Juventud Alegre, 100 carnavales de vida

Juventud Alegre, 100 carnavales de vida
25 febrero, 2022 por Inés Domínguez Cuaglia

En Humahuaca, existe una Juventud Alegre de 100 años y 100 carnavales. Se trata de la tradicional comparsa humahuaqueña que, además de ser arte y parte en cada carnaval, realiza un comprometido trabajo para su pueblo e invita cada febrero a soltar las obligaciones de la cotidianidad y vivir unos días de alegría y disfrute manteniendo la cultura viva.

Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta

Carnaval
Del diccionario: período de tres días previos al comienzo de la cuaresma cristiana.

Lo que me contó un amigo: momento del año para sacarlo todo afuera, sacar el diablo y las diabluras, las travesuras, las picardías, el disfrute, habilitarse la fiesta. Es la época para darlo todo debajo de un disfraz, enmascarar lo que somos en la cotidianidad y dar rienda suelta a los deseos.

El carnaval es una fiesta en su profundo sentido de ritual.

Humahuaca, Jujuy

Existe, bien al norte de nuestra tierra, un pueblo lleno de encantos y habilidades para el buen vivir.

Cuando se acerca febrero, vientos y coplas suenan en la Quebrada. Las comparsas bajan al monumento con sus colores y sus disfrazados, las cajas, las copleras y músicos. Toda una cultura viva, caminando firme, transmitiendo de generación en generación la mística del carnaval.

Humahuaca, y en general toda la Quebrada, tiene un carnaval que se distingue de otros, es que aquí se mantienen las tradiciones que entrecruzan ritos, en tanto prácticas, previos a la llegada de los españoles a nuestra tierra, con otros relacionados a la religión cristiana. En esta intersección, el carnaval, como momento del año anterior a la cuaresma, es un salir afuera para luego entrar y prepararse para las pascuas, pero también es el momento de agradecer a la Pachamama por las cosechas y el trabajo, pedirle que nos cuide y nos proteja durante toda la fiesta. A la tierra se le pide permiso para sacar el diablo a bailar en estos días de carnaval y luego enterrarlo y entrar en un tiempo de recogimiento.

Es conocido el carnaval de esa zona por sus comparsas, instituciones que cumplen un rol muy importante en el funcionamiento de la sociedad, ya que, además de ser hacedoras de los carnavales, tienen una fuerte labor durante todo el año funcionando como verdaderas guardianas de tradiciones ancestrales.

Juventud Alegre, 100 años de tradición carnavalera

“Carnaval alegre, dicen que te vas, ¿por qué no te quedas nueve días más? Estos carnavales quién inventaría, invento sería de la alegría”, canta la Asociación Tradicionalista Social y Cultural La Juventud Alegre de Humahuaca, que en este febrero está cumpliendo 100 participaciones ininterrumpidas en el carnaval humahuaqueño.

En los primeros meses del año 1922, motivados por preservar las tradiciones y fortalecer la cultura de la comunidad de Humahuaca, varios jóvenes se reunieron en la casa del Sr. Paulino Vedia y dan origen a la Cuadrilla “La Juventud”. Por aquel entonces, las comparsas tradicionalistas no dejaban participar a los menores de 21 años en sus celebraciones, solo estaba permitido para los que tenían libreta de enrolamiento. Esto los motivó a rebelarse, para dar participación a los menores y diferenciarse de las demás comparsas. Entre las personas que formaron la primera comisión directiva estaban don Paulino Vedia, Rufino Farfán, Berno Balcarce, Donato Vega, Emeterio Cruz y Pedro Tactaca.

“Las celebraciones se realizaban igual que ahora, durante nueves días, comenzaban con el desentierro del carnaval en el mojón a la Pachamama, ubicado originariamente donde se encuentra la casa de doña Rosa Uña, y unos metros más arriba estaba el mojón de los diablos. En principio, se bailaba en alguna casa, bastaba con un salón pequeño para albergar a los simpatizantes, el alquiler se pagaba con el aporte de los que venían de otras ciudades y provincias. La gente de aquí, de Humahuaca, entraba gratis a los bailes, ya que colaboraban con las bebidas y comidas durante todo el carnaval. Las invitaciones se hacían en las casas de las familias a veces con almuerzo que consistía en asado de cordero, cabezas guateadas, habas, papas, choclos, quesos, etc. Las bebidas que acompañaban eran: chicha, mistela y muy poco vino, ya que el mismo se consumía durante la noche en los salones. Después de los nueves días de jolgorio y algarabía, se producía el despacho de carnaval, con una ceremonia tan emotiva como la del desentierro. En esa ocasión, se quemaba un diablito o se lo hacía estallar. En el año 1976, el grupo de jóvenes al frente de la Comparsa decide darle formalidad a la institución tramitando la personería jurídica”, relatan desde la comparsa la historia que se transmitió de manera oral de generación en generación. Quienes la conforman cuentan que ya van por la 4ta y 5ta generación de descendientes de sus fundadores.

“En aquellos tiempos, se bailaba con bandoneón, guitarra, quena y eran infaltables las coplas. De ahí viene, de ahí se origina el carnaval. De aquellas cuadrillas de cajas en donde esas ruedas de contrapuntos, de relatos, de vivencias, contaban las experiencias del hombre y su cotidiano, del contacto con la naturaleza”, explica, en comunicación con La tinta, Diego Tarcaya, referente de la comparsa que funciona como asociación civil y que organiza durante todo el año diversos eventos promoviendo la cultura viva tradicional de la Quebrada y atendiendo a necesidades del pueblo, y que a la vez solventan gastos del carnaval. “Trabajamos durante el año para recaudar fondos haciendo bailes, ventas de comidas, bingos, rifas, bonos contribución. La comparsa colabora con la sociedad; por ejemplo, en el comienzo de la pandemia, donó plata a la municipalidad para que compre elementos de limpieza e higiene. Colabora con diferentes personas e instituciones realizando el día de las madres, del niño. Es una institución que no solo se interesa por el carnaval, sino que también está tomando participaciones durante el año en diversas actividades”, expresa Tarcaya.

Esta es la época donde parece que todo está permitido. Salir por un rato de las obligaciones, entrar en modo fiesta, soltar las tristezas y disfrutar, está súper permitido. Tomarse unos vinos con amigxs, bailar hasta que salga el sol, quedar disfónicxs. ¿Quién más quiere un carnaval toda la vida?

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Imagen: Diego Tarcaya

“El carnaval de la Quebrada es eso, es aquel hombre cotidiano, la mujer de campo, la pastora, la ama de casa, que se toman un tiempito, un recreo, rompen el cotidiano para salir a disfrutar, a despojarse, a soltar sus penas”, afirma Tarcaya y explica el rol y la mística que envuelve a los disfrazados de la comparsa. “El disfrazado empieza a realizar su disfraz en agosto, septiembre, con mucho respeto porque es el que va a lucir durante todo el carnaval y es el que va a permitir soltar la alegría”.

Lo más característico del disfraz es la máscara o careta, que tiene la finalidad de esconder a aquella persona que porta el traje y así mantener la mística. “Por eso tiene prohibido dejar ver su rostro, él es diablo y nada más. No tiene nombre. Ese es el misticismo que se maneja, que se trabaja durante todos esos días. Cambian su voz las carcajadas y las risas. No son burlones, comparten e invitan, incluyen y hacen bailar”, describe Tarcaya y cuenta también que el diablo que veneran es el que simboliza la alegría, la unión y es un homenaje que hacen a la cosecha, ya que justamente esta es la época de cosecha en toda la región.

“La cosecha es un ritual sagrado prehispánico que lo tenemos incorporado y seguramente traía celebraciones, es por eso que también justo en estas fechas, acá en Humahuaca, se hace la fiesta de la Candelaria. Ese es el sincronismo que existe entre lo pagano y lo católico en esta época del carnaval”, dice Diego Tarcaya.

Desde la comparsa, explican que los disfrazados tienen también el rol de salir a bailar e invitar a los visitantes con un trago de chicha o un vaso de saratoga. Estas invitaciones son organizadas por diferentes familias o grupos de la comparsa, y acontecen durante los 9 días del carnaval por las calles del pueblo.

La Juventud Alegre desentierra al Diablo mañana, sábado 26 de febrero, y da comienzo a su carnaval número 100. Al mediodía, se compartirá un asado para toda la comparsa y simpatizantes en el predio de Santa Bárbara. Luego, los disfrazados irán a su mojón y los civiles, la comisión organizadora y simpatizantes al suyo, para hacer el desentierro, encontrarse y bajar hasta el pueblo todxs juntxs para festejar con bailes e invitaciones las 9 noches de carnaval.

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Imagen: Diego Tarcaya

*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imágenes: Diego Tarcaya.

Palabras claves: carnaval, Jujuy, Quebrada de Humahuaca

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