Estados Unidos ante el abismo del default en un año pre-electoral

Estados Unidos ante el abismo del default en un año pre-electoral
29 mayo, 2023 por Gonzalo Fiore Viani

La administración de Joe Biden busca evitar el default por todos los medios, mientras el Partido Republicano demanda más recortes a la inversión pública y menos impuestos para las grandes empresas.

Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta

El jueves pasado, el presidente Joe Biden afirmó que Estados Unidos evitará caer en un “default”, es decir, en una cesación de pagos, a pesar de que los legisladores oficialistas no llegaron a un acuerdo con la oposición respecto del aumento del límite de endeudamiento del país antes de iniciar un receso de 10 días, el próximo 1 de junio.

Los y las legisladoras salieron de vacaciones debido al feriado largo del Memorial Day, que se celebra los 29 de mayo. Sin embargo, el tiempo apremia y se trata de una carrera contrarreloj, ya que, a partir del 1 de junio, el gobierno comienza a quedarse sin dinero para hacer frente a sus compromisos de deuda, lo que, eventualmente, puede llegar a provocar un gran cimbronazo en los mercados internacionales.

Biden afirmó en la Casa Blanca que de ninguna manera habrá un default y que seguirá negociando con el titular republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. Este se mostró dispuesto a llegar a un acuerdo, al asegurar que sabe “dónde están nuestras diferencias”, pero que continuará “en la mesa para intentar resolver el problema».

En un contexto de creciente polarización, especialmente teniendo en cuenta que el año que viene se llevarán adelante elecciones presidenciales, existen diferencias sustanciales respecto del presupuesto a aprobar para el próximo año. Los y las representantes republicanas solicitan recortes en el gasto público, que podrían ascender hasta los 130.000 millones de dólares, como condición para votar a favor del aumento del límite de endeudamiento. Sumado a esto, desean imponer requisitos más rigurosos para los solicitantes de subsidios y recuperar los fondos no utilizados destinados a la ayuda por la pandemia del COVID-19.

Por otro lado, desde el Partido Demócrata, rechazan los recortes propuestos y esperan que la bancada republicana respalde el aumento del límite de endeudamiento sin condiciones, tal como han hecho en numerosas ocasiones anteriores.


En el aspecto interno, también habría consecuencias inmediatas. La semana pasada, un alto jefe del Pentágono aseguró que la declaración de default tendría “un impacto significativamente alto en las tropas”, ya que “la preparación sería claramente afectada. Así que nuestros ejercicios a gran escala se demorarían o se detendrían en muchos casos”. Además, pagos a programas de seguridad social previstos para el 2 de junio, que llegan hasta los 25.000 millones de dólares, podrían interrumpirse hasta que se alcance un acuerdo.


El Jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Jeff Zients, declaró que las objeciones del Partido Republicano acerca del gasto del gobierno federal son “poco sinceras”, al señalar que, si la oposición logra llevar adelante su plan de recortes de impuestos, iniciado durante la administración de Donald Trump, se agregarían cerca de 3,5 billones de dólares a la deuda.

Una vez que se llegue a un acuerdo entre ambas partes, se estima que llevará alrededor de diez días para su aprobación final en ambas Cámaras. Esto genera una mayor indefinición y provoca pérdidas significativas para los y las estadounidenses en términos económicos diarios. Si el país entra en impago, las consecuencias a nivel internacional serán catastróficas, especialmente en un contexto de incertidumbre y con una crisis financiera incipiente.

Por su parte, Trump está convencido de que no se debe llegar a un acuerdo para elevar el límite de deuda y generar la mayor desestabilización posible al gobierno demócrata si estos no aceptan los recortes solicitados por su partido. En una entrevista que dio a la cadena CNN, no tuvo ambigüedades al respecto: “Digo que los republicanos, congresistas, senadores, si no les dan recortes enormes, tendrán que proceder al default”. Sin embargo, se mostró confiado respecto de que los y las representantes demócratas “cederán” y se evitará el impago de las deudas.

En este marco, Ron DeSantis, el gobernador de Florida, de 44 años, se lanzó en la carrera presidencial dentro del Partido Republicano. De acuerdo con los sondeos, el ex delfín del magnate inmobiliario no tiene oportunidad contra un Trump que mantiene un núcleo duro alto dentro de su partido, pero, a su vez, un techo bajo puertas afuera.

El candidato ideal para Biden, que ya se lanzó a la reelección, es su antiguo contrincante, ya que le es más fácil polarizar y cosechar apoyos dado el alto rechazo que genera. No obstante, DeSantis, con su discurso extremista de corte ultraconservador, se convirtió en el gobernador más votado de la historia de Florida y comienza a perfilarse como una figura de peso a nivel nacional, trascendiendo los círculos de la alt-right y de las teorías de conspiración que apoyan fervientemente a Trump. DeSantis también aboga por extensos recortes a los impuestos.

Si el gobierno de Estados Unidos no eleva el tope de endeudamiento, los incumplimientos comenzarán los primeros días de junio, pero las consecuencias en los mercados se verán de manera inmediata. Washington nunca interrumpió el pago de sus deudas, por lo que el país, y los mercados financieros globales, se encuentran en un momento histórico de impensada resolución.

En un contexto tan volátil, la incertidumbre se cierne sobre el futuro financiero de Estados Unidos y su posible impacto en la economía global, generando preocupación e inquietud entre los inversores y actores del mercado, pero también más polarización y dudas respecto de lo que viene políticamente puertas adentro de un país cada día más complejo y con mayores problemas.

*Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta / Foto de portada: Getty Images.

Palabras claves: default, Estados Unidos, Joe Biden

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