La UNVM organizó unas “Jornadas Urgentes” para pensar la democracia

La UNVM organizó unas “Jornadas Urgentes” para pensar la democracia
16 septiembre, 2022 por Redacción La tinta

La Universidad Nacional de Villa María convocó a un encuentro de reflexión en la sede de Córdoba para pensar nuevos consensos democráticos tras el intento de magnicidio a Cristina Fernández. “Ya dijimos nunca más”, fue el puntapié para el debate en el que participaron docentes y estudiantes de la casa, junto a referentes del campo social y popular, y de espacios políticos.

Por Redacción La tinta

El pasado miércoles, en la sede Córdoba de la Universidad de Villa María, se realizaron las Jornadas Urgentes, Ya dijimos Nunca Más. Con cita a las 19, abrió la mesa Gabriel Suárez, decano del Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Sociales (IAPCS) de la UNVM, dándole la palabra a les invitades: Soledad Ferraro, concejal de la Ciudad de Córdoba; Mariano Oberlin, cura párroco de barrio Müller; Jorge Foa Torres y Raquel Drovetta, docentes de la UNVM; Rosalía Cáceres, del Movimiento Evita; Marco Galván, del Movimiento Carlos Mugica; y el presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales, Nahuel Valenzuela.

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(Imagen: Universidad Nacional de Villa María)

En diálogo con La tinta, el decano Gabriel Suárez señaló que, desde la Universidad, se sienten interpelades ante el clima político y social que estamos viviendo. Consideran central que la voz de estudiantes, docentes y no docentes sean escuchadas y parte de los debates urgentes. A su vez, detalló que son una universidad con fuerte raigambre regional y territorial, por lo que convocaron a actores sociales preocupados y ocupados en el tema, y para que estén presente las miradas populares. 


“Estas jornadas son urgentes, porque aunque como sociedad ya dijimos Nunca Más, es preocupante que haya existido el atentado contra la vicepresidenta. Además de preocuparnos, creímos que teníamos que ocuparnos y dar la discusión. Juntarnos y reflexionar sobre qué hacemos para salir de este contexto de tanta violencia, mirar qué estamos haciendo mal y qué tenemos que hacer como sociedad para defender la democracia y la paz en Argentina”, indicó el decano. 


En el mismo sentido, el docente de la casa Jorge Foa Torres remarcó que, al conocerse el atentado contra Cristina Fernández, elaboraron un comunicado de repudio desde el Instituto de Sociales y luego surgió la necesidad de generar una actividad desde la universidad, para escucharse y posicionarse política y éticamente frente al clima político que se viene construyendo en el país: “Consideramos necesario asumir un lugar de enunciación responsable respecto a lo que viene sucediendo, porque observamos en muchos medios de comunicación, e incluso desde referentes de la política, que no hay lugares de enunciación responsables, sino todo lo contrario, actúan como trolls y con total irresponsabilidad, se afirma cualquier cosa, a la vez que se construye la ilegitimidad de ciertas expresiones políticas e identidades políticas regidas por el odio. Entonces, ¿qué puede aportar la universidad? Muchas cosas, pero, sobre todo, un lugar de enunciación responsable, desde el sistema democrático representativo y el Estado de derecho”, detalló.

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(Imagen: Universidad Nacional de Villa María)

La primera en hablar fue la concejal por Hacemos por Córdoba, Soledad Ferraro, quien, anticipando que no sería indulgente, afirmó que «estamos en un punto donde tenemos que empezar a revisar y discutir nuevos criterios para la lectura de la realidad, y no quedarnos con criterios del siglo pasado. Ya dijimos nunca más a los discursos del odio, pero el consenso que creíamos que teníamos no está, entonces necesitamos generar nuevos consensos”, afirmó. 

Por su parte, la dirigente Rosalía Cáceres, del Movimiento Evita, compartió los debates que vienen dando desde los movimientos populares y, particularmente, las organizaciones de la economía popular. “En estos 39 de años de la joven democracia que tenemos, no se han resuelto los problemas de desigualdad ni las preocupaciones que atraviesan las grandes mayorías, que por supuesto está en diálogo con un fenómeno global y con cuestiones estructurales de la concentración del capital. Pero lo real es que estas democracias occidentales no están pudiendo dar respuestas a cuestiones que son sustanciales para la ciudadanía”, afirmó.

Para la referente, la consecuencia es el crecimiento y profundización de situaciones de descrédito y resquebrajamiento de la política y sus instituciones, y, sobre todo, la falta de perspectiva de los sectores gobernantes independientemente del partido que gobierne. «En las últimas décadas, ningún gobierno -ni los más progresistas, menos los conservadores- avanzó en pensar políticas públicas para los procesos de exclusión del trabajo y el emergente de trabajadores y trabajadoras de la economía popular. Se ha generado una disociación entre la preocupación diaria de millones de personas y la agenda que, muchas veces, se traduce en la grieta o en determinados debates que hoy no interpelan a la ciudadanía. Esto ha generado un caldo de cultivo para la antipolítica, para las derechas que instalan discursos de odio, pero también acciones que dañan la institucionalidad.


Necesitamos construir perspectiva de futuro y una agenda que verdaderamente pueda ordenar las expresiones políticas populares, construyendo unidad y ampliando la convocatoria, hablando a otrxs. Una agenda política con decisiones que avancen en la inclusión de las 10 millones de personas que hoy no tienen derechos en relación al trabajo, para construir una alternativa y recuperar la política como una herramienta de transformación, y no que la política se vaya degradando”. 


Raquel Drovetta es docente de la casa y se expresó como trabajadora de la educación y feminista. Insistió en la nominación de la palabra: “Cuando en 1976 dieron el golpe de Estado, lo nominaron como ‘proceso de reorganización nacional’. Con el trabajo de los grupos de derechos humanos, se logró, con el tiempo, revertir esa alusión en muchos de los imaginarios sociales, dando cuenta de que lo acontecido no fue un proceso de esas características, sino una dictadura cívico, militar y eclesial. Las cosas son creadas por las palabras y, a casi 40 años de la recuperación de la democracia, estamos ante una oportunidad importante: que esta generación pueda verse invitada a re-nominar la democracia y lo que implica vivir en una democracia, con qué herramientas sí y con cuáles no. Apelo a los consensos de nominación, de quienes creemos que los sistemas democráticos nos permiten estar aquí, en una universidad pública, dialogando y pensando que esa bala era para la democracia. 


La democracia debe ser un objeto de cuidado permanente y debemos hacer una suerte de vigilancia epistemológica para que la democracia no pierda el sentido, no se convierta en una frase de manual, sino que gane vida diariamente en nuestras aulas y en nuestras calles”, expresó.


Para el representante estudiantil Nahuel Valenzuela, se ha legitimado que el odio hacia Cristina y el campo nacional y popular sea una herramienta válida a la hora de comunicar y hacer política, y advierte con mucha preocupación el nivel de naturalización de la violencia política en la actualidad. “Jorge Alemán dijo, hace unos días, que el neoliberalismo ha entendido que no se va a legitimar a través de las instituciones, sino que lo está intentando hacer a través del odio. Y creo que es una idea clave para pensar lo que nos convoca, porque esos discursos de odio no son nuevos, la grieta es constitutiva en nuestro país, el amigo-enemigo ha configurado una lógica de la política de tratar de eliminar al otro, parece que lo más peligroso y violento que se está viviendo hoy es el intento de negar y eliminar la subjetividad. Militar el campo nacional y popular es un deporte de riesgo, nunca sabés con cuánto nivel de violencia política te vas a encontrar del otro lado”, apuntó. 

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(Imagen: Universidad Nacional de Villa María)

¿Cuánta violencia política vamos a permitir? ¿Qué alianzas se deben tejer? ¿Qué se debe analizar detrás del atentado? Fueron algunas de las preguntas que circularon entre quienes asistieron a la conversación. Los desafíos como universidad pública ante la coyuntura son muchos y urgentes, sobre todo, para pensar los consensos necesarios que garanticen la democracia y la paz. 

*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Universidad Nacional de Villa María.

Palabras claves: Universidad Nacional de Villa María, Villa María

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