La Biblioteca Nacional sede Juan Filloy, un pulmón de silencio que resiste en pleno centro cordobés


En el edificio del Correo Argentino, funciona la sede cordobesa de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. En esta nota, conversamos con Raúl Tamargo, referente del espacio, sobre la particularidad del proyecto, la colección cordobesa, las joyitas que nos podemos encontrar allí y otras actividades culturales que desarrollan. En épocas de inmediatez tecnológica, las bibliotecas sobreviven como islas de calma.
Ahora que la IA se presenta como respuesta aparente e inmediata a cualquier duda cotidiana, o como solución a cuestiones profesionales, reencontrarnos con los libros, papeles, cuadernos y con los demás es, al menos, disruptivo. Las bibliotecas nos reúnen alrededor de los libros, promueven conversaciones, son espacios de encuentro entre vecinxs, posibilitan la circulación de la palabra de formas diversas, brindan oportunidades para participar de eventos culturales o aprender cosas nuevas. Porque si hay algo que nos renueva cada día es la posibilidad de aprender. En nuestra provincia, existen más de 20 bibliotecas públicas censadas que, con sus singularidades, habilitan en cada territorio el acceso a la palabra como un derecho humano.
Desde 2023, en la ciudad de Córdoba, funciona una sede de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, que lleva el nombre de Juan Filloy. Desde La tinta, nos acercamos a conocerla y conversar con su coordinador, Raúl Tamargo, sobre el rol de las bibliotecas nacionales, la historia de la sede Córdoba, los proyectos que allí desarrollan y todas las particularidades que tiene la misma.
La sede Juan Filloy forma parte de un proyecto de la Biblioteca Nacional radicada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que busca la creación de espacios bibliotecarios de integración federal. En sus primeros tiempos, funcionó en el Cabildo de la ciudad y, en 2023, se estableció físicamente en el edificio de Correo Argentino. Es para destacar que todo el mobiliario es réplica del original, diseñado por Clorindo Testa.



Raúl Tamargo explica que, para hablar de la historia de la sede Córdoba, es importante empezar diciendo que la Biblioteca Nacional Mariano Moreno existe desde la federalización de la Ciudad de Buenos Aires. «Entre 1810 y 1884, se llamó Biblioteca de la Ciudad de Buenos Aires, después, pasó a cumplir funciones nacionales. Desde fines del siglo XIX y hasta 2020, la verdad es que sus actividades y preocupaciones estaban centradas en la Ciudad de Buenos Aires, su presencia fuera de la misma era esporádica. En 2020, la gestión de Sasturain decidió poner en marcha un plan de federalización que apuntó a varias cosas, entre ellas, a la presencia de la Biblioteca a través de sedes y hacer visible la producción documental del resto del país con el fin de conformar lo que se llama una bibliografía nacional argentina. Es decir, la compilación de todos los documentos que se editan en el país, los tenga o no los tenga la Biblioteca Nacional», relata Tamargo. Y agrega que, si bien se trata de una tarea bastante técnica y de interés específico de bibliotecarios, en realidad, es una herramienta de suma utilidad para investigadores. Actualmente, hay otras dos sedes en Mar del Plata y en una de las bases de la Antártida.
Las bibliotecas son espacios que persisten en estas épocas de inmediatez mediada por la tecnología, resisten como islas de silencio y calma, también como espacios donde nuestra cultura entra en ebullición, permitiendo el encuentro de la comunidad. «En las bibliotecas, hay materiales que no se consiguen en ningún otro lado», dice Raúl Tamargo.


«Los documentos escritos que están protegidos por derechos de autor se compran o se accede a ellos a través de bibliotecas. La tradición que tiene la biblioteca como institución y el soporte papel prueban su perdurabilidad, mientras que la estabilidad del mundo digital está por verse todavía. Un libro en papel bien conservado sabemos que puede durar muchos cientos de años. Quienes conservan en buenas condiciones esos materiales son las bibliotecas y los archivos».
La misión de la Biblioteca Nacional es, justamente, conservar, compilar, difundir, procesar todo lo que se publica en Argentina. La sede Juan Filloy tiene como meta hacer lo mismo, pero con todos los materiales que se producen en Córdoba, por esto es tan singular el espacio. «Coleccionamos todo lo que sea de autores cordobeses, editoriales cordobesas o de temáticas cordobesas. Tenemos ya más de 2000 libros catalogados, algunos también están en Buenos Aires, pero otros no», comparte el coordinador del espacio. «Nos interesa especialmente alentar a los editores de Córdoba y a los autores que, muchas veces, son también sus propios editores a que nos traigan sus libros».
En esta sede, hay una colección importante de poetas contemporáneos de nuestra provincia. También, se puede consultar la serie publicada por el Gobierno de la Provincia de Córdoba en 2005 y 2006 de historias populares de cada localidad, son más de 100 y tienen la particularidad de que vecinos y vecinas de cada territorio confeccionaron y realizaron la edición intelectual de los ejemplares, por lo que se pueden observar variedad de enfoques. Es importante mencionar que la biblioteca cuenta con ejemplares de la Editorial Assandri, fundada en nuestra ciudad a fines de los años 30, y con ediciones de Alberto Burnichon, importante editor de nuestra provincia, asesinado en la última dictadura militar. Entre los textos, se destaca El rescate, de Daniel Moyano, editado por Burnichon cuando el escritor no era lo conocido que se hizo posteriormente. En ambos casos, se trata de libros muy difíciles de conseguir, como lo es también la primera edición de Espantapájaros, de Oliverio Girondo, que si bien no tiene que ver con la temática cordobesa, está disponible en la biblioteca.



Actualmente, la sede Juan Filloy tiene tres proyectos en marcha:
Catálogo abierto es una serie de entrevistas realizadas a editores de la provincia por José Pablo Muñoz, bibliotecario de la Biblioteca Mayor UNC. En este marco, comparten la edición digital de una entrevista por mes y existe un compendio de 16 entrevistas reunidas en el primer tomo resultado de este proyecto, aunque Muñoz ya hizo al menos 30. Son entrevistas breves, pero jugosas, en palabras de Tamargo. Las mismas intentan develar el enfoque característico de cada editorial, desde qué lugar y cómo edita quien edita; en definitiva, intentan dar a conocer el perfil del editor. Quizás esta sea una vía para construir el mapa editorial de nuestra provincia.
Lecturas al paso tiene que ver con la difusión de textos de autores cordobeses mediante códigos QR que cambian todos los meses su contenido. Son al paso porque permiten lecturas cortas utilizando el celular. Estos QR, originalmente, fueron distribuidos por las bibliotecas públicas de la provincia y algunas otras instituciones. “Nosotros se lo ofrecemos a quien quiera, vos te enlazás y encontrás un texto o fragmento de texto. En general, son textos muy cortos porque la idea es que esto esté en lugares de paso. Siempre son autores cordobeses o ediciones cordobesas o de temática cordobesa, y uno para niños. Todos los meses, renovamos el texto”, explica Raúl.
Biblio valija es el proyecto más reciente. Comenzó con la primera entrega de una valija llena de lecturas a los chicos y chicas de la escuela Mariano Moreno de la localidad de Salsipuedes, en el marco del 3° Bosque de Poesía, auspiciado por la Biblioteca Nacional sede Córdoba.


Por otra parte y en sintonía con la tarea de documentar y preservar que tienen las bibliotecas, en 2023, se firmó un convenio con el CISPREN, por el cual, en esta sede, se realiza el trabajo de digitalización del Diario Córdoba (1928-1985), cuya colección completa posee el sindicato. Esto es de gran importancia, ya que se trata de una fuente de información clave sobre la historia de la provincia y el país durante el siglo XX, muy consultada por investigadores.
Podés visitar la Biblioteca Nacional sede Juan Filloy de lunes a viernes de 9 a 15 h. En Av. Colón 210, 1° piso, edificio del Correo Argentino. Acercate a conocer todo el material de temáticas cordobesas, autores y editores de nuestra provincia. También encontrarás un espacio cálido y con acceso a internet para leer, escribir o bien descansar por un rato del ruido de la ciudad. Enterate y participá de las actividades culturales que promueven y posibilitan a través de las redes sociales de la Biblioteca.
*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta.
