde el gobierno aún no ha habido respuestas oficiales, pero a últimas horas de la noche de este lunes, comenzó a circular la versión de que “fuentes oficiales” habrían declarado a la agencia de noticias NA que el listado de armamento presentado por Lousteau constituiría un pedido de “donación” y una lista de compras.
“Siempre se trata de donaciones y no de compra de armas. Se le puede pedir un montón de cosas, pero hay que ver cuánto dona Estados Unidos”, se explica, destacando que nuestro país se encuentra en “una situación paupérrima en materia de equipamiento militar para misiones de paz, para el escudo norte en la lucha contra el narcotráfico y en las fronteras en materia de seguridad”. Entonces, el pedido argentino debería entenderse como solicitud para que Estados Unidos nos considere “dentro de las donaciones que ellos hacen como un país que merece este apoyo”. Resta por ver si esta terminará siendo verdaderamente la explicación oficial.