Agosto, mes de sahumar: el humo que limpia la pesadez del tiempo

Agosto, mes de sahumar: el humo que limpia la pesadez del tiempo
20 agosto, 2025 por Soledad Sgarella

El humito que surge de un manojo de yuyos es mucho más que aroma, es un ritual ancestral para limpiar el aire que respiramos y los espacios que habitamos. «Cargamos emociones, tensiones y climas que a veces se nos pegan. El sahumo lleva consigo lo pesado y lo transforma en liviano”, dice María de Crescencia, una de las portadoras de esta tradición que hoy encuentra eco en talleres de La Tiendita Colectiva. Un encuentro, un acto político y comunitario de cuidado, dice Susi Pita. Un camino para ver si encontramos la armonía personal y colectiva.

En la mesa del bar de siempre, Diana interrumpe la conversación: “¡Paren! ¿Sahumaron sus casas? Es agosto”. Es agosto claramente y, al parecer, es el nuevo marzo. La evidencia es irrefutable: hay que arrancar con todo, esta vez para terminarlo y por nuestras latitudes, el viento norte ―y la humedad de este año― nos baña de un cansancio que se respira en cada conversación.

Será que, en medio de este agobio que se siente en el aire, el gesto ancestral de armar y encender un atado de yuyos se vuelve una respuesta de rebeldía olfativa contra la pesadez. No es una moda pasajera, es un ritual que se transmite de generación en generación y que hoy ha resurgido con fuerza en talleres, ferias y conversaciones.

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Imagen: Laura Gómez.

La etnógrafa y el etnobotánico del CONICET, Celeste Medrano y David Jiménez-Escobar, en su trabajo “Sahumos, sahumeras y plantas. Botánicas multiespecies a orillas del río Paraná”, definen a los sahumos como artefactos confeccionados manualmente a partir de diversas partes vegetales (hojas, tallos, cortezas y flores) que, al quemarse, establecen “un diálogo que, mediado a través del humo, acompaña y conecta a los humanos, a los más-que-humanos, a las plantas y a los elementos —el agua, el aire, la luna, el viento, otros astros, etc.— que integran el entorno”.

Un puente. El humo es el vehículo que lleva la intención, que limpia y que transforma. Como escribe Merlina Nereidas, citada en el mismo libro: “Las hierbas son sustancias mágicas saturadas con la energía de la tierra, eso lo dice un tal Scott Cunningham, en su libro Herbalismo Mágico. El fuego actúa, volviendo volátiles los componentes más sutiles de las plantas, esos que percibimos a través de los aromas, y con su poder para transmutar nos permite unir nuestro aliento al suyo, para que eleve nuestra intención”. Y agrega: “Las plantas tienen su propio pensar colectivo y nosotros existimos con y gracias a ellas. Cada vez que nos permitimos integrar una nueva visión podemos ampliar también nuestro horizonte. Y me animo a pensar que cuando comenzamos a existir a través de las plantas, ellas se nos meten en el cuerpo y ya no somos tan humanes, mutamos las células, podemos atisbar sus visiones con otros ojos. De la sangre a la savia hay de distancia solo una molécula”.

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Imagen: Laura Gómez.

Desde La tinta, conversamos con María de Crescencia y Susi Pita, que comparten estos saberes en talleres que se hicieron y se repetirán en La Tiendita Colectiva.


“El sahumo es una costumbre muy antigua, un gesto que viene de lejos y que se transmite como un secreto entre generaciones. Consiste en encender hierbas, resinas y maderas para que el humo lleve consigo lo pesado y lo transforme en liviano. No es solo un acto físico: es una forma de limpiar el aire, el alma y la casa, de sentirnos más cerquita de la naturaleza”, dice María.


Ante la pregunta de para qué sahumar, su respuesta es clara y apunta directamente al malestar contemporáneo: “En lo cotidiano, cargamos emociones, tensiones y climas que a veces se nos pegan del entorno, de la gente o de los lugares donde vivimos. El sahumo es una forma sencilla y poderosa de soltar lo que pesa, crear rincones más livianos y acogedores, y volver a nuestras raíces y a escuchar la intuición”.

Un mapa vegetal en las manos

La materia prima de este ritual es un mapa vegetal de nuestro territorio. María enumera una farmacopea viva que se recolecta tanto en el monte nativo como en los baldíos, en el pastizal, en las vías del tren, de los árboles urbanos y de las plantas ornamentales y aromáticas. La lista parece un poema: aguaribay, marcela, paico, palo amarillo, carqueja, chusco, verbenas, topasaire y salvia guaranítica, entre las nativas. Cedro, artemisa, ciprés, eucalipto, laurel, lavanda, orégano, pino, romero y ruda. Cada una con su propiedad, cada una con su espíritu, tejiendo una red de saberes que une lo urbano con lo silvestre.

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Imagen: Laura Gómez.

El encuentro: la salida es colectiva

Armar los sahumos en una mesa, entre varias, entre varies, a varias manos, compartiendo, charlando, en silencio, como nos haga bien. En ese espacio fértil de lo comunitario. Susi Pita, de La Tiendita Colectiva, nos cuenta sobre los talleres que planearon junto a la organización feminista social y política La Colectiva: “El sentido del encuentro es descubrir al sahumo como herramienta de cuidado personal y de armonía para tu hogar. A través de las plantas y de una práctica consciente, aprender a transformar lo que nos rodea y también lo que llevamos adentro. Un paseo además por estas prácticas en nuestros pueblos originarios y las hierbas más utilizadas”.

Para Susi, estos espacios son una trinchera frente a la adversidad. “Nuestra apuesta es compartir experiencias de aprendizaje sobre producciones que armonizan con el cuidado ambiental”, señala. El taller, además, puede verse como una salida laboral: “Por eso también es con costos muy accesibles. (…) Creemos que la salida es colectiva y es por eso que queremos seguir llevando adelante estos encuentros amorosos y alegres, hechos muy difíciles en este contexto social y económico, tan difícil para las mayorías”. El primero (realizado el sábado 9 de agosto), cuentan, fue un éxito y ya tienen planificado uno nuevo para el sábado 20 de septiembre, de 15 a 17 horas, con un costo de $8.000.

Así, el humo aparece como el antagonista perfecto de la pesadez: la atraviesa y la dispersa, para reordenar el aire que compartimos. Sahumar es un acto de alquimia doméstica por el bien común.

*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada: Laura Gómez.

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Palabras claves: Agosto, La Tiendita Colectiva, Sahumar

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