La memoria y el presente feminista

La memoria y el presente feminista
25 marzo, 2022 por Redacción La tinta

Inés Bruno es activista y luchadora, integrante del Movimiento de Mujeres de Córdoba, ex presa política de la cárcel de Villa Devoto durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica. Conversamos con ella sobre su historia y sobre cómo la memoria implica, también, repensar lo vivido desde una mirada feminista.

Por Redacción La tinta

“Soy hija del Cordobazo”, se define Inés Bruno. Tenía 23 años en el 75, cuando estudiaba en la Universidad Nacional de Córdoba y participaba de reuniones, actos y marchas de manera independiente. En agosto de 1976 fue detenida y pasó por los centros de detención Campo de la Ribera, Buen Pastor y finalmente llegó a Villa Devoto. En el 77, recuperó su “libertad”. En conversación con La tinta, nos cuenta sus vivencias y reflexiones desde el lugar de las mujeres en aquella época.

—¿Cuáles fueron los principales desafíos para las mujeres en la militancia en aquellos tiempos?

—Si bien había mayor protagonismo de los varones, encontrábamos mujeres que protagonizaban luchas. Y también estaban las mujeres anónimas. Desde el Movimiento de Mujeres Córdoba, publicamos en el año 2006 un libro que se llama Las mujeres del Cordobazo, donde cerca de quince mujeres contamos nuestras vidas en ese hecho histórico. El protagonismos de los varones ha ido cambiando por el trabajo que hicimos las mujeres, a partir del conocimiento, de leer, de compartir y conocer historias, de participar en los Encuentros Nacionales de Mujeres, hoy plurinacionales. En uno de estos, las chicas de la Facultad de Filosofía y Humanidades tiraban panfletos con nombre de mujeres y contaban un poco sus historias. Tenemos muchas antecesoras de las genealogías feministas y ahora se incorpora el feminismo comunitario del Abya Yala.

La historia está visibilizando hoy ese triple rol que tienen las mujeres anónimas que trabajan en los comedores: trabajar fuera de la casa, también en la casa y además militar. Esto estaba muy marcado en aquella época, el cuidado era de la mujer. Ahora estamos investigando y visibilizando que el trabajo del cuidado sostiene todo el sistema capitalista y patriarcal, pero en ese momento no se hablaba de patriarcado, es una palabra más reciente. No había una visibilización de esta situación. Se usaba mucho la palabra «compañero», por ejemplo, pero si la diseccionamos, vemos que en esas situaciones no eran compañeros. Las mujeres sostenían el trabajo de los varones o la militancia de los varones, y, a la vez, militaban en el barrio, en la facultad, en la escuela. 

Considero que había una idealización de lo que era el compañerismo. Había un contexto mundial y latinoamericano que te daba esa base para la romantización de la palabra, pero en realidad faltaba mucho para que fuéramos compañeros. Ahora hemos podido reflexionar sobre el lenguaje y sobre cómo nos paramos frente a la vida.

Ines-Bruno-militante-dictadura-memoria-devoto-ni-una-menos
(Imagen: Nosotras en libertad)

—¿Cómo llegaste a pensar y revisar ese pasado?

—Entre las mujeres, pudimos conversarlo después. Nos referenciamos en Rosa Luxemburgo, en las sufragistas, en las anarquistas y ellas nos van mostrando diferentes cosas que empezamos a revisar.

En un momento de mi vida, vivía en Bolivia y una alemana me regaló un libro que se llama Nuestros cuerpos, nuestras vidas, que está traducido a todos los idiomas, debe tener veinte años. Lo escribe una colectiva de mujeres que habla sobre las cuerpas, el lesbianismo y el parto. Las acciones que hacían aportaban a que las mujeres se reconocieran, reconocieran su cuerpo, a que conocieran su sexualidad, todo lo que sean los derechos de una vida sin violencia. Ese libro para mí fue muy importante. Además, como soy trabajadora social, en la práctica he trabajado mucho en organizaciones de base y con mujeres. En el Movimiento de Mujeres Córdoba hacíamos talleres y los pre-encuentros para ir a los Encuentros Plurinacionales.

Como colectiva de ex presas políticas que estuvimos en Devoto, hicimos dos libros. Las compañeras que estuvieron más tiempo habían hecho un libro que se llama Nosotras, presas políticas: Obra colectiva de 112 prisioneras políticas entre 1974 y 1983, y ahora hemos hecho un libro digital, que se llama Nosotras en libertad, donde doscientas de esas mujeres que pasamos por esa cárcel contamos nuestra historia de vida.

24-marzo-dictadura-militar

—¿Por qué marchás este 24 de marzo?

—Marcho por verdad, memoria y justicia. También marcho por la defensa de los territorios, por la defensa del Nunca Más. Memoria, verdad y justicia no solo por el 76, sino por todos los genocidios anteriores, por todos los arrebatos de territorios, por las luchas actuales. Hoy también marcho por “No a la deuda con el FMI”. El 24 se resignifica cada 24. En cada lucha, se resignifica con lo que está pasando ahora. Marcho reconociendo la absolución a Higui, que nos muestra el trabajo colectivo y organizado, que el estar en la calle rinde sus frutos; también por el reconocimiento del trabajo de cuidado de las mujeres en los comedores; por el reconocimiento del abuso sexual en las infancias; por la importancia de trabajar la Educación Sexual Integral. Marcho para que se cumpla la Ley de Interrupción Legal del Embarazo; para que no haya más femicidios ni transfemicidios. Siento mucho dolor y la memoria nos atraviesa en el presente.

Marchamos también por el juicio y castigo a los culpables del femicidio de Cecilia Basaldúa, por la absolución de Flavia Saganías, por el gatillo fácil de Jorge Reyna de Capilla del Monte y de Joaquín Paredes de Paso Viejo. Esas son situaciones locales que nos atraviesan, en el territorio del norte cordobés. 

Para terminar, me parece importante recordar que la memoria de los recorridos que hicimos como movimiento de mujeres, toda esta explosión de la marea verde, trae todos los procesos anteriores, son construcciones colectivas anteriores que sirvieron para que el feminismo y el transfeminismo hoy esté tan vigente.

*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Nosotras en libertad.

Palabras claves: cordoba, Devoto, Dictadura Cívico-Militar, feminismo

Compartir: