Cerro Colorado, reserva natural y cultural

Cerro Colorado, reserva natural y cultural
4 febrero, 2022 por Inés Domínguez Cuaglia

A 160 km de la capital cordobesa, se encuentra Cerro Colorado, localidad que lleva su nombre por la montaña que custodia miles de años de historia de nuestros pueblos originarios. Se trata de una reserva natural y cultural que brinda la posibilidad de conocer la forma de vida comechingona a través de sus pictografías, como también de disfrutar de la flora y la fauna nativa. Es también el pueblo donde eligió vivir Atahualpa Yupanqui. Una tierra de colores tierra, para inspirarse y descansar.

Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta

Otro viajecito. 

Me gusta repetir destinos, ahí donde la pasaste bien, donde pasaron cosas, donde respiraste azul clarito, como dice la canción, ahí siempre querés volver, ¿no?

El norte de Córdoba tiene lugares preciosos para conocer, viajar un poco en el tiempo, sabernos parte de la historia, flashearla con sus paisajes y entender por qué muchxs artistas eligieron esta zona para vivir y desarrollar su obra.

Podría charlarles sobre Tulumba y el Camino Real, que por ahí comienza. También podría hablar de Fader o de Malanca, solo porque me gusta el arte. O contarles el viaje con mi amiga historiadora que nos llevó, sin saber bien cómo, hasta San Pedro Norte y otros parajes increíbles. 

Pero de todos los lugares del norte cordobés, el que más me gusta, al que más vuelvo, el que más recuerdos bonitos me trae es el Cerro Colorado.

Conocí esta localidad gracias a mis padres viajeros, que casi todos los fines de semana inventaban alguna aventura en la naturaleza y lugares nuevos para compartir. Volví muchas veces, con alumnxs pequeñxs y con lxs grandes. De asado o sanguchitos del comedor. Fui sola de silencio y duelo. Volví con un amor y también con amigas. Con vinito y mates, con otras hierbas. Siempre las amigas y las hijas. En estos últimos años, también ellas, que disfrutaron con nosotras de la magia, la historia y la naturaleza de este lugar.

Cerro Colorado es una reserva natural y cultural situada en la intersección de los departamentos Tulumba, Río Seco y Sobremonte. Se encuentra a unos 160 km de Córdoba capital. Se llega tomando la Ruta 9 Norte hasta Santa Elena, desde allí se hacen unos 11 km más de asfalto por la Ruta provincial 21 hasta la puerta de acceso a esta localidad. 

Museo Arqueológico, puerta de entrada al legado comechingón

Con sus colores tierra profunda, esta localidad tiene en su puerta el Museo de arqueología, donde guías locales te reciben y te cuentan la historia de la zona como también su importancia por ser uno de los sitios arqueológicos más grandes del país, al igual que la Cueva de Las Manos en la provincia de Santa Cruz. 

En los aleros del Cerro Colorado, que da nombre a esta comuna, hay más de 35.000 pictografías (pinturas sobre piedra), motivo por el cual esta reserva fue declarada Monumento Histórico Nacional. Aquí podremos conocer el legado y simbología que nuestros pueblos originarios dejaron en forma de imágenes. 

Se sabe que Cerro Colorado fue un centro de peregrinación comechingón y que las representaciones gráficas que se encuentran en sus aleros tuvieron en cierta manera un sentido ritual. Las pictografías de hasta 2.000 años de antigüedad funcionan como indicio o testimonio de las formas de vida del pueblo comechingón previo y posterior a la llegada de los españoles. Representaciones miles: flores y animales como pumas, guanacos y el cóndor. Agua y fertilidad como simbología de lo femenino. Figuras humanas y el Chamán son algunas de las que relatan la vida previa a la llegada del español. Por otra parte, se encuentra un hombre montando a caballo y escenas de enfrentamientos, marcando otro momento histórico de resistencia y lucha ante la invasión cultural y el saqueo pos conquista.

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(Imagen: Reserva Natural Cerro Colorado)

Jorge Cena, guía local, explica en comunicación con La tinta que partiendo del Museo Arqueológico se realizan, en compañía de guías, las visitas a los aleros “Ricci” y “Quitilipi”, que son los que se encuentran abiertos al público. Pero que también existe la posibilidad de, con un tiempo de marcha superior, llegar al alero de “La casa del sol” o al de “Las pinturas blancas y los astros”. 

Mientras se camina por el pueblo hacia el cerro, ya sea para visitar los aleros o para hacer el ascenso hasta la cima del mismo, por el sendero Los Jotes, se pasa por la Capilla de la Virgen de Guadalupe, una construcción sumamente pintoresca. Y más adelante, se puede visitar la Casa Pozo, réplica de las construcciones comechingonas. Mientras se atraviesa el pueblo a pie, se encuentran diversos puestos de artesanías y comidas típicas.

Es esencial recorrer caminando toda esta localidad para no perderse de nada, sobre todo para disfrutar de la naturaleza, la flora y fauna nativa, y el aire tan especial que tiene. Si bien es un viajecito que puede hacerse en un día, es ideal pasar al menos una noche allí. Las propuestas de alojamiento son variadas: campings, cabañas y hostería.

Esta zona de nuestra Córdoba fue elegida por numerosos artistas por su tranquilidad y sus paisajes.

Casa museo Atahualpa Yupanqui

Imposible dejar de visitar la casa donde vivió Atahualpa, hoy museo que recorre su historia y trayectoria como cantautor. 

 

Desde la casa y cruzando el arroyo Los Tartagos, se puede recorrer el Sendero del Silencio, donde don Ata solía pasear para buscar inspiración. Es interesante caminar atentxs, ya que, además de poder observar árboles autóctonos, se pueden encontrar entre ellos piedras con estrofas de sus canciones, mientras los pájaros y el arroyo regalan el mejor sonido ambiente.

En verano, pura fiesta

Si bien durante todo el año se puede asistir a diversas celebraciones como la de mayo, que rememora el fallecimiento de Atahualpa, las cabalgatas en noviembre o las de agosto en honor a la Pachamama, es en verano que se juntan la Semana Yupanquiana con las fiestas patronales de la Virgen de Guadalupe.

Hasta el 5 de febrero entre las 10 y las 21 horas, se desarrollan diversas actividades culturales en torno a la Semana Yupanquiana y, desde el 2 al 11 de este mes, se celebran las fiestas patronales. 

“El 10 de febrero, a las 10 de la mañana, se hace un ascenso en peregrinación al Cerro con la Virgen de la capilla, la Virgen de Guadalupe. Y por la noche, la bajan en procesión con antorchas, esto es algo muy pintoresco de ver. El 11 de febrero se hace el cierre de las patronales con desfile gaucho y serenata a la Virgen», cuenta Jorge Cena, guía local.

Datos importantes

Está bueno llegar temprano, suele haber guías locales disponibles desde las 9 y hasta las 17 h. 

El museo Arqueológico abre a las 11 de la mañana. 

Hay guías locales que trabajan a contribución voluntaria y otros con una tarifa fija por persona, también se puede llegar con excursiones desde Córdoba. Siempre local, en mi experiencia viajera, es mejor.

Lo ideal es ir en vehículo propio, pero en colectivo se puede tomar alguno que tenga parada en Santa Elena y de ahí un remis hasta Cerro Colorado. También hay un servicio semanal que llega a la localidad.

El Museo de Atahualpa, durante el verano, abre de 10 a 21 h y, durante el resto del año, de martes a domingos de 10 a 18 h.

El ascenso al Cerro Colorado se hace por el sendero Los Jotes, es de complejidad moderada alta. 

Tomarse esta visita como un retiro de la virtualidad, ya que no hay buena señal de celulares.

En Cerro Colorado hay infinidad de cosas para hacer, unos mates en sus arroyos, asadito con amigxs, caminatas a los aleros privados o bien río arriba de aventura y con cuidado, ya que es muy agreste, pero valen las ollitas cristalinas y sus peces. 

Es sin dudas un buen lugar para pensar, leer, escribir, dibujar, entregarse al silencio que siempre trae buenos descubrimientos. 

Pero, y sobre todo, es bonito su sol de enero todo el año.

*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imagen de portada: A/D.

Palabras claves: Cerro Colorado, cordoba

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