Ubuntu Coral, una propuesta de voces femeninas que entrelaza distancias

Ubuntu Coral, una propuesta de voces femeninas que entrelaza distancias
28 mayo, 2025 por Redacción La tinta

«La Leo te cuida, te trae buena suerte», canta con su voz inconfundible Vivi Pozzebón en «Madre baile», su homenaje a Leonor Marzano. Otra mujer, María Virginia Arellano, directora del coro femenino «Ubuntu Coral», va a llevar esa canción por todo lo alto en la función de gala del III Festival Internacional de Coros Femeninos a realizarse en julio de este año en Costa Rica.

Por Eloína Coronel para La tinta

«La Leo te cuida, te trae buena suerte», canta con su voz inconfundible Vivi Pozzebón en «Madre baile», su homenaje a Leonor Marzano. Otra mujer, María Virginia Arellano, directora del coro femenino Ubuntu Coral, va a llevar esa canción por todo lo alto en la función de gala del III Festival Internacional de Coros Femeninos (FICFE), a realizarse en julio de este año en Costa Rica. La primera edición del FICFE fue en Puerto Madryn; la segunda, en Guadalajara y la tercera, invita a San José de Costa Rica, en donde la anfitriona será Beverlyn Mora Ramírez. 

María Virginia Arellano es docente jubilada de música, su oficio y profesión. A los 18 años, comenzó a dirigir coros y no paró nunca. En 2018, empezó a imaginar un coro de voces femeninas. Actualmente, dirige Ubuntu Coral y es presidenta de la Fundación Ubuntu, soy porque somos, de la ciudad de Córdoba. Conversé con ella acerca de este espacio coral que nació en pandemia y se proyecta al mundo.

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Imagen: Ubuntu Coral.

―La primera pregunta que me nace es, ¿por qué alguien querría cantar en un coro y por qué hay tantos coros en Córdoba particularmente? ¿Y por qué un coro femenino?

―Alguien se suma a un coro porque cantar es una necesidad. Los coros cumplen un rol social muy importante. La realidad es que los coros vocacionales son masivamente de voces femeninas, con pocas voces masculinas, cuesta mucho más ensamblar un coro mixto y yo me dije: “Vamos a arrancar con un coro de mujeres porque yo sé que va a funcionar”. Era una razón práctica al comienzo. Los coros, igual que los bebés, tienen que nacer con nombre y justo mi hija menor, en esos años, logró hacer, durante seis meses, un intercambio estudiantil en Sudáfrica. Viviendo ahí, se empieza a consustanciar de la cultura sudafricana de la cual “ubuntu” es una filosofía muy importante, porque ubuntu es la cosmovisión que adopta Nelson Mandela y que tiene que ver con: “Yo soy porque nosotros somos, me pongo a la altura de todos los seres”. Una profesora de ella me dijo que la palabra ubuntu pertenece a un refrán más largo de una de las lenguas de Sudáfrica y que era muy adecuada para el nombre de un coro de mujeres. A comienzos del 2019, lo nombré así. Luego, muchas manos se sumaron y empezamos a sacar los primeros afiches que pegábamos en las paradas de los ómnibus como invitación para que se sumaran las mujeres.  

Yo quería hacer un coro intercultural de la ciudad de Córdoba, en tres zonas distintas de la ciudad. En estas ciudades grandes, no podemos hablar de la cultura cordobesa, hay subculturas o pequeñas culturas de acuerdo al lugar donde vivimos. Busqué los tres lugares: uno en Villa Rivera Indarte, otro en el centro y otro en zona sur, en el Centro Cultural de Villa El Libertador. Abrí un Facebook y unos cuantos pasacalles. Eso fue todo lo que hice y estaba yo sola. Hoy, tenemos seis espacios presenciales Ubuntu en países de Latinoamérica, en donde hay directores para cada lugar y, una vez a la semana, nos juntamos virtualmente.

En los inicios, empezamos los miércoles, los martes en el centro y los jueves en Villa El Libertador. Una vez al mes, los sábados, hacíamos un ensayo general, rotando los espacios de encuentro, y ahí empezó a suceder lo que yo deseaba, que las mujeres que no se habrían encontrado nunca, que rondaban lugares distintos, empezaron a reconocerse compañeras cantando con otras. Para finales de 2019, les planteé hacer un videoclip de “Manos de mujeres”, de Marta Gómez. Alcanzamos a grabar las voces y llegó la pandemia. 

