Escuchar y actuar contra el colapso, un podcast en portuñol

Escuchar y actuar contra el colapso, un podcast en portuñol
3 septiembre, 2025 por Redacción La tinta

En la guerra por la atención en la era internet, no todo está dicho ni las audiencias están totalmente automatizadas. En ese rango de posibilidades, desde su trabajo en la Universidade Estadual de Campinas de São Paulo, Pablo Ramos se pregunta: “¿Cómo escuchamos y comunicamos el colapso ambiental desde las universidades?”. En diálogo con científicos, profesores, investigadores y artistas, nació el podcast “Crónica Contra Colapso”, una apuesta por vincular proyectos científicos con las artes y las cosmovisiones indígenas para hablar sobre las necesidades de las poblaciones y los ecosistemas afectados por el cambio climático. Un proyecto sonoro para no quedar paralizados ante estos tiempos catastróficos.

Por Pablo Ramos para La tinta

Crucé ciudades, playas, sierras y manguezales, con una mochila cargada de preguntas y la escucha atenta a las vibraciones de los vientos de cambio en Brasil, a las voces de un lenguaje y una cultura hermanados por las resistencias anticoloniales. No tengo respuestas, apenas nuevas preguntas a problemas perennes, para enfrentar este modelo de sociedad esclavizada por el individualismo exasperado y la ganancia rápida. Apenas, atesoro la certeza de que la resistencia es global, que las penas son compartidas y que las victorias serán latinoamericanas o no serán.

El fondo marino vs. el fondo monetario

En estos momentos en que el sistema científico y las universidades públicas vuelven a ser atacadas por órdenes coloniales que insisten en destruir toda soberanía y autonomía en la producción de conocimiento, es necesario restituir los lazos sociales entre la academia y los sectores que históricamente no han accedido a esos espacios. Por abuso de la endogamia institucional y porque falta mucho para popularizar lo universitario. Reinstalar el valor de la educación como poder colectivo transformador es crucial, en tanto no quede subsumida a la producción de mercancías simbólicas atadas a las necesidades del mercado. 

Promover más encuentros y posibilidades de conexión entre lo que se genera entre la universidad y los territorios implica romper barreras, sobre todo aquellas que se fueron anquilosando en el lenguaje. La enorme dificultad de comunicar la ciencia responde a distancias naturalizadas en órdenes jerárquicos, es parte de una subjetividad que ha pretendido elitizar el conocimiento, abstraerse de los conflictos sociales, objetivarse para neutralizar su capacidad de pensar con otros saberes, como los de los pueblos originarios, de las artes, de las existencias más allá de lo humano.


En medio del despliegue absurdo e histriónico de las políticas de la crueldad, apareció algo distinto, un acontecimiento masivo que alteró esa distancia entre ciencia y sociedad, en el streaming del Conicet que nos sumergió en el mundo submarino apelando a la curiosidad, al misterio, a la sensibilidad posthumana. Estas experimentaciones creativas funcionan como aperturas de los laboratorios científicos a la visión y la escucha de públicos no especializados, y claro que son atractivos porque, frente a la repetición serializada de eventos programados por algoritmos predecibles, la inquietud humana todavía puede sorprenderse, ser movilizada sensiblemente, procesar información de calidad. 


En esta guerra por la atención en la era internet, no todo está dicho ni las audiencias están totalmente automatizadas. Es por esto que hay posibilidades de afectar esas subjetividades, por ejemplo, mediante procesos estéticos que se apropien de las tecnologías de la información para producir conocimientos colectivos.

La crisis ambiental es crisis civilizatoria

En tiempos de catástrofes ambientales, de desigualdades sociales abismales, de degradación de las condiciones de vida de los y en los territorios, la capacidad de articular múltiples cruces entre trayectorias resistentes es, sin duda, una condición necesaria para crear otras oportunidades de existencia frente a las narrativas apocalípticas. Para desbloquear las ansiedades, el estrés mental y las frustraciones causadas por el deterioro ambiental, podemos asumir el colapso también como la crisis del imaginario antropocéntrico del capitalismo, para subvertir las categorías dominantes que daban sentido al mundo. Y así, desde un pensamiento situado, intervenir en la generación de actos imaginativos con el poder de generar encuentros heterogéneos y alianzas afectivas.


Asumir que estamos frente a un colapso planetario, como deriva inevitable del Antropoceno/Capitaloceno, significa un llamado a inventar y actuar otros modos de habitar el mundo. Para eso, necesitamos entramarnos en una red de resistencias que incluyan otras especies, otras experiencias, otros paradigmas vitales. Y el arte puede afectarnos para abrir otros canales de comunicación donde los conocimientos y las acciones que se desarrollan en nuestra América Latina sean la savia que nutre las luchas y el horizonte hacia el que caminamos.


