Luego de 7 años de demoras, finalmente, la Justicia provincial ordenó llevar a juicio al policía Lucas Carranza por el asesinato de Rodrigo Sánchez en 2015. El nuevo fiscal interviniente revisó el expediente e hizo cambios claves para la causa: el joven de 17 años no portaba arma, no se cumplieron los protocolos y el policía disparó por la espalda con su pistola reglamentaria.
Por Redacción La tinta
El lunes 19 de septiembre, Gabriela Sanso se encadenó a las rejas de la entrada del edificio de Tribunales II. Habían pasado exactamente siete años desde que el policía Lucas Carranza asesinó a balazos a su hijo, Rodrigo Sánchez.
El efectivo de la Policía de Córdoba fue sobreseído por la fiscal Jorgelina Gutiez, alegando “legítima defensa” y el “cumplimiento del deber como funcionario público”. Aunque la medida fue apelada y tanto el Juzgado de Control como la Fiscalía de Cámara de Acusación dispusieron la producción de nueva prueba, Carranza permanece en libertad y nunca respondió por el caso de #GatilloFácil, (aunque sí fue detenido por robar una campera en un shopping meses después de cometido el homicidio).
Por eso decidió encadenarse “la Gaby”. Porque habían pasado más de 2.500 días pidiendo la elevación a juicio de la causa de su hijo, sin obtener respuestas favorables por parte de un clasista Poder Judicial, que, con el mediatizado caso de Valentino Blas Correas, demostró que “cuando existe voluntad, las causas avanzan”.
Ese mismo lunes 19, el día que se encadenó y amenazó con iniciar una huelga de hambre, le prometieron a Gabriela que, en un plazo de 10 días hábiles, le podrían dar respuestas. Y lo que ella misma describió como “una medida ante el cansancio y el dolor, ante la complicidad y la impunidad”, repercutió en los pasillos de Tribunales de barrio Observatorio.
Con la asunción del fiscal Gerardo Reyes en reemplazo de Jorgelina Gutiez, la causa empezó a tomar otro rumbo. Entendiendo que su antecesora judicial había “construido” el hecho con la intención de instar al sobreseimiento del efectivo, Reyes revisó la causa y citó a declarar nuevamente al policía homicida.
De allí, se desprendieron modificaciones fundamentales para el expediente: el fiscal confirma que -como lo indicó siempre su familia- Rodrigo no portaba un arma y no se produjo ningún enfrentamiento entre él y el policía Carranza.
Además, la nueva lectura reconoce que el policía de civil incumplió los protocolos de acción previstos para el tipo de situación en la que estaba. Y, finalmente, acusa a Carranza de disparar a Rodrigo por la espalda con su arma reglamentaria, sabiendo del resultado mortal que podía ocasionar.
“Realizada la prueba, entiendo que la situación del encartado cambió y los nuevos elementos probatorios me persuaden de que corresponde requerir la citación a juicio de Lucas Gastón Carranza, y la figura aplicable es la del Homicidio, agravado por el uso de arma de fuego”, expresó el nuevo fiscal en el documento.
Desde el entorno que acompaña a Gaby en su reclamo de justicia, manifiestan que esto es un triunfo de la organización y que es necesario seguir acompañando para condenar al culpable.
En diálogo con La tinta, Gaby comentó: “No me siento feliz. ¿Qué tengo que festejar? ¿Que tuve que dejar parte de mi salud en la puerta de Tribunales? Me duele la desigualdad y discriminación que hubo con mi hijo todo este tiempo, y que sigue habiendo con todos los pibes y pibas de barrios vulnerables”, declaró, aunque agregó que la elevación de causa la tranquiliza y le da esperanza.
* Por Redacción La tinta. Imagen de tapa: Ana Medero / La tinta.
