Changarinas: el futuro de los mercados es con las mujeres

Changarinas: el futuro de los mercados es con las mujeres
10 enero, 2022 por Redacción La tinta

Por Revista Internos

A lo largo del tiempo, las mujeres supimos ocupar innumerables espacios de trabajo y los mercados de abasto son uno de ellos. Dalma Aranda tiene 27 años y hace seis años es operaria de carga -o changarina– en el Mercado de Villa María. ¿Quién dijo que las tareas que requieren esfuerzo físico son solo para los varones?

“Comencé sacando los verdes que es lo más livianito, pero luego me empecé a animar a más. Al principio como que estaba bajo el ala de mi papá, por así decirlo, por lo que no me costó conseguir clientes. Después me fui haciendo más conocida y teniendo mis propios cargueros, por lo que ya me quedé en el Mercado”, explicó Aranda en