La segunda desaparición de la cordobesa Rosa Novillo Corvalán quedó impune

La segunda desaparición de la cordobesa Rosa Novillo Corvalán quedó impune
18 agosto, 2025 por Adrián Camerano

El juez federal Alejo Ramos Padilla absolvió a los dos policías que hallaron el cuerpo de la militante política víctima de los «vuelos de la muerte».

A Rosa Eugenia Novillo Corvalán se empeñan en hacerla desaparecer, pero ―terca como era― ella se empeña en volver. Embarazada, fue secuestrada de su hogar en Campana en 1976 y permaneció desaparecida hasta que, sobre el final de ese mismo año, las aguas marrones del Río de la Plata la devolvieron a las costas de Punta Indio. La cordobesa fue una de las fugadas de la cárcel del Buen Pastor, militaba en el PRT-ERP y estaba en pareja con Guillermo Pucheta, que está desaparecido. Ella fue víctima de los vuelos de la muerte y fueron policías bonaerenses los que encontraron el cuerpo y gestionaron actuaciones que, a la postre, lograron su identificación, pero así y todo fue enterrada como NN en el cementerio de Magdalena y se consumó su segunda desaparición. Finalmente en 1998, el Equipo Argentino de Antropología Forense le restituyó nombre e historia a esos restos, que desde entonces descansan en un cementerio de Sierras Chicas.

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Guillermo Pucheta y Rosa Novillo Corvalán. Imagen: A/D.

El caso de «Tota» tuvo justicia tres años atrás, en el juicio por los vuelos de la muerte. Pero restaba juzgar la responsabilidad de ex oficial inspector Moisés Elías D’Elía y al ex oficial subinspector Julio César Morazzo, imputados por encubrimiento e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Para la querella, ambos ocultaron la identidad de la víctima, pero el juez federal Alejo Ramos Padilla los absolvió en una sentencia que el abogado Pablo Llonto consideró “abominable”. «Es un fallo basura», lapidó.


De este modo, el titular del juzgado en lo Criminal Correccional Federal 1, exabogado de Chicha Mariani y figura prestigiosa en el campo de los derechos humanos, puso un ladrillo más en la pared de la impunidad.

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Juicio oral ante el TOCF n.° 2 de San Martín, que juzgó los «vuelos de la muerte» de Campo de Mayo (2022). Imagen: Claudia Conteris / Fiscales.gob.ar.

“No sabe, no presta atención, no tiene ni idea”

La decepción de los familiares presentes, que esperaron este fallo por quince años, fue mayúscula. Llonto tampoco se anduvo con chiquitas y dijo a La Retaguardia que se trata de “un fallo que no tiene un solo punto para sostener, todo es insostenible desde lo jurídico y desde lo humano, un juez que cree que sabe cuando no sabe, que no presta atención a las pruebas, que no prestó atención en las audiencias, que no sabe de lo que hablaba: en un momento, dijo ‘partido de General Madariaga’, no tiene ni idea”.

El abogado querellante se permitió destacar que Ramos Padilla “mientras leía, le refregaba a las familias que tenían que estar todas las víctimas y no una sola, por eso es todo perverso”. Y subrayó que el magistrado “no valoró prueba” y, por lo tanto, “la resolución es arbitraria. Lo tenemos que decir con todas las letras: no merece ser juez, se tiene que ir, este fallo avergüenza la lucha de los organismos de derechos humanos, avergüenza una historia digna, lo que hizo haciendo esperar y esperar a la familia: revictimizó a la familia”, cerró.

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La auxiliar fiscal Ana Oberlin junto a los abogados querellantes Pablo Llonto y Rodrigo Cano, durante la audiencia en el Juzgado Federal n.° 1 de La Plata. Imagen: Fiscales.gob.ar.

La jornada final del proceso fue atípica, tanto por lo inesperado de la sentencia como por el modo que el juez eligió para llegar a la lectura de la misma. A contramano de los usos habituales ―simplemente se lee la parte resolutiva―, Ramos Padilla empleó unas cuatro horas para repasar los alegatos, el plexo normativo abordado y distintas circunstancias de los hechos. Así fue generando una espiral de expectativa, un suspenso que fue in crescendo hasta el punto cúlmine impensado: la absolución.

El juez valoró positivamente que Morazzo haya iniciado actuaciones formales ante el hallazgo del cuerpo; y que D’Elía, exsubcomisario, haya plasmado esa circunstancia en el libro de guardia. En su resolución no solo absuelve, sino que ―a casi medio siglo de los hechos y con escasas posibilidades de que ningún actor importante del proceso llegue vivo a esa instancia― mandó a extraer testimonios para que se investiguen las actuaciones de funcionarios en las desapariciones y los hallazgos de cuerpos en el entonces partido de Magdalena.


Al cinismo y la injusticia se lo enfrentó con entereza. “Fue una sentencia inesperada, pero no podemos bajar los brazos. Los abogados están ya estudiando cómo va a ser la apelación”, adelantó Rodolfo Novillo, exmilitante del PRT y hermano de Tota, incansable en la búsqueda de justicia. El fallo cosechó repudios de organismos de derechos humanos de distintas partes del país. Sepan los Ramos Padilla que, aunque se empeñan en desaparecerla, Tota siempre regresa.


*Por Adrián Camerano para La tinta / Imagen de portada: familia Novillo.

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Palabras claves: Juicios de lesa humanidad, Rosa Eugenia Novillo Corvalán, vuelos de la muerte

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