El Brote reabre sus puertas: una invitación a encontrar la propia voz a través de la poesía

El Brote reabre sus puertas: una invitación a encontrar la propia voz a través de la poesía
14 marzo, 2022 por Julieta Pollo

El 21 de marzo comienzan los talleres anuales de poesía en un espacio que supo hacer del ejercicio literario una comunidad que se expande y potencia la singularidad en lo colectivo. La apertura de su nuevo espacio físico es la excusa para revisitar estos talleres desde el punto de vista de las personas que los transitaron y encontraron un lugar que les abraza siempre.

Por Julieta Pollo para La tinta

“La poesía es una forma de hacer la vida” y no hay frase que describa mejor lo que es El Brote Escritura Creativa, un espacio para desarrollar la voz poética, pero también una comunidad que abraza y expande desde el arte. 

Quien habla es Flor López, poeta, comunicadora y docente que gestó este espacio y ha transformado las maneras de entregarse al ejercicio poético y de proyectarlo hacia afuera. “La poesía es una forma de hacer la vida, entonces nos paramos desde ese lugar. Sé que lo que está en juego en nuestros talleres es gran parte de la vida de quienes los realizan, quienes se abren y deciden poner en juego parte de su intimidad, de su subjetividad. Respeto mucho eso y creo profundamente que es lo que hace que esos encuentros sean tan especiales y transformadores para elles que depositan su confianza en mí y en mi proyecto, y para mí también como docente y como escritora. He aprendido muchísimo sobre mí misma y sobre mi escritura en mi trabajo con talleres literarios y en El Brote en particular”. 

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(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Con nuevo espacio físico en barrio Alberdi, ofrece talleres virtuales y presenciales de poesía para dejar que fluya la creatividad y comenzar a compartir con otres esa voz poética que puede ser tan solitaria, sabiendo que lo colectivo siempre potencia. Las inscripciones para talleres presenciales y virtuales ya están abiertas. Más allá de que en tiempos de pandemia lo virtual fue la manera de seguir generando encuentros, El Brote venía proponiendo esta modalidad hace tiempo. Esto posibilitó que personas de Brasil, Suecia y otras geografías pudieran participar de un espacio de creación en castellano y con la calidez cultural de la tierra propia.   

Este espacio también cuenta con una editorial homónima que publica y difunde la obra de escritorxs de Córdoba y otras partes del país. Algunes de les autores publicades nutrieron su poesía en los mismos talleres anuales. Más allá de los eventos de fin de año donde les alumnes toman el micrófono y comparten sus creaciones, algo que caracteriza a El Brote es su apertura hacia nuevos formatos y eventos para vivenciar el encuentro poético, leer y escuchar colectivamente: encuentros con escritorxs, ciclos audiovisuales o iniciativas particulares que entrecruzan la voz político-poética de cada une con temáticas como el orgullo disidente, el feminismo o la memoria. En su canal de YouTube, se puede ver «Entrecruzadxs», «Pequeñas consignas, grandes poemas» y otros contenidos.   

“El poema es, ante todo, una forma de la voz y la voz es esa parte del cuerpo de cada une tan particular, es su tono, su forma de decir el mundo, de vibrarlo y después transmitirlo en palabras. Todo eso está en juego en los talleres de poesía y es todo eso lo que lo transforma en una actividad que encaramos con mucho respeto y profesionalismo”.

Comienza la vorágine de un nuevo año repleto de actividades y dedicar un momento semanal al encuentro con une misme y la expresión creativa de nuestros universos internos es un gesto de autocuidado y autocultivo. Desde La tinta, conversamos con Rocío, Laura y Juliana, quienes transitaron los talleres de El Brote, para conocer qué hace a este espacio tan especial y de qué manera nutrió sus recorridos y sus formas de hacer poesía.    

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(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Rocío se acercó al espacio en 2018. Había estado trabajando en la publicación de un libro con poemas escritos durante su adolescencia y fue un proceso tan solitario que recurrió a El Brote en la búsqueda de aprender, seguir escribiendo, leer más poesía y conocer gente que escribía. Lo que más dudas le daba era el miedo a sentir vergüenza en el proceso de compartir con otres lo que estaba escribiendo, pero después descubrió que esa dimensión colectiva fue de las cosas que más enriquecieron su proceso creativo: 


Para mí significó mucho, posta, aprendí mucho sobre literatura poética, aprendí a leerme y a leer a otres, también sobre mis voces… pero lo más zarpado del proceso creativo es lo que se genera a nivel colectivo, escuchar otras voces, compartir un espacio creativo y artístico, generar lazos, el aporte del otre. Del taller siempre me llevaba algo valioso, inclusive los días en que no me salía escribir ni una palabra, porque no se trataba de mí, sino de lo colectivo, seguro lo que escribían les otres o lo que leíamos me dejaba algo picando para mi proceso personal”.  


Una de las cosas más valiosas de decidir tomar un taller es que hacés un hueco para vos en la agenda de urgencias, responsabilidades, cuidados, vorágines laborales y rutinas de estudio. Un momento semanal dedicado a descubrir la propia voz, desarrollar la creatividad, amasar la forma de decir y compartir con otres. Pensando en esto, le pregunto a Rocío si sigue escribiendo con la frecuencia con la que lo hacía mientras tomaba el taller. La respuesta, sin muchas sorpresas, es que no. 

“El taller te planta también esa práctica, esa rutina semanal en que sí o sí producís algo. Para mí es un desafío aprender a generarme ese espacio. Antes pensaba que estaba copado escribir solo cuando te pasaba algo o cuando sentía determinada emoción o impulso interno, pero en el taller aprendí también que es una práctica, que la escritura puede anteceder a la emoción o a la imagen. O sea, no solo escribir porque te pasa algo, sino escribir, lo que sea, y que te pase algo a partir de eso, y desde ahí seguir abriendo el poema”. 

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(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Laura ingresó a El Brote en 2019, movida por la curiosidad de leer poesía y escribir, pero sin saber por dónde empezar. Hoy, cuenta que para ella escribir es “la posibilidad de crear ficciones donde alojarnos, explorar, jugar. Buscar esa voz que habla en los poemas, contar algo que me conmueve, por hermoso o por terrible. Es placer y es porque sí. Escribir, a veces, es también algo urgente”.

Laura explica que la dinámica del taller la ayudó a ordenarse en la tarea de escribir y pensar lo que escribe: «Me da herramientas para sostener el ejercicio y revisar a partir de los intercambios con quienes estamos ahí acompañándonos en eso. El primer día no sabía si iba a poder escribir algo, empezó desde un lugar muy lúdico: fui a ver qué pasaba si me ponía a leer y escribir poesía, qué pasaba si, además, eso que escribía circulaba para ser escuchado y leído con otres».

Rocío, por su parte, destaca que lo que más disfruta de la dinámica taller son las consignas o recursos que le enseñaron a salir de su zona de confort en la escritura para ejercitar cosas nuevas, buscar y probar nuevas voces, y conocerse más a sí misma y su creación poética. “Escribir hoy es para mí generar y crear mundos nuevos desde adentro mío y desde todas las direcciones: le agarré el gustito a jugar con la imaginación, entonces creo imágenes, pruebo sensaciones y emociones, invento y me imagino escenas, voy uniendo las cosas adentro mío e intento ponerle palabras”.

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(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Laura formaba parte del taller presencial de poesía y le tocó cambiar a la modalidad virtual cuando llegó el aislamiento social por la pandemia. Sobre esta experiencia, recuerda que «aunque el taller pasó a ser virtual, conseguimos sostener algunas dinámicas construidas en la presencialidad. También fue un espacio para compartirnos y acompañarnos en el contexto de pandemia, una posibilidad de fuga y encuentro en la situación de confinamiento obligatorio. El Brote tiene la propuesta de que la poesía circule, que sea compartida, se socialice y sea disfrute colectivo, eso encontró otras maneras diferentes a las que eran antes, se mudó a las pantallas».

A diferencia de Laura, Juliana eligió la modalidad virtual desde el inicio: es de Santa Catarina, Brasil, y hace seis años que está viajando por ese país. Conoció El Brote a través del live Lxs Poetxs Muertxs y decidió unirse a los talleres: “De ese encuentro virtual, me encantó lo audaz del tema y la forma dinámica de lectura y escucha de les participantes. Me dieron ganas de experimentar el intercambio, descubrir lo que hay en el universo de la poesía, ese lugar de reflexión, territorio de composición y afecto”.

Cuenta que, a pesar de ser en otro idioma, el taller le resultó una experiencia liberadora: “Me entregué y acepté la condición de no dominar mis diálogos. Dejo acontecer, confío y hay toda una complicidad del grupo de acompañar mi ritmo de comprensión. Fuimos desarrollando nuestras narrativas, nuestros enigmas, nuestras interpretaciones de nosotres mismes y del grupo. Agradezco la potencia de nuestra profesora Flor López que nos enseñó a tomar la escritura como algo más colectivo, político y artístico, la poesía como instrumento de información y diálogo, una percepción de lenguaje más activa y atenta a las adversidades contextuales”.

(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Después de transitar y completar el taller de tres años, Rocío está terminando de pulir su segundo libro, que será publicado en la editorial de El Brote: “Siempre sigue habiendo nuevas propuestas y más contenidos que te sostienen dentro de esta comunidad. El Brote siempre te trae un desafío nuevo. Además siempre sentí que era un espacio con el que tenía mucha afinidad en términos políticos y sociales: los lugares en los que participábamos, las luchas que apoyamos a través de la poesía. El hecho de que sea un espacio abiertamente transfeminista y disidente, para mí, significa un montón porque siempre sentí que era un espacio súper seguro en todos los sentidos y es en esos lugares en los que a mí me interesa cultivar y generar lazos y redes”.

Podés inscribirte en los talleres aquí o entrando a www.elbroteescrituracreativa.com.

*Por Julieta Pollo para La tinta / Imagen de portada: Fernando Bordón para La tinta. 

Palabras claves: cordoba, El Brote Escritura Creativa, Florencia López

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