Urbanización de Villa La Lonja: 60 años sin respuestas, hoy en la encrucijada entre Edisur y el Municipio

Urbanización de Villa La Lonja: 60 años sin respuestas, hoy en la encrucijada entre Edisur y el Municipio
16 noviembre, 2022 por Redacción La tinta

Villa La Lonja es un barrio popular histórico de la ciudad de Córdoba. Está ubicado en la zona sur de la ciudad, en la intersección entre las calles Río Negro y Cruz Roja, muy cercano a ciudad universitaria, las zonas céntricas de la ciudad y puntos importantes como el Hospital Privado. Lleva allí más de 60 años de vida y en condiciones de exclusión y marginalidad: es un barrio que no cuenta con servicios básicos como agua, cloacas, luz, gas, recolección de residuos, alumbrado público ni asfalto; y que, además, enfrenta históricamente una situación habitacional precaria y de pobreza extrema (hacinamiento, malnutrición infantil, elevados índices de violencia institucional y de género, entre otras). Es uno de los 5.687 barrios populares reconocidos en el Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP, 2017) y uno de los 163 barrios populares que hoy existen en la ciudad de Córdoba, Argentina.

Por Asamblea Villa La Lonja para La tinta

“Queremos que se urbanice La Lonja, pero no sin diálogo, no sin nosotras, no sin escuchar a los vecinos”.

“No pueden decir que van a hacernos parte, abrir un grupo de WhatsApp de difusión y, en el medio, relocalizar familias sin avisar en esa llamada mesa de diálogo”.

“¿Por qué no? Porque estamos organizados”.

“No sé, yo creo que puede ser la última esperanza para que cambie la cosa acá, yo tengo bisnietos, ¿viste? Ellos van a crecer acá también, es por ellos”.

Una historia conocida

Por su ubicación estratégica, este barrio se asienta sobre tierras cada vez más valorizadas por el crecimiento desenfrenado del mercado inmobiliario rentista: es decir, el de los grandes capitales. Esto último significa que no se trata de cualquier mercado inmobiliario; no estamos hablando de aquel que construye viviendas en base a la necesidad/demanda habitacional de las personas, sino de aquel que edifica viviendas por su mero valor de venta y para la especulación inmobiliaria. Esto ha implicado a La Lonja en reiteradas oportunidades en disputas con el Grupo Edisur, empresa inmobiliaria desarrollista que, desde hace años, intenta ocupar y construir en el espacio frontal de La Lonja, donde se encuentra la canchita de fútbol histórica del barrio. Paradójicamente, hoy es esta misma empresa privada (Edisur), con el acuerdo de la gestión municipal de la ciudad, quien tiene en sus manos la tarea de urbanizar, luego de 60 años de reclamos vecinales, a Villa La Lonja.

Crónica de una muerte anunciada

El 11 de noviembre de 2021, el Municipio de la ciudad de Córdoba resolvió firmar un convenio con el grupo Edisur donde otorga a la empresa privada la potestad para ejecutar la urbanización de Villa La Lonja y proveer de servicios básicos a quienes viven allí. Este proyecto de urbanización es el primer proyecto de obras para barrios populares delegado en su totalidad a una empresa privada. El lugar de la Municipalidad, por entonces y según lo acordado, sería el de mediador entre la empresa y lxs vecinxs, suponiendo que ese rol le encomienda la tarea de velar por los derechos de lxs ciudadanxs y garantizar los servicios básicos para el pleno desarrollo de sus vidas. Acordaron entonces entablar mesas de urbanización y visitas al barrio para que las obras no sean ajenas a la comunidad que habita La Lonja. Ese 11 de noviembre, ambos actores (Municipio y grupo empresarial) prometieron comenzar las obras el 2 de febrero de 2022.

A un año de la firma del convenio y del compromiso de comenzar obras que cambiarían para siempre la vida de muchísimas personas, la imagen es difusa y crece la preocupación de lxs vecinxs. Las obras no han comenzado y lxs vecinxs desconocen qué está sucediendo con el proyecto. Indican que no han sido convocadxs a participar del diseño del proyecto de obra; y que las mesas de urbanización pautadas en el convenio entre todos los actores son difusas, muy esporádicas, no comunicadas con anticipación y que no ofrecen información certera. 

Hasta entonces, lxs vecinxs de La Lonja no han visto nunca el proyecto de obra acabado, lo único a lo que accedieron es a un dibujo del anteproyecto de urbanización que aún no estaba autorizado por la Municipalidad. Denuncian que no hubo información alguna sobre los plazos de aprobación del proyecto, el comienzo efectivo de las obras, qué sucederá con las familias que precisan ser reubicadas, qué espacios comunitarios se construirán en los espacios liberados a tal fin, entre otras cuestiones de interés.

Además, en ese anteproyecto, la empresa Edisur se adjudicó para sí el histórico espacio disputado de la canchita, ubicado en frente del barrio. En todo este entramado, lxs vecinxs ya identifican déficits y problemáticas en ese anteproyecto que podrían solucionarse de garantizar su participación. Ellxs denuncian ser quienes más conocen cuáles son las necesidades del barrio y poseen propuestas concretas sobre cómo solucionarlas. Estamos hablando de vecinxs y organizaciones sociales que vienen hace más de 10 años sosteniendo espacios comunitarios, cooperativas de recuperación y mantenimiento de espacios públicos y comunes (carrerxs), comedores, apoyos escolares, proyectos productivos como huertas, talleres textiles, cooperativas de panificación, que educan con talleres de apoyo escolar y que promueven el acceso a la salud y acompañan los incontables casos de violencia de género e institucional en su barrio. Básicamente, toda una institucionalidad paralela, construida en base al trabajo comunitario y organizativo, que exigen que se ponga en valor.

Finalmente, entre los más recientes sucesos, Grupo Edisur indicó en su última visita que, a partir de la urbanización y por un acuerdo con la Municipalidad, otro espacio de uso común del barrio pasaría a estar en manos de la empresa además de “la canchita”. Se trata de un espacio verde ubicado en las calles Manuel Astrada y Río Negro, lo cual consideran que tiene consecuencias negativas directas para la población. De acuerdo a vecinxs, esa salida directa del barrio a la calle Río Negro otorga seguridad, visibilidad y acceso cercano a avenidas. Por el contrario, que la empresa haga uso de ese espacio implicaría un cercamiento de lxs vecinxs que dificultaría su conexión y acceso a la ciudad.

Una oportunidad histórica

Esta problemática se enmarca en un contexto neoliberal donde el propio Estado y sus políticas públicas no quedan exentos de las dinámicas predominantes que mercantilizan y privatizan los bienes y recursos necesarios para la vida, el territorio y el ejercicio de derechos. ¿Cómo es posible que una empresa privada, con trayectoria en desalojo y edificación inmobiliaria especulativa privada, sea hoy la principal responsable de una política pública tan trascendental en la vida de las personas, como ser la urbanización de un territorio? ¿Qué implicancias tiene en los horizontes de justicia social que estas políticas se deleguen a este empresariado? Y peor aún, que, en estos acuerdos, lxs vecinxs no accedan a información fiable sobre lo que sucederá con sus viviendas y que pierdan espacios comunitarios históricamente disputados y defendidos.

Si la función del Estado, en algún momento, supuso mediar entre ciudadanía y mercado, garantizando condiciones de vida dignas e igualitarias para la primera, hoy, este Estado neoliberal demuestra -una vez más- ser indiferente a la fragilidad de las condiciones de vivienda y vida de su población. Y es uno que, a través de sus decisiones, acciones y omisiones, favorece a uno de los sectores que mayor concentración de riqueza posee y que hoy más amenaza la democratización de la tierra y el cuidado de nuestro ecosistema, como el inmobiliario.

A través de este tipo de convenios, no solo queda a la luz la connivencia del Estado municipal en su gestión con empresas de este tipo, sino que, además, sus decisiones y avances estratégicos tienden siempre a beneficiar a estas últimas, provocando complicidades y secretismos que confunden a la comunidad y terminan por empobrecerla aún más.

Frente a este panorama, la demanda central del barrio es contundente: el Estado, tras décadas de ausencia en ese barrio, tiene su oportunidad histórica para plantear una urbanización integral, participativa, que tome en cuenta las voces y reclamos de quienes allí viven, y que dé lugar a un proyecto real de integración sociourbana. El momento es ahora. 60 años sin respuestas: ¡urbanización de La Lonja ya!

*Por Asamblea Villa La Lonja para La tinta / Imagen de portada: A/D.

Palabras claves: Edisur, reurbanización, Villa La Lonja

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