Presentan «Lo deshabitado», un fotolibro sobre la ex cárcel de Encausados
Hoy, a las 18:00 horas en el Cispren (Trejo 365), se presenta «Lo deshabitado», un fotolibro sobre la ex cárcel de Encausados, ubicada en medio del B° Güemes de la ciudad de Córdoba. En la presentación, estará participando su autor, el periodista y fotógrafo Ezequiel Luque, quien conversó con Enfant Terrible sobre la experiencia de trabajar sobre este espacio. «Lo que a mí me desafiaba a fotografiar era poder sugerir respetuosamente cuáles fueron las historias que sucedieron allí y, por suerte, hay mucho de ese registro evocador».
Hoy, a las 18:00 horas en el Cispren (Trejo 365), se presenta Lo deshabitado, un fotolibro sobre la ex cárcel de Encausados, ubicada en medio del B° Güemes de la ciudad de Córdoba. En la actividad, estarán participando su autor, el periodista y fotógrafo Ezequiel Luque, y el fotógrafo Hugo Suárez, quien conducirá la presentación.
Según explica la Editorial Eduvim, Lo deshabitado se enmarca en la colección Tlön, dedicada a libros con producciones fotográficas sobre lugares, objetos y personas, con la dimensión temporal y con la disyuntiva ficción-realidad como dimensiones a explorar.
«El nombre de esta nueva serie convoca al significado de universo borgeano, mitad imaginario, mitad real, que ronda por el pasado y el futuro, interpelando al presente».
Las fotos como recortes de la realidad y el tiempo a veces son más que recuadros, pueden conformarse como dispositivos para refrescar la memoria colectiva, sobre todo, en un presente volátil como el actual, donde el capitalismo y la sociedad extractiva -al decir de Raúl Zibecchi- se devora el tiempo. En este sentido, en diálogo con Enfant Terrible, el autor explicó la importancia de poder contar que había una cárcel, «antes de que el día de mañana sea un shopping, así como la importancia de saber que la fábrica de Alberdi era una fábrica obrera donde hubo una toma histórica, antes de que quieran convertirla en un edificio de departamentos, los molinos de Minetti, el teatro La Piojera».
Así, los territorios y espacios públicos van cambiando de estética, de sentidos y de relatos que mantengan viva alguna parte de la historia. Con la cárcel de Encausados, que desde 2012 no funciona y, hoy en día, con la proyección de la Municipalidad de Córdoba de «revalorizarla», podemos pensar algo así, tal como sucedió también con la ex cárcel de Mujeres, hoy Paseo del Buen Pastor.
“Me parece importante registrar esos lugares para ponerlos como puntos fijos de recuerdo en la ciudad, antes de que la ciudad se los lleve puestos”.
A su vez, la memoria que es colectiva y puede resguardarse en la foto, no deja de estar atravesada por una subjetividad que, si bien es social, está conformada por vivencias singulares. En el caso de Luque, esto se expresa en su vínculo con lo fotografiable, el recuerdo y la curiosidad como motor: «Yo, de chico, pasaba mucho por la ex cárcel de Encausados y siempre había un diálogo con el edificio y con la gente que había adentro. En las ventanas, se veían brazos, se veían ropas, plantas, casi te diría que había como una propuesta de interacción, pensaba en esa gente, en cómo vivían su cotidianeidad. Lo estético era qué se veía a través de ese recuadro que son las ventanas».
“Cuando entré, fue con la idea de mostrar eso, desde los ojos de alguien que hubiera estado ahí preso”.
De aquí también radica algo que refleja la importancia de lo público, en palabras de Ezequiel, una «gran función de registro histórico, sobre todo, en Córdoba en general, donde la ciudad se moderniza y el progreso avanza sobre lo viejo y lo histórico, uno va perdiendo parte de su propia historia».
—¿Qué sensaciones tuviste al transitar por la cárcel, verla vacía y abandonada, un espacio por donde pasaron muchas historias que tal vez nunca lleguemos a conocer?
—Fue muy imponente. Es un edificio inmenso que te abruma porque está diseñado para el control y la vigilancia. También te impresiona porque parece que a la cárcel la hubieran cortado de cuajo, desalojado con una bomba, entonces quedaron frazadas, revistas, tazas, colchones, rosarios, figuritas. Muchas cosas dando vueltas. Yo entré después de 10 años de cerrada y había cosas de la rutina de la gente que estuvo presa ahí.
Lo que a mí me desafiaba a fotografiar era poder sugerir respetuosamente cuáles fueron las historias que sucedieron allí y, por suerte, hay mucho de ese registro evocador. Tenía pintadas amorosas, como de presos que extrañaban a sus compañeras, o tenían pintadas religiosas, entonces, decís: «Bueno, capaz muchos encontraban refugio en la fe».
El desafío está en hacerlo desde el respeto y no desde el morbo y lo grotesco como si fuese «El Marginal» de Netflix, uno no sabe por qué terminó la gente ahí y no está en posición de juzgar a nadie. Entonces, ver en la pared la imagen de los palitos pintados te sugiere que alguien estaba contando el tiempo para salir, pero puede no serlo, puede ser otra cosa. La idea es que la imagen te despierte una historia, como el vidrio roto por una bala en un lado, pero también puede ser una piedra. Es como un juego de evocación.
Por último, Luque destacó la importancia del fotolibro como objeto enmarcado en una serie de fotolibros de la editorial, sobre todo, en tiempos donde la versatilidad avanza sobre los espacios públicos, como también lo hace sobre las imágenes que se consumen y descartan a velocidades fugaces.
“Poder detener la imagen y ponerse a pensar qué te genera o qué te está contando esa historia en la foto me parece que es importante, está bueno sostenerlo, producirlo y compartirlo”.
Ezequiel Luque trabaja desde 2016 en el medio cooperativo La tinta. Tiene sus inicios en la fotografía en el 2012 integrando Colectivo Manifiesto, espacio dedicado al fotoperiodismo y a la fotografía como herramienta de militancia y visibilización de problemáticas locales.
El lanzamiento de preventa de Lo deshabitado está acompañado por un 10% de descuento utilizando, al momento del pago, el código FOTO2022. Para conocer más sobre el libro, ingresar aquí.
*Por Redacción Enfant Terrible / Imagen de portada: Ezequiel Luque.