―¿Cómo fue funcionar durante la pandemia justamente? 

―Nos comunicamos a través de un grupo de WhatsApp y por Zoom. Ya habíamos grabado y editado las voces en diciembre de la canción “Palabras al Viento”, armamos un videoclip, creamos un canal de YouTube y lo subimos un domingo a la mañana. Fue una explosión, fue muy emocionante. Luego, aprendimos a grabar las voces, armamos un equipo de guía de cuerdas y comenzamos, una vez a la semana, el ensayo de forma virtual. Primero, éramos de Córdoba y, luego del segundo videoclip, empezó a escribir gente de otros lugares de Argentina y de otros países para formar parte del coro. Mi cabeza todavía no podía concebir algo así, pero con el coro nos lanzamos y conformamos un equipo que, hasta el día de hoy, en su mayoría está. Y se fue sumando gente de diferentes latitudes. Así, estrenamos diez producciones audiovisuales en nuestro canal.

―¿De qué se trata el proyecto coral “Mucho más que dos”?

―En el 2021, una compañera que tenía la audición nula en uno de los oídos se conectó con una institución que enseña lengua de señas y me dijo: “¿Si hacemos una canción hecha con lengua de señas?”. Entramos en un mundo nuevo y realizamos tres producciones audiovisuales. En el 2024, nos contactamos con personas de otros países y surgió la idea de realizar un repertorio de ocho canciones íntegramente interpretadas en lengua de señas, proyecto que se llama “Mucho más que dos”. Ahí todas podemos cantar.

Luego, nos presentamos a una convocatoria de Naciones Unidas sobre diversidad cultural, que nos pedía influencia en las políticas públicas. Y nos planteamos: ¿y si con los coros estamos empezando a crear la conciencia de que todos los espectáculos musicales tengan un intérprete de lengua de señas? Se trata de un cambio de mentalidad para resolver un problema social. Eso me hizo tomar conciencia de que lo podemos trasladar a cualquier espectáculo musical y, así como hay rampas para entrar a edificios públicos, yo digo que haya rampas para subir al escenario, porque hay artistas que no pueden subir a los escenarios, que haya la posibilidad del programa braille, es decir, crear un mundo para todos.

―En el Festival Internacional de Coros femeninos este año, ¿se van a encontrar por primera vez de forma presencial todos los coros Ubuntu?

―Sí, vamos a presentar “Mucho más que dos”, con un breve video que vamos a hacer con todos los coros que estamos en este proyecto. Hay siete personas del coro de Córdoba que desean profundamente viajar y no tienen cómo hacerlo, entonces, desde la Asociación, hemos puesto en marcha una campaña para que puedan hacerlo y esta propuesta de coros femeninos siga creciendo. Para quien quiera colaborar, puede entrar a nuestra página. Queremos ir a FICFE y llevar nuestra propuesta que es musical, es espiritual, es ambiental. Es un proyecto coral de inclusión, para que lo normal sea que podamos vivir juntos, ya que tenemos todos el mismo derecho de pertenecer. Y queremos también llevar música de Córdoba, por eso, llevamos “Madre baile”. El día de la función de gala del Festival, cada coro canta una canción homenajeando a una compositora del país de origen y, como es exactamente el 9 de julio, vamos a homenajearla a la Leo, Leonor Marzano, creadora del cuarteto, una pionera cuando las mujeres en el arte lo hacían dentro de sus casas nomás, en la versión de la compositora Vivi Pozzebón. 

―Para terminar, ¿cuáles son las invitaciones que quieren hacer desde Ubuntu Coral? ¿Se puede entrar al coro en Córdoba todavía?

―Por supuesto, en Córdoba, tenemos un lugar en el centro y tenemos otro en zona norte; en Unquillo; en Cerro Chato, Uruguay; en Bogotá; en Ciudad de México y en Mar del Plata. O sea, en Argentina, tenemos cuatro espacios presenciales, uno en Uruguay, uno en Colombia y uno en México. La invitación siempre es a cantar.

Para tener mayor información sobre la propuesta, podés contactarte a contacto@ubuntusoy.org.

*Por Eloína Coronel para La tinta / Imagen de portada: Ubuntu Coral.

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Palabras claves: Leonor Marzano, Ubuntu Coral

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