El Tati Bugliotti está de regreso y se mete en la política cordobesa

El Tati Bugliotti está de regreso y se mete en la política cordobesa
1 junio, 2023 por Adrián Camerano

Con el destino de Orfeo como punta de lanza, el empresario Euclides Bugliotti abandonó el perfil bajo y, en un año netamente electoral, disparó contra Martín Llaryora y se acercó a Rodríguez Larreta.

Por Adrián Camerano para La tinta

Apurarse a situar al empresario Euclides Bugliotti a alguno de los lados de la grieta es tan tentador como errado. El dueño del Super MaMi tiene lógica propia y, aunque lo han tildado de radical, Pro, K y otras yerbas, la única camiseta que habita es la suya. Empresario al fin, con esa casaca indelegable cubriendo su piel curtida -cuerudo, gusta decir-, ha tejido vínculo con gobiernos de toda laya. Ese pragmatismo y una billetera que aniquila a cualquier galán lo han posicionado también en lo que, en la jerga, se denomina “círculo rojo”; en Córdoba, léase, entre otros, a la Fundación Mediterránea que parió a Domingo Cavallo y que tiene de mascarón de proa al economista mediático Carlos Melconian. “Este 25 de Mayo nos encuentra trabajando en el IERAL de la @FMediterranea para devolverle a la Argentina un horizonte. Un futuro de prosperidad y desarrollo para siempre. ¡Feliz día de la Patria!”, tuiteó el eterno candidato a Ministro de Economía de la Nación.

Pero volvamos a Bugliotti: siempre más ocupado en los negocios que preocupado por la ideología, en estas semanas, “Tati” salió a jugar en un año netamente electoral. “Estoy cerca de Larreta”, confesó para confirmar todas y cada una de las elucubraciones que despertó su foto en Río Tercero junto a quien se autopercibe con altas chances de conducir el país a partir de diciembre.

Un fantasma llamado Orfeo

La última presencia resonante de “Tati” en el ecosistema mediático local databa de la primera fase de la pandemia, cuando echó candados al histórico Superdomo Orfeo. Luego, siguió un bienio de perfil bajo y negocios altos, como la inauguración de un nuevo MaMi en Estación Caroya y el plan para erigir ahí un parque industrial y 60 viviendas, hasta este 2023, en el que decidió volver a escena en un contexto de neto corte político-electoral.

En aquellos meses iniciales de la pandemia, Euclides dijo: “El Orfeo no se abre más”. Cumplió: aunque, durante un tiempito, el gigante de avenida Cardeñosa se convirtió en vacunatorio, sobrevino el cierre definitivo y un conflicto con la administración municipal que persiste aún hoy. Fueron exclusivamente económicas las razones que esgrimió el titular de Grupo Dinosaurio para justificar en aquel momento la clausura del estadio techado más grande del país, si no contamos los ubicados en CABA. “Es inviable”, dijo y cifró en 17 millones el gasto mensual, unos 218 mil billetes verdes en una época ya lejana, en la que el dólar cotizaba a menos de 80 pesitos la unidad.

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La Voz

En el interín, el Concejo Deliberante local declaró al edificio “de interés municipal”, Bugliotti quiso hacer consultorios, pero no pudo y hasta amenazó con demolerlo. Ese minué se baila ahora en una causa judicial iniciada por el empresario, que considera a la ordenanza “inconstitucional”. Mientras el brete se dirime en las más altas esferas del Poder Judicial provincial, “Tati” no perdió tiempo y puso a la venta las características butacas color naranja. Disponibles en los locales de la cadena, a los asientos plásticos importados de Estados Unidos también les llegó la inflación: hace dos años, la tira de cuatro cotizaba en 20 mil pesos; hoy, se consigue a 68 mil moneda nacional, 17 mil la unidad. Pintadas, claro, de celeste, decenas de las sillas que soportaron fanátiques de Ricky Martin y Montaner engalanan hoy la cancha de Belgrano, club para el que Tati también tuvo un plan: «Yo dejaría al Gigante como una sede y haría un nuevo estadio en otra zona», deslizó en 2013, sin eco; nadie quiere dejar el populoso y tradicional barrio Alberdi.

