Identifican e imputan a prefecto que provocó pérdida de visión ocular a un manifestante
Gracias a la reconstrucción audiovisual realizada por la organización Mapa de la Policía, se pudo determinar que fue el oficial Sebastián Emanuel Martínez el que disparó a la cara de Jonathan Navarro. «Los funcionarios políticos que hoy los empujan a usar la fuerza de manera irregular y desmedida dejarán el poder y serán los efectivos en calle los que padecerán las consecuencias de la irresponsabilidad de sus mandos», aseguran desde la red de participación ciudadana.
Mapa de la Policía lo hizo de nuevo. Así como había logrado ―a través de fotos, videos y drone― identificar al gendarme que disparó contra el fotógrafo Pablo Grillo, la organización pudo ahora detectar quién fue el agente que disparó a la cara del manifestante Jonathan Navarro.
Los dos hechos sucedieron el mismo día, apenas con tres minutos de diferencia, en la brutal represión desplegada por el gobierno de Javier Milei el pasado 12 de marzo.
Jonathan es hincha de Chacarita y vive en San Martín, provincia de Buenos Aires. Decidió participar de la marcha de los jubilados para acompañar a su papá, que tuvo que pagar $80.000 por un medicamento que antes conseguía de manera gratuita.
Durante la protesta, un agente de las fuerzas de seguridad le disparó a la cara, desde corta distancia, en abierta violación a los protocolos de uso de armas lanzagases. En el hospital, le comunicaron que la herida le había causado la pérdida total de la visión de su ojo izquierdo.
Con imágenes de domos y registros en alta definición de fotorreporteros, meses después del hecho, Mapa de la Policía logró identificar que el autor material del disparo era el oficial auxiliar Sebastián Emanuel Martínez, miembro de la Agrupación Guardacostas (AGGU) de la Prefectura Naval Argentina.
Ese día, Sebastián Emanuel Martínez portaba un rifle táctico disuasivo BYRNA TCR, un arma que dispara proyectiles neumáticos con gas pimienta. A pesar de que el manual de uso de este armamento prohíbe apuntar hacia partes sensibles del cuerpo, en el video publicado se observa que el disparo se efectuó a tres metros de distancia y que apuntó directamente a la cara de Jonathan.
Los escasos tres minutos que separan los casos de Pablo Grillo y Jonathan Navarro dejan en evidencia que las órdenes de romper los protocolos venían de arriba. Dos agentes de fuerzas distintas, ubicados en lugares diferentes y actuando sin referencia visual entre sí, ejecutaron conductas idénticas y prohibidas. Se trata de un patrón de actuación que trasciende lo individual y sugiere responsabilidades penales de toda la cadena de mando, que podría llegar hasta la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, responsable política del Comando Unificado.
Al respecto, la posición desde los diversos colectivos y autoconvocadxs que componen Mapa de la Policía es claro: «Cada agente policial, gendarme o prefecto que ejerza violencia ilegal tendrá que responder por sus acciones en la Justicia. Podrá ser sancionado y cumplir condena efectiva en una cárcel común».
Y el mensaje es también para los propios efectivos de las fuerzas: «Los funcionarios políticos que hoy los empujan a usar la fuerza de manera irregular y desmedida, más tarde o más temprano, dejarán el poder y serán los efectivos en calles los que padecerán la consecuencia de la irresponsabilidad de sus mandos«, sostienen desde la red de participación ciudadana contra la violencia policial.
En una nueva muestra de que la organización ciudadana puede derrotar la impunidad, la jueza federal María Servini recibió la prueba recolectada, imputó al prefecto, lo citó a indagatoria y le prohibió salir del país.
*Por Ezequiel Luque para La tinta / Imagen: Mapa de la Policía.
