Viki Fontana y el oficio de cantar

Viki Fontana y el oficio de cantar
6 octubre, 2022 por Inés Domínguez Cuaglia

A partir de mañana y en todas las plataformas, estará disponible Pagana, el último EP de esta cantora cordobesa. Desde La tinta, conversamos sobre su trayectoria, los desafíos del oficio, la importancia de hacer con otrxs y de qué va Pagana.

por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta

Viki vive en Sierras Chicas, pero nació en Pilar. Vivió en Buenos Aires y viajó por toda Latinoamérica convidando su música. Canta desde los 11. Aprendió los primeros acordes en la guitarra de su padre y se hizo al oficio en la adolescencia. Es cantante, guitarrista y compositora. Es solista, pero no está sola, así lo dice. Viene con una banda de amigxs que sostienen y confían en ella y su proceso artístico. Elige hacer con otrxs. 

Hace días me tiene atrapada con su voz potente y cálida, y por las cosas que dicen sus canciones. Lo primero que cuenta es que canta desde muy chica, que empezó en el coro de la iglesia del pueblo, pero que se dio cuenta de que no era por ahí. Que buscó un profe y después otros, que armó muchas banditas en la adolescencia, tocaban en fiestas y en el casino. Ya en Córdoba, fue parte de varias bandas y mi alma cholula no puede pasar por alto que estuvo en Lucila Cuevas en sus mejores épocas. 


Desde pequeña, supe lo que era el oficio de hacer música”, dice trayendo a nuestra charla un montón de anécdotas.


Conozco muchxs músicxs, el oficio no es fácil. Viki coincide con esto contando que hasta Lucila Cuevas tuvo trabajos paralelos a la música, pero que hoy apuesta de lleno a su carrera, buscando trabajos que quizás no siempre la pongan en el escenario, pero sí tienen que ver con el sonido o la producción artística.

“Trato de ser fiel a no dejar la música. Busco que sean tareas que estén dentro del arte, de la música, que me nutran como artista. Busco ser parte de trabajos colectivos con otras músicas. Me parece re importante empezar a cuidar y generar espacios donde las mujeres y las disidencias están más presentes”, afirma.

Viki habla de la responsabilidad que implica ser cantora y los desafíos que le trae. Dice también que este tiempo permite muchas más libertades para decir cantando. “Hay gente que no le debe gustar lo que digo, sobre todo cuando hablo del amor. Del amor entre personas del mismo sexo. Pero es una manera de educar, de contarles que hay otras maneras de amar, de amarnos y que no tenemos que meternos en la vida de nadie. Se trata de darnos el lugar y la libertad de expresarnos desde lo musical hasta en el amor, en lo que sienten nuestros cuerpos”, dice y, con toda certeza, continúa: Si tuviera que nacer de nuevo, quiero nacer música otra vez”.

Fontana es comprometida con lo que dice, con lo que cuentan sus letras, lo que proponen. Confía en el poder sanador del canto y en cómo genera infinitas sensibilidades en lxs otrxs. “Trato de usar ese momento de estar en un escenario o de grabar una canción para dar un testimonio que sirva para algo a alguien. Más allá de que me doy cuenta de que, con las canciones que hago, me tiro una onda a mí misma también. Proclamamos cosas cuando escribimos y, cuando las leo, digo: ‘Mirá lo que estoy diciendo, me lo estoy diciendo a mí y me re sirve’. Mis canciones son cosas que me sigo diciendo a mí misma como para no perder el norte en la vida”.

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(Imagen: Cecilia Marco del Pont)

Ser y hacer música hoy implica para las feminidades y disidencias el trabajo de encontrarse, unirse, hacerse red, pensar juntxs. “En eso nos hace trabajar la música, también, desde nuestra condición de mujeres. Estamos a la par, estamos trabajando juntas, nos reunimos o, al menos, estamos al tanto de lo que estamos haciendo, nos estamos apoyando para salir adelante, es súper enriquecedor y también es parte de un trabajo. Es la papa, es la única manera de generar un cambio que solamente queriendo cantar mis canciones no voy a generar”.

Viki trae a nuestra charla que, con las luchas feministas de los últimos tiempos, fue haciendo consciente todo lo que había sufrido en el ambiente musical. “Empecé a caer en que siempre eran pocas las mujeres que estábamos en un escenario haciendo rock. Te pasaba que subías a probar sonido y te decían: ‘Ah, yo pensé que hacías coros, que eras la corista’. Era natural que sucediera y, en los últimos años, empiezo a ver los malos tratos, el abuso y el ninguneo. Empiezo a caer en la cuenta de grande, en lo que padecí”. Y agrega que, por estos motivos, le interesa ser con otrxs. “Me súper interesa unirme colectivamente a cuidar el espacio y hacer lugar como mujer, como disidencia, a estar ocupando el espacio que cualquier hombre ocupa. A las mujeres, se nos pide mucho más talento que al hombre para estar en el escenario. El talento está, el trabajo de la música está. Pero ya el hecho de ser mujer te implica que tenés que tener un extra sí o sí para no quedar afuera. Lo importante es cuidar y generar espacios nuevos donde nos sintamos a gusto. Habitar un espacio que nos corresponde. Hay cientos de músicas con muchísimo talento, el espacio es nuestro y lo tenemos que tomar”.

Desde mañana, estará disponible en todas las plataformas musicales su nuevo trabajo, Pagana, un EP de tres canciones que lanza luego de su gira por Latinoamérica. En él, da cuenta de su experiencia recorriendo más de 10 países desde Argentina hasta México. Impregna y convida los colores de ese viaje. El material viene acompañado de una sesión audiovisual, próxima a presentarse, filmada en la Reserva Los Quebrachitos. 

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(Imagen: Daniela Cardone)

Pagana es una serie de canciones que nacieron en diferentes momentos, fueron tomando forma y se transformaron al volver de su viaje. “Esos años, no tuve tiempo de parar, de decir: ‘Esto lo tengo que concretar, materializar, grabarlo’. Cuando volví, dije: ‘Tengo que dar un cierre a estas canciones -que ya estaban girando en mí desde hacía un tiempo- para poder pasar a otra cosa’”.

Viki me explica que Pagana viene a ser testimonio de experiencias propias que la marcaron profundamente. Eligió esta palabra porque así se siente. 

Siempre me sentí un poco transgresora, fuera de la ley. Por una necesidad de ocupar un lugar y siempre me hice cargo de que necesitaba salirme de las reglas, no estar bajo la doctrina de nada ni de nadie; lo único que hacía eso era limitarme la cabeza. Esto de amar a mujeres desde pequeña me hacía diferente, me hacía transgresora. No podía ser que amar a una persona de mi mismo sexo fuera pecado. Sentía que soy una persona pagana que está con sus propias creencias, más allá de lo que nos quieren imponer”.

Pagana estará disponible desde mañana en todas las plataformas musicales.

Guitarra, canto y composición: Viki Fontana.

Percusión: Diego Tercel.

Producción Artística: Juan Paio Toch.

Producción Audiovisual: Grupo Documenta.

*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imagen de portada: Cecilia Marco del Pont.

Palabras claves: Música, Viki Fontana

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