Se trata de construir un nosotros múltiple donde coexistan diversas comunidades: científicas, artísticas, indígenas y no humanas. Al mismo tiempo, esa disponibilidad cooperativa implica una praxis, para reconocer el colapso ambiental, para asumir corresponsabilidades y transformar el desánimo y la parálisis en acción transformadora. Es que, tal vez, más que certezas, estamos buscando nuevas preguntas. Más que respuestas, inventamos modos de vivir con la incertidumbre, permanecer en el conflicto, pelear con lo que nos aparta de las problemáticas, en un campo de experimentación vital y colectivo.

Crónicas Contra Colapso: un podcast de ecología, arte, ciencia y comunicación

En una residencia de investigación artística en la Universidade Estadual de Campinas, São Paulo, realicé una serie de podcast que vinculan proyectos científicos con otras ontologías, como son las artes y las cosmovisiones indígenas. Uno de los objetivos es comunicar y afectar sensibilidades, ponerlas en relación con otras existencias, crear otros destinos y sentidos posibles frente a las metáforas apocalípticas. Es que, para no quedar paralizados ante estos tiempos catastróficos, hay que ensayar, proliferar, multiplicar, abrir, experimentar, crear ensambles tecno-sensoriales que habiliten otras percepciones situadas en los territorios y que problematicen el Antropoceno como destino fatal.

Los tres episodios están disponibles en Spotify y YouTube, y cronican los encuentros con artistas, investigadores, docentes de la UNICAMP, para hablar de cómo entrelazan en sus acciones las artes, la ciencia y la comunicación en tiempos de colapso ecológico. Las conversaciones se desarrollan sobre distintos territorios sonoros de Campinas y la música que genera la plataforma Gaia Senses. 

El primer episodio aborda cómo nuevas formas de comunicación científica han surgido de proyectos artísticos y con nuevos medios, como los podcasts. Allí conversamos con investigadoras del Laboratorio de Estudios Avanzados en Periodismo (LABJOR) y del Núcleo para el Desarrollo Creativo (NUDECRI). El segundo episodio habla de cómo es posible utilizar los avances computacionales asociados con elementos artísticos para hablar sobre el clima. Artemis Moroni y otros miembros del proyecto Gaia Senses, desarrollado por el Centro de Tecnologías de la Información Renato Archer (CTI) y el Núcleo Interdisciplinar de Comunicación Sonora (NICS), cuentan cómo la información meteorológica puede integrarse con elementos estéticos para transformar los datos en experiencias sensibles que concienticen sobre los efectos del cambio climático. Y el tercer episodio presenta una reflexión sobre otras formas de lidiar con el capitalismo. Un paseo junto a un río contaminado es el trasfondo sobre el que Hidalgo Romero, cineasta documentalista, narra cómo las consecuencias de la colonización europea pueden percibirse hasta nuestros días en la degradación de los ambientes, especialmente los acuáticos. Y, finalmente, el músico y escritor Tuti Fornari nos propone pensar los procesos creativos como una disponibilidad abierta a relacionarse con otras comunidades, especies y las tecnologías, instando a la cooperación contra el modelo de competencia neoliberal.

En toda esta experiencia de viaje e intercambio, y en la producción de este podcast, anida la convicción de que el sonido puede ser un espacio donde las resistencias operen para catalizar los cambios sociales y la justicia ecológica en los territorios de América Latina. El acto de escuchar nos sitúa, nos relaciona con otras existencias, nos transforma y es, sin duda, una forma de intervenir y participar en una comunicación universal.

El podcast tiene un aviso: está producido en portuñol, ya que también apuesto y defiendo a esta interzona lingüística como un lenguaje vivo y creativo, una encrucijada cultural, que permite derribar las barreras idiomáticas que, como tantas otras, impusieron y sostienen los poderes coloniales sobre Latinoamérica. Hoy, lo que puede ser experimentado como desorientación es la vivencia de un mundo en colapso, una escena donde la especie que se ha colocado en posición dominante se encuentra en retirada, una modernidad cuyos valores civilizatorios entraron en situación crítica, una colonialidad que estalla en pedazos desde las periferias más dañadas.

*Por Pablo Ramos para La tinta / Imagen de portada: Crónica Contra Colapso.

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Palabras claves: Cambio climático, Pablo Ramos, podcast

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