Eminem no se calla

Eminem no se calla
16 febrero, 2022 por Redacción La tinta

Por Gonzalo Fiore para La tinta

En el espectáculo deportivo televisado más importante de los Estados Unidos, el Super Bowl, la tradición del halftime show -espectáculo de medio tiempo- es igual o incluso más importante que el juego mismo. En la edición número 56 de la competición más importante para el fútbol americano, el deporte más visto de los Estados Unidos, el show del entretiempo por primera vez fue para el hip-hop, el género que más dinero mueve y que mayor cantidad de escuchas tiene en el país y en gran parte del mundo actualmente. Un estilo musical históricamente asociado a las minorías oprimidas afroamericanas, que nació como un grito contestatario contra un sistema que no las contenía, que las discriminaba, las perseguía y las asesinaba brutalmente. Poco y nada cambió desde finales de los setenta y principios de los ochenta, cuando surgió el hip-hop en ese aspecto en los Estados Unidos. Los artistas que representaron al género en el Super Bowl fueron nada más y nada menos que seis leyendas de distintas generaciones: Dr. Dre, Snoop Dogg, Mary J. Blige, Eminem, 50 Cent y Kendrick Lamar. Todos pasaron, en algún momento, por la mágica mano de Dre, el productor más importante en la historia del rap. Quien más ruido generó, no obstante, fue Eminem, quien, durante un momento de su actuación, se arrodilló como forma de protesta y homenaje a un jugador de fútbol americano caído en desgracia dentro de la liga hace algunos años.

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(Imagen: Vive USA)

Las imágenes del brutal asesinato de George Floyd por parte de un policía recorrieron el mundo en 2020 y su “I can’t breathe” -no puedo respirar- se convirtió en símbolo de lucha. Otro de esos símbolos es arrodillarse mientras suena el himno, “take a knee”, en inglés. Quien popuarizó esta forma de protesta fue un jugador afroamericano, justamente, de fútbol americano. Colin Kaepernick, cristiano protestante y militante por los derechos de su comunidad, en 2016, se arrodilló por primera vez mientras sonaba el himno de los Estados Unidos antes de un partido oficial de la liga. Kaepernick, además, por aquel entonces, comenzó a llevar adelante todo un programa de ayuda destinado a los afroamericanos que dialogaba con el movimiento Black Lives Matter y estaba conformado por diez puntos, adaptados de los diez puntos del mítico Partido de las Panteras Negras de Autodefensa. Por supuesto, esto le valió a Kaepernick la marginación casi total de la NFL, quedando como agente libre al año siguiente, además de criticas proferidas por el mismo Donald Trump, entonces presidente de los Estados Unidos.  El exmandatario republicano criticó duramente a Kaepernick tildándolo de “poco estadounidense”, aunque apoyó su regreso a las canchas en 2020 afirmando que “merece otra oportunidad”. 

El artista de hip-hop más “representativo” y exitoso a nivel mundial de la historia, sin embargo, no es un afroamericano, sino que es un blanco de orígenes muy humildes, proveniente de los suburbios de Detroit. Lo que en Estados Unidos se llama despectivamente “white trash” -basura blanca- y que suele ser profundamente racista. Marshall Mathers III, universalmente conocido por su nombre artístico, Eminem, por supuesto, no lo es ni por asomo. Desde sus comienzos, Eminem tuvo -y mantiene- una relación problemática con distinto tipo de organizaciones que bregan por lo “políticamente correcto”, ya que en sus letras se ataca a todo y a todos por igual: a los políticos de derecha, a otros artistas y personalidades de la televisión estadounidense, a religiosos, pero también a los colectivos feministas, a la comunidad LGBTIQ+ o incluso su propia madre. Todos los grupos habidos y por haber han pasado en algún momento por las letras de Eminem y nadie se ha salvado de caer en calificaciones profundamente despectivas proferidas por el rapero. Estos recursos no escapan al común del género, que se caracteriza desde sus orígenes por no callarse nada respecto de nadie. Sin embargo, Eminem tampoco se calla nada cuando se trata de hablar de sus opiniones políticas, especialmente en los últimos años, a partir de la irrupción del trumpismo.

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(Imagen: Ámbito)

A pesar de que muchos de sus propios fans conforman parte de la base electoral de Trump, Eminem está decidido hace años a decir todo lo que piensa acerca del estado actual de las cosas en su país. La organización del evento le había prohibido expresamente al rapero de 49 años que realice este gesto durante la salida al aire. Eminem, que está acostumbrado a hacer caso omiso de este tipo de cosas, decidió ignorar las advertencias y hacerlo de todas formas. Su gesto fue el más hablado en un show sin fallas donde algunas de las principales leyendas vivas del género hicieron de las suyas. Dentro del mismo hip-hop, las posturas políticas no son uniformes, de hecho, el mismo 50 Cent, quien llegó a la fama de la mano de Eminem, con quien mantiene una estrecha relación desde entonces, es un declarado republicano y seguidor de Donald Trump. Con su nivel de fama y ganancias exorbitantes, Eminem podría, tranquilamente, decidir no opinar de ningún tema y guardar un perfil bajo respecto de la cosa pública. En tiempos de polarización extrema donde, por momentos, parece tan difícil opinar de este tipo de cuestiones debido a las reacciones que puede generar en el lado contrario, el rapero tomó una postura moral clara: no callarse ante las injusticias, por más que eso pueda acarrearle problemas. Desde los comienzos de su carrera, Marshal Matters ha luchado contra quienes pretenden censurarlo u obligarle a dejar de decir ciertas cosas. Siempre hizo caso omiso a este tipo de reclamos. Ya consolidado y convertido en una marca multinacional al nivel de pocos artistas vivos, Eminem no piensa empezar a callarse ahora. 

*Por Gonzalo Fiore para La tinta / Imagen de portada: The Dallas Morning News.

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