India y Pakistán: ¿el fin de la disuasión nuclear?

India y Pakistán: ¿el fin de la disuasión nuclear?
7 mayo, 2025 por Gonzalo Fiore Viani

El conflicto indo-pakistaní desafía la teoría de la disuasión nuclear. ¿Estamos al borde de una catástrofe?

El mundo observa con creciente preocupación el recrudecimiento del conflicto entre India y Pakistán, dos potencias nucleares enfrentadas en una de las regiones más volátiles del planeta. La teoría de que las armas nucleares actúan como elemento disuasorio para evitar guerras directas entre Estados parece resquebrajarse ante la realidad: es la primera vez en la historia que dos países con arsenales atómicos se enfrentan militarmente sin intermediarios. El riesgo de una escalada catastrófica es tangible y el sistema internacional disputando el poder en el mapa geopolítico hace entender que no existen liderazgos capaces de mediar.

La raíz de la confrontación se remonta a 1947, cuando la partición de la India británica creó dos Estados enemistados desde su nacimiento: la India, de mayoría hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana. La disputa por Cachemira, una región de mayoría musulmana, pero bajo control de un maharajá hindú que optó por unirse a India, desencadenó la primera guerra indo-pakistaní (1947-48). Desde entonces, la región ha sido un polvorín, dividida por la Línea de Control (LoC), una frontera de facto que ninguno de los dos países reconoce como legítima.

Las guerras posteriores —1965, 1971 (que llevó a la independencia de Bangladesh) y escaramuzas como la de Kargil en 1999— consolidaron una rivalidad alimentada por el nacionalismo, el terrorismo transfronterizo y, desde 1998, la posesión de armas nucleares por ambas partes. Pakistán, en particular, ha sido acusado reiteradamente por India de apoyar a grupos militantes como Lashkar-e-Taiba (LeT) y Jaish-e-Mohammed (JeM) para desestabilizar Cachemira.

conflicto-india-pakistan-armas-nucleares-2025
Imagen: AFP.

La introducción de armas nucleares en el conflicto transformó su naturaleza. A diferencia de la Guerra Fría, donde EE. UU. y la URSS establecieron protocolos claros para evitar errores de cálculo, India y Pakistán carecen de mecanismos robustos de comunicación en situaciones de crisis. Pakistán, además, ha adoptado una doctrina de «primero usar» sus armas nucleares en caso de una invasión convencional india, lo que aumenta el riesgo de una escalada rápida.

En 2019, tras un ataque suicida en Pulwama (Cachemira india) que mató a 40 soldados indios, India respondió con incursiones aéreas en territorio pakistaní. Islamabad contraatacó derribando un avión indio y capturando a su piloto. La crisis se contuvo, pero, en 2024, el ataque en Pahalgam (26 muertos) reavivó las hostilidades. India suspendió el Tratado de Aguas del Indo —vital para Pakistán— y Pakistán cerró su espacio aéreo a aviones indios. Los bombardeos transfronterizos en la LoC son ahora diarios y la retórica belicista de ambos gobiernos nacionalistas alimenta el peligro.

La idea de que las armas nucleares impiden guerras a gran escala se basa en el concepto de «destrucción mutua asegurada», pero el conflicto entre India y Pakistán demuestra que, en contextos de rivalidad crónica, la disuasión puede fallar. Tres factores clave explican esta vulnerabilidad: primero, las asimetrías estratégicas, donde Pakistán, al ser militarmente más débil en el plano convencional, depende de su arsenal nuclear para equilibrar la balanza, mientras que India ha desarrollado doctrinas como la de «ataques quirúrgicos» para evadir una respuesta nuclear. Segundo, las proxy wars, ya que el apoyo pakistaní a grupos militantes en Cachemira le permite a Islamabad negar responsabilidad directa, aunque India ha dejado de tolerar esta ambigüedad; y tercero, la falta de mediación efectiva, pues Estados Unidos, antes un garante de estabilidad en la región, ahora centra su atención en Ucrania y Taiwán, mientras que China, aliado clave de Pakistán, no ejerce la presión necesaria para frenar la escalada. Este escenario revela que, cuando el conflicto es prolongado y las tensiones son profundas, la lógica de la disuasión nuclear puede debilitarse, aumentando el riesgo de una catástrofe.

armas-nucleares-arsenal-global-mapa-SIPRI-2020
Imagen: Arsenal mundial de armas nucleares. En enero de 2020, nueve Estados poseían alrededor de 13.400 armas nucleares. Fuente: SIPRI.

El conflicto indo-pakistaní no es ajeno al aumento global de tensiones. Según el informe anual que realiza el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el gasto militar mundial creció un 9.4% en 2024, el mayor salto desde la Guerra Fría. Europa, tras la invasión rusa a Ucrania, incrementó su gasto un 17%, mientras que Medio Oriente —con la guerra en Gaza— también registró cifras récord. Los cinco principales gastadores son EE. UU., China, Rusia, Alemania e India.


Esta carrera armamentista refleja una desconfianza profunda en el orden internacional. La ONU y otros organismos multilaterales han demostrado ser incapaces de prevenir o resolver conflictos. En el caso de India y Pakistán, la militarización es preocupante: ambos destinan recursos millonarios a modernizar sus arsenales nucleares mientras sus poblaciones enfrentan pobreza y desigualdad.

conflicto-india-pakistan-militarizacion
Imagen: Reuters.

Mientras las potencias discuten geopolítica, los cachemires sufren las consecuencias. La región, una de las más militarizadas del mundo, vive bajo toques de queda, censura y brutales violaciones a los derechos humanos. La revocación india del Artículo 370 en 2019 —que eliminó la autonomía de Cachemira— exacerbó la represión. Pakistán, por su parte, instrumentaliza el sufrimiento cachemir para justificar su postura antiindia.


El conflicto indo-pakistaní es un recordatorio de los peligros del colonialismo mal desmantelado. Las fronteras arbitrarias dibujadas por el Imperio británico siguen generando violencia décadas después. Pero también expone los límites de la disuasión nuclear en un mundo sin reglas claras.


En una región donde el nacionalismo y las armas nucleares se mezclan, el costo de un error podría ser inimaginable. Como advierte el SIPRI, vivimos en una era donde «la paz ya no es la norma, sino la excepción». India y Pakistán son el ejemplo más alarmante.

*Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta / Imagen de portada: Shahid Saeed Mirza/AFP.

Suscribite-a-La-tinta

Palabras claves: armas nucleares, India, Pakistan

Compartir: