Susy Shock: «Nuestro cancionero popular es muy bello, pero muy heterocentrista»

Susy Shock: «Nuestro cancionero popular es muy bello, pero muy heterocentrista»
23 mayo, 2025 por Iniaki Rubio Mendoza

La polifacética artista Susy Shock regresa a Córdoba con la presentación de su nuevo disco, «Revuelo Sur», coproducido junto a la Bandada de Colibríes. El trabajo explora tangos, milongas y otros compases rioplatenses como homenaje a sus raíces paternas. En su tercer álbum discográfico, la cantante reivindica la escena cultural trans-travesti argentina y defiende el “sur” como una subjetividad política desde donde observa el mundo en el que habita. «Hay que sentirse orgullose de ser sudaka». La cita tendrá lugar hoy, a las 21 horas, en el espacio cultural Platz de la ciudad de Córdoba. 

Por Iñaki Rubio Mendoza para La tinta

Con más de 40 años de trayectoria en el teatro, la literatura y la música, Susy Shock es una voz emblemática del colectivo travesti-trans y uno de los orgullos culturales de la Argentina. Activista incansable, fue protagonista de las luchas más importantes del colectivo disidente en el país y su obra ha sido clave para visibilizarlas, reescribiendo el relato cultural hegemónico desde una mirada traviarca, sudaka y profundamente tierna.

A lo largo de su carrera, editó tres discos y siete libros, aunque escribió y compuso desde que era adolescente. Sus padres siempre fueron una gran fuente de inspiración para ella y, precisamente, su nuevo álbum homenajea a sus raíces paternas en un viaje sonoro por los compases de tangos, milongas, candombes y otras músicas del sur rioplatense. El disco, que lleva el mismo nombre que su primer poemario, es también una declaración de principios: un posicionamiento desde el sur del mundo, desde donde Susy mira, escribe, canta y conspira. En un contexto político adverso para las disidencias, su obra se convierte en un refugio, en memoria y, por qué no, en un revuelo sin precedentes.

Tras presentar Revuelo Sur en Europa, Shock regresa a Córdoba como parte del festival de artes y disidencias, El Deleite de los Cuerpos. Ayer, presentó su último libro, La Loreta / Pibe roto, en la Plaza de la Música, en un coloquio conducido por la artista y activista, Noe Gall. Hoy, dará a conocer el nuevo álbum junto a la Bandada de Colibríes, a las 21 horas, en el espacio cultural Platz. «Necesitamos que nuestra gente venga; mientras todo se cae, tenemos que demostrar que nuestro arte sigue vivo, organizándonos y apoyándonos entre nosotras». 

―Tu último disco se titula como tu primer libro, el poemario «Revuelo Sur». ¿Por qué?

―Mi anterior libro, Realidades (2020, Muchas Nueces), fue una recopilación poética de mis primeros tres libros —Relatos en Canecalón (2011, Ediciones Nuevos Tiempos), Poemario Transpirado (2011, Ediciones Nuevos Tiempos) y Revuelo Sur (2007, Ediciones Nuevos Tiempos)― y eso significó bucear en mi obra. Revuelo Sur es el primer libro que edité, pero lo componen poemas que llevo escribiendo desde la adolescencia. Entonces, el hecho de indagar en mi obra y volver a pasar por todo el tránsito de una misma, con todo lo que significan las distintas épocas que una ha vivido y que una vive en un país y en este mundo, me confirmó una cosa: cuando vos empezás a escribir y no te conoce nadie, tenés una audacia absolutamente mayor, como si no tuvieras que rendirle cuentas a nadie. Después, cuando eres conocida, hay un condicionamiento de lo que sos, de lo que cree la gente que sos. Por lo tanto, cuando vuelvo a firmar el libro, lo hago con cierta crudeza y eso es lo que he querido reafirmar poniéndole el mismo título a mi nuevo disco: esa crudeza, ese “no debo nada a nadie en términos políticos y estéticos”. 

―Cuando hablas de “revuelo”, ¿te refieres a esa crudeza?

El revuelo es ese último giro que da el gallo para acertar el espolón y eso es lo que nos está faltando en este momento de tanta violencia y tanta derecha legitimada. Es un intento de dar esperanza y motivación, como decir “vamos país, vamos, que no pueden llevarnos puestos, vamos, que hemos constituido otro destino posible en estas tierras”, y, desde ahí, hay que pararse para construir algo nuevo. Hay que pelear por los hermosos viejos sueños, no tanto para restituirlos o para repetirlos, sino para volver a sentirnos en ese cuerpo soñador, que es lo que nos está faltando.

―¿Y qué significa el “sur”?

―El sur es el punto desde donde miro y estoy. El sur no es solamente un punto cardinal y, cuando empezás a viajar, te das cuenta de eso: más allá de la geografía de un país, el sur es mi zona en el mundo, el sentirme sudamericana, latinoamericana y de los sures del mundo. Es una confirmación de que soy de ahí, también para diferenciarme de otras propuestas. No quiero ser parte de este mundo moderno, ese primer mundo que nos invita siempre a ser como si ser del sur fuera una falta, cuando es una potencia riquísima. 


Nos merecemos vivir enormemente mejor de lo que vivimos, pero la modernidad, ese paradigma del primer mundo, no es el camino. Hay algo que hay que refundar y lo primero que hay que hacer es sentirse orgullose de pertenecer al sur, de ser sudaka,  porque eso es lo primero que nos sacan. Es como cuando nos llamamos travas, ¿no? Robarle al enemigo la insolencia del insulto y reapropiarnos de él. De ahí viene lo nuevo. 


―Tras explorar ritmos folclóricos en el último disco, has vuelto a sumergirte en los compases rioplatenses como el tango o la milonga. ¿Qué te aportan artísticamente?

―El folclore me viene de mi madre tucumana y mi papá pampeano, una pareja de provincianos que se exilió en la gran ciudad, como otros muchos, en busca de una vida mejor. Eso está repleto de una añoranza y de una melancolía que el tango ha sabido abrazar. Además, nací en un conventillo del barrio rioplatense de Balvanera, una zona muy, muy tanguera. Mi familia siempre ha sido muy matriarcal, por lo que siempre ganó lo tucumano ahí, pero hay una parte de mi viejo que es muy tanguera y quise reconocerlo de alguna manera. 

De todas formas, cuando se habla de ritmos rioplatenses, siempre se piensa en el tango y la milonga, pero hay más bailes y sonidos, como el candón, la murga, el bailecito criollo y muchos más, y también quise reflejarlo en el disco, a través de distintas compositoras que aportaron a esta creación. Y es que, desde mi segundo disco, vengo sumándome a lo colectivo musical, creo que esa mirada diversa enriquece la obra. Mi primer disco estuvo compuesto prácticamente en su totalidad por mí, siendo consciente de las limitaciones que tengo, y eso me empujó a mezclarme con enormes compositores. Me aportaron músicas increíbles. 

―Cuando empezaste en el mundo de la música, eras prácticamente la única travesti folclórica. ¿Ha cambiado mucho la situación?

―Sí, es resonante. Siento que hubo algo de búsqueda de abrir ese juego, proponiendo talleres, desde la escritura hasta el que fue, en su momento, el primer cancionero travesti-trans latinoamericano. Hubo un intento de crear cancioneros propios y nuevos. Eso da como resultado el empoderamiento, el espejarse y crear referentes, algo que mi generación no tuvo. Nuestro cancionero popular es muy bello, pero muy heterocentrista, con temas que difícilmente conectan con nuestra historia, por eso, fue muy necesario empezar a escribir nuestras propias historias. Hoy, hay nuevas generaciones aportando esa belleza de lo que somos. 

―Antes de empezar a cantar, ya escribías. ¿Por qué decidiste dar el salto a la música? ¿Qué te aporta cada género artístico?

―Se lo tengo que agradecer al teatro. Empecé en él a los 14 años y comencé a escribir para esa disciplina, hasta que una obra de teatro me requirió cantar y fue después cuando decidí explorar cada una de las ramas. Fue muy interesante: cada disciplina tiene distintos procesos y modos, pero siento que, sobre todo, soy una artista escénica. No importa si es el canto, la poesía o una obra de texto: es el escenario, la comunicación, el hecho de que otro recibe lo que siento, lo que me enciende esa chispa que me impulsa a la hora de escribir y eso lo vale grande. 

―Ayer, presentaste tu nuevo libro, «La Loreta / Pibe roto», en Córdoba. ¿Cuál fue tu intención al escribirlo?

―El libro es algo así como el cierre de una etapa personal, en el contexto actual que vive el país. Cuento historias que nos atraviesan; parecen simplemente personales, pero no lo son. Hablo de aprender a sanar, a duelar; las personas duelamos de distinta manera, en distintos momentos, pero solamente nos sostiene la memoria. Siento que hay personas que nos tocan para hacerles memoria y quizás sea esa la síntesis, sobre todo, del pibe roto.

―»La Loreta» también es el título de una de las canciones del disco Revuelo Sur.

―»La Loreta» es un texto que yo empecé a escribir antes de aprobarse la Ley de Identidad de Género y «Pibe roto» es una historia recontra reciente. La Loreta somos todas, no soy solo yo, es la memoria de todas las trans-travas, es Loana, Diana, Nadia, Maite… y otras tantas que sus nombres no conocemos. El disco anterior, Traviarca, se lo dediqué a todas las traviarcas —travas y matriarcas— que hay en cada provincia, en cada rincón, aquellas que hicieron este país.

Hoy, viernes 23 de mayo, 21 horas en Platz (Av. Maipú 350), Córdoba capital. Entradas por Antesala.com.ar.

*Por Iñaki Rubio Mendoza para La tinta / Imagen de portada: Sebastián Freire.

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Palabras claves: Platz, Susy Shock

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