Mujeres y videojuegos: un reflejo de la sociedad
Cuando hablamos de videojuegos es común encontrarse con un mundo que ha ignorado o excluido a las mujeres, nada lejos de la realidad. Sin embargo, aunque algunos creen que las mujeres no juegan, solo en Estados Unidos el 41% de los jugadores son mujeres, según Forbes.
Si esta actividad es tan usual para las mujeres, ¿por qué cuando hablamos de ello únicamente se asocia con hombres? Para llegar a una conclusión habría que escudriñar la historia y nuestra sociedad, analizar a los videojuegos como entretenimiento, como sector y como reflejo de lo conservador.
Cabe destacar que, si bien es cierto que en años anteriores los hombres eran mayoría en cuanto a jugar videojuegos, progresivamente las mujeres han encontrado sus espacios en diversos títulos, pero ¿por qué antes no y ahora sí?
El papel impuesto a la mujer
La primera pista que debemos estudiar se halla en el tiempo, en las épocas. A pesar de que aún la sociedad machista busca imponer un papel sumiso y dependiente en la mujer, éstas han logrado desprenderse de tal dominio en algunos espacios gracias a la lucha del movimiento feminista.
Sin embargo, esto en los ’80 o ’90 no era así, los niños eran criados para ser aventureros, jugar con un montón de tipos de juguetes y experimentar nuevas formas de entretenimiento como las consolas. Mientras que las niñas debían conformarse con muñecas, cocinas y similares, no significa que algunas no lo disfrutaban, sino que se le encasillaba a las niñas en su “papel” de ama de casa, “princesa” o madre, desde la infancia.
Esto hizo que las mujeres se alejaran de actividades como videojuegos por ser algo de “niños”. Además, las pocas que se atrevían a cruzar esa línea eran regañadas o humilladas.
Humillación, acoso y subestimación
Desde hace una década, las mujeres que disfrutan los videojuegos deben enfrentarse a un contexto tóxico de humillación, acoso o subestimación.
Por un lado, sus pares masculinos se burlan con discurso misógino, ataques por el puro hecho de ser mujeres. Por otro lado, hay pocas que se identifican con su género para evitar ser acosadas sexualmente por otros jugadores.
Así mismo, la subestimación nunca se fue. Un gran número de hombres siguen manteniendo el discurso de que las chicas “no sirven para jugar”, a pesar de que los estudios aseguran de que, si las mujeres jugaran con la misma frecuencia que los hombres, alcanzarían niveles similares de habilidad.
Deportes electrónicos y área profesional
Se podría creer que estas cosas solo suceden en un ambiente netamente recreativo, pero lo cierto es que la misma misoginia reciben las mujeres en el escenario profesional de los videojuegos. Esto se nota tanto en las apuestas deportivas inexistentes hacia grupos femeninos, como en hechos concretos donde jugadoras han tenido que dejar de competir por el bullying.
Un caso sonado fue el de Maria Creveling (alías ‘Remilia’) una chica trans que dejó su grupo profesional en la LCS de League of Legends, no únicamente por el hecho de su transexualidad, también por ser mujer. Los aficionados aseguraban que era una pésima jugadora, a pesar de que era considerada una de las mejores con el personaje Thresh, que solía usar constantemente.
¿Ocurre lo mismo en los puestos de trabajo de la industria? Un estudio del 2020 reveló que el 84% de los puestos de ejecutivos en las compañías de videojuegos las ocupaban hombres, mostrando que la representación femenina seguía siendo escasa.
Un futuro distinto
Por supuesto, hay mujeres trabajando, luchando en todo el mundo para que todos los espacios sean inclusivos. Una iniciativa específica que atañe a la industria de los videojuegos es #RisetheGame, que busca que las compañías brinden espacios de trabajos más inclusivos.
A nivel del jugador cotidiano, las chicas están probando que pueden ser tan ágiles como los hombres y enseñando, tanto con el discurso como con el ejemplo, que pueden convertirse en grandes jugadoras, mientras se divierten al mismo tiempo, alejándose de las convenciones preconcebidas por sus antepasados.
Una excelente forma de crear más espacio para las mujeres en los videojuegos es brindándole más oportunidades a desarrolladoras de videojuegos, educando a los chicos para respetar a las chicas que entran a pasar un rato agradable y motivándolas a que no se dejen desmotivar por ningún discurso misógino, que se hagan oír.
