En Haití, miles de personas rechazan una nueva intervención militar extranjera

En Haití, miles de personas rechazan una nueva intervención militar extranjera
12 octubre, 2022 por Tercer Mundo

El gobierno haitiano solicitó a la ONU que tropas internacionales ingresen al país para detener la violencia generada por el paramilitarismo. Desde las organizaciones populares denuncian un nuevo intento de injerencia.

Por Redacción La tinta

Desde hace varias semanas, las calles de Haití no dejan de temblar. Miles de personas se encuentran movilizadas ante la situación social y económica crítica que vive la población en uno de los países más pobres del mundo. Como si ese panorama no alcanzara, el gobierno -encabezado por el primer ministro Ariel Henry- solicitó la semana pasada a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que despliegue tropas militares extranjeras para recuperar el control de puertos y aeropuertos.

Esta solicitud fue aprobada por el Consejo de Ministros, bajo el argumento de “detener, en todo el territorio, la crisis humanitaria provocada, entre otras cosas, por la inseguridad que genera la actuación delictiva de las bandas armadas y sus patrocinadores”.

Frente a la iniciativa oficial, la Cámara de Senadores demandó que se dé marcha atrás con la solicitud. En una resolución firmada por 9 de 10 senadores, cuyos mandatos aún están activos, se alentó a la estatal Oficina de Protección del Ciudadano a trabajar con las organizaciones de derechos humanos para permitir transportar el combustible desde la terminal Varreux, actualmente bloqueada por grupos armados. Desde el Senado, también se reclamó al gobierno a revocar el retiro del subsidio de los combustibles, lo cual duplicó el precio oficial de la nafta y aumentó sustancialmente el del diesel.

El pueblo haitiano sabe muy bien lo que implican tropas extranjeras en el país, principalmente por el tenebroso desempeño de la MINUSTAH, la misión militar de la ONU que operó entre 2004 y 2017, y que, entre otros hitos, dejó un saldo de acusaciones en su contra por violaciones sexuales a mujeres y niñas haitianas.


El domingo, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, reclamó a la comunidad internacional -incluidos los países miembros del Consejo de Seguridad- que consideren cuanto antes la petición para “el despliegue inmediato de una fuerza armada internacional especializada para dar respuesta a la crisis humanitaria”.


Ayer, ante las masivas movilizaciones, la policía desplegó una fuerte represión que dejó, hasta el cierre de esta edición, una persona asesinada en Puerto Príncipe, capital del país. En las protestas, que según medios locales se extenderán hasta el próximo lunes, les manifestantes demandan la renuncia del primer ministro, rechazan el aumento de los precios de los combustibles y se oponen a una posible intervención militar extranjera.

Además, se reportó que las estaciones de servicio y las escuelas están cerradas, mientras que los bancos y las tiendas de comestibles operan con un horario limitado.

En Haití, no solo la pobreza y el hambre hacen estragos. En los últimos años, afloraron bandas paramilitares que generan terror y muerte entre la población. A su vez, desde principios de mes, hay un nuevo brote de cólera que ya generó la muerte de, al menos, 16 personas, situación derivada de la precariedad en que vive la sociedad.

En declaraciones a la agencia de noticias Prensa Latina, el analista político y economista haitiano, Camille Chalmers, explicó que, en su país, “crear una situación caótica, insostenible, de crisis humanitaria son elementos para justificar una intervención militar” que solo busca “asegurar un control absoluto del sistema político y descartar toda posibilidad de un proyecto popular, de un proyecto de las clases populares, así como la conexión posible con Cuba o Venezuela”.

Chalmers, que dirige la Plataforma Haitiana para el Desarrollo Alternativo (PHDA), remarcó que el gobierno haitiano es responsable de fabricar la situación de violencia que vive la nación caribeña y que se excusa argumentando que la policía no está preparada para combatir el paramilitarismo. “Es una incapacidad construida, mantenida y reproducida para justificar la dominación y la intervención; en ese sentido, se ha demostrado ampliamente las conexiones que existen entre esas pandillas y el Poder Ejecutivo”, subrayó el analista.

Por su parte, el economista y representante de la oposición, Fritz Alphonse Jean, manifestó que “es una vergüenza nacional que, en 2022, estemos esperando con impaciencia una invasión internacional, en lugar de trabajar para encontrar el consenso suficiente para avanzar”. En tanto, el exsenador y líder del partido Pitit Dessalines, Jean-Charles Moïse, indicó que el primer ministro no tiene legitimidad para tomar la decisión de convocar a fuerzas extranjeras, ya que fue nombrado dos días antes del asesinato del presidente Jovenel Moïse, en julio de 2021, y no fue ratificado por el Parlamento.

*Por Redacción La tinta / Foto de portada: Odelyn Joseph – AP.

Palabras claves: Haití, Minustah, protestas

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