La razón de su vida

Para Euclides, el Orfeo es hoy una suerte de elefante blanco. El último show allí con el boricua movedizo, Ricky Martin, ya quedó en la historia y el estadio sigue siendo una espina clavada en el costado. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga y la situación del recinto techado fue utilizada por el empresario para irrumpir en la agenda pública en este 2023 de corte electoral. Aún cuando las campañas formales no habían comenzado, Bugliotti se mostró en Río Tercero con un Larreta que cada vez tiende más puentes con Córdoba y, de paso (o no), le pegó al intendente Martín Llaryora, quien está seguro de continuar el casi cuarto de siglo del peronismo cordobés al frente del gobierno provincial.

Entrevistado por la FM del Sol de la ciudad gobernada por Marcos Ferrer -que también salió en la foto del revuelo-, Bugliotti confesó: “Ahora estoy cerca de Larreta”. Y hasta se defendió: “¿Qué quiere que haga? ¿A quién quiere que vote? ¿Al que me cierra el Orfeo, al que me pone el impuesto a los pases indebidamente, a los que se pasan por donde quieren el Estado de derecho? Vamos, muchachos, basta de pomo ya”.

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La Voz

Ante el periodista y ex funcionario municipal, Luciano Camandone, hizo gala del pragmatismo conocido: “Siempre fui de Perón. Después conocí a Evita. Después acompañé a Menem toda la campaña. Y después Kirchner, que todas las noches me llamaba y me preguntaba”. Y apuntó contra el sanfrancisqueño que gobierna la capital: “El intendente (Llaryora) dice: ‘Yo no voy a cerrar el Orfeo, voy a quedar como que yo lo cerré’”. Y, bueno, ese es un problema tuyo, si vos querés hacer política, hacelo con el cuero tuyo, no con el cuero mío”.

Si, en un contexto de pandemia que no permitía show alguno, la economía fue la razón principal del cierre, ahora, «Tati» detalló la dificultad para conseguir dólares físicos y el disgusto que le provocó la muerte de la joven Tania Abrile en una fiesta electrónica, pero, especialmente, centró los cañones en la administración municipal comandada por Llaryora: dijo estar “cansado de 700 inspecciones, siempre 10 minutos antes de los shows”. “No le tengo miedo a nadie”, desafió, filoso, por si hacía falta.

Fama y negocios

El nombre Euclides viene de eu-kleidos: «El de buena fama». No necesariamente aplica para este empresario rosarino criado en Jesús María, que gusta referir que se hizo “desde abajo”, como camionero, y que, a sus 83 años, parece ser de la estirpe de quienes trabajan hasta el último día, aún millonarios. Su imperio se sigue expandiendo y poca mella parecen hacerles los escándalos, como el que protagonizó semanas atrás en el barrio cerrado La Vacherie, de Mendoza, donde propietarios que juegan al golf mirando el Cordón del Plata le reclaman la transferencia de la administración. En su derrotero pletórico de radios, hoteles, supermercados, complejos habitacionales y otras unidades de negocios, el empresario cosechó tantas admiraciones como cuestionamientos y miradas de reojo. Cecor y CBI son dos siglas asociadas a su nombre, por el escándalo de la financiera, incluso, fue imputado.
Allá por el siglo IV a. C., Euclides fue también el nombre de uno de los matemáticos griegos más famosos. Exponente de la “Universidad de la Calle”, “Tati” Bugliotti sabe que la fama es puro cuento y que su tarea es multiplicar.

*Por Adrián Camerano para La tinta / Imagen de portada: La tinta.

Palabras claves: Adrián Camerano, elecciones, Horacio Rodríguez Larreta

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