Esto pasó en una tarde en la Argentina de Milei, adentro y afuera del Congreso

Esto pasó en una tarde en la Argentina de Milei, adentro y afuera del Congreso
13 marzo, 2025 por Redacción La tinta

Mientras, en el Congreso, los diputados oficialistas volteaban la sesión a las piñas, en la calle, las fuerzas de seguridad iban contra los miles de hinchas y manifestantes de la marcha de jubilades. Sobre las avenidas Rivadavia e Hipólito Yrigoyen, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ordenó un operativo represivo con camiones hidrantes, palos y gases contra adultos mayores, periodistas, sindicatos e hinchas de clubes de fútbol. Para la medianoche, en distintos puntos de Capital Federal, comenzaron los cacerolazos.

“Vengan zurdos”, anunciaba el camión hidrante de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, previo a la hora de convocatoria de la concentración de jubilades e hinchas, en una alianza solidaria en estos tiempos crueles. La represión que se desplegó, a cargo de la ministra Patricia Bullrich, fue brutal y feroz. Antes de las 17 que era la cita, vimos cómo la policía tiró al piso a una jubilada, luego de ser golpeada con un palo. Ese momento anunciaba lo que vendría, una policía envalentonada, que plantó un arma, llevó infiltrados, usó autos particulares e hirió gravemente al fotógrafo Pablo Grillo en la cabeza por el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno, quien ahora pelea por su vida, con un estado reservado. 

Sin datos confirmados, a medianoche, se estimaban más de 150 detenciones y según informó el CELS: “Hay un nene y una nena alcanzados por gases. Hay un fotógrafo que está siendo operado en este momento con fractura de cráneo. Hay una señora jubilada, Beatriz, de 87 años, con traumatismo. El gobierno resucita la narrativa del ‘golpe de Estado’ para justificar una represión feroz y una escalada de violencia que empezó ayer con las amenazas de la ministra Bullrich. Las decenas de personas heridas y detenidas son trabajadorxs de prensa, jubilados, integrantes de organizaciones sociales, políticas y sindicales. No hay golpe, hay represión”. 

Desde Argentina Humana, se acercaron a la medianoche al Centro de Monitoreo de la Policía de la Ciudad en el Obelisco y expresaron sobre el estado de las personas detenidas: “No los dejan ir al baño, muchos están heridos, sin agua ni comida y no existe ninguna respuesta acerca de si van a ser trasladados o liberados”. 


El saldo de la jornada, para estas horas, es difícil de resumir, así como los impactos que tendrá en la gobernabilidad de la gestión presidencial. Pero no caben dudas de que estamos ante formas fascistas, donde dejaron en claro, por un lado, que van contra el derecho a la protesta: eso implica ir detenido, ser golpeado, gaseado y la vida amenazada. Y, por otro lado, otra confirmación antidemocrática fue el levantamiento de la sesión en la Cámara Baja, en medio de internas libertarias, para no tratar dos temas claves: retirar facultades delegadas y confirmar autoridades de la Comisión de Juicio Político.


280.000 mil pesos es la mínima de un jubilade

Entre gases lacrimógenos, una jubilada le dijo a una notera: “¡Sí, puedo hablar, mirá a todos estos hijos de puta! Calculá la cantidad de guita que puso esta mina loca, fascista en la calle y a los jubilados les dan dos mangos. Puedo hablar y hablo”. Otro jubilado, en un móvil de Crónica TV, afirmó con tremenda firmeza: “Tengo 91 años y prefiero morirme en una marcha y no en un hospital sin medicamentos”. ¿Cómo puede ser que una gran parte de la sociedad no tenga empatía? ¿Qué pasa con un pueblo que tolera esto?

Como detalla Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), desde que Milei cambió la fórmula por decreto, hoy, las jubilaciones son 27% menores. Desde la asunción de LLA, los jubilados de la mínima perdieron 13,3% de poder adquisitivo y se les congeló el bono en $70.000 desde hace más de un año (de haberse actualizado en la misma proporción que el haber, el bono debería ser de $145.300). Los medicamentos de la canasta PAMI aumentaron sus precios 373,1% (197,4 p.p. por encima de la jubilación mínima con bono) y se sacaron 55 moléculas farmacológicas de la canasta PAMI. Se dio de baja la moratoria jubilatoria (9 de cada 10 mujeres y 8 de cada 10 varones cercanos a la edad de retirarse no podrán acceder a una jubilación) y se eliminó la devolución de IVA de $18.800 para compras con tarjeta de débito.

Insultos, amenazas y golpes para no dar quorum

Mientras tanto, adentro del Congreso, el presidente de la Cámara de diputados, Martín Menem, levantó la sesión legislativa, aprovechando el clima de alboroto por las internas entre integrantes de La Libertad Avanza. Después de votar la emergencia por las inundaciones en Bahía Blanca, la diputada de Unión por la Patria, Victoria Tolosa Paz, propuso una moción para emplazar a las comisiones a derogar las facultades delegadas a Milei por la Ley Bases. La LLA y aliados se empezaron a levantar para dejar sin quorum la sesión, donde también quedaba como tema a tratar la elección de autoridades de la comisión de juicio político y confirmar a Pagano como presidenta de la Comisión de Juicio Político. Según trascendió luego, desde el núcleo de Karina, querían desplazarla para que sea Benegas Lynch.

Rocío Bonacci y Marcela Pagano, diputadas de LLA, no respondieron al bloque y no se levantaron. Las libertarias Lilia Lemoine y Celeste Ponce las increparon: “Están dando quorum al kirchnerismo”. En otra zona de la Cámara, el diputado Zago, del espacio MID, exjefe de bloque de LLA, fue acusado por el correntino Almirón, aún en el bloque oficialista, de traidor por sostener el quorum. La sesión terminó con amenazas dentro del bloque oficialista y con quejas desde la oposición por el acto antidemocrático de levantamiento de la sesión.

En paralelo, mientras afuera seguía la represión y persecución, la gente comenzó a salir en varios puntos de la ciudad a cacerolear. Y, siendo la medianoche, una columna de vecines comenzó a marchar hacia Plaza de Mayo. 

El arco político oficial comenzó con su show de comunicados y posteos en las redes sociales, su territorio predilecto. Bullrich insiste en sostener su accionar nefasto en la narrativa, instalando un enemigo interno que suena a la vieja y recalcitrante teoría de los demonios: “Los violentos detenidos hoy muestran lo peor de la decadencia que estamos dejando en el pasado. Detuvimos un centenar de violentos piqueteros, militantes de agrupaciones políticas y barras bravas, que son integrantes de organizaciones criminales que operan con total impunidad desde hace años. Con la nueva Ley Antimafia, los más de 100 detenidos enfrentan penas de hasta 20 años de prisión. Se terminó el tiempo de los aprietes, la extorsión y el negocio del miedo. Vamos a desmantelar estas estructuras delictivas. En Argentina, manda la ley, no los barras ni la izquierda”.

Antes, Bullrich había dicho en uno de sus canales de confianza que Pablo Grillo, el fotógrafo gravemente reprimido, “es un militante kirchnerista que trabaja en el municipio de Julián Álvarez y ya está preso”. Y, luego, concluyó diciendo: «Estamos ganando». Es imposible no pensar la analogía exacta con las palabras dichas por el militar y genocida, Galtieri, en el 82, en medio de una guerra. Por otra parte, el diputado libertario de la provincia de Buenos Aires, Agustín Romo, publicó en X: “Nos van a tener que matar a todos para sacarnos del gobierno. Que carajo se pensaron? Les ganamos a todos nosotros eh. A todos los partidos les ganamos. Y la gente nos votó. Y vamos a honrar el voto del pueblo argentino con nuestras vidas si es necesario. Chorros de mierda”. 

Los términos de la conversación política y pública hace tiempo que son violentos, revanchistas y sostienen la crueldad con la que el gobierno de Milei gestiona el país. Pero lo de hoy, claramente, ha cruzado aún más los límites, ¿no queda institucionalidad que contenga y frene estas reglas de juego tan brutales?

*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Eloísa Molina.

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Palabras claves: congreso de la nación, Patricia Bullrich, represión policial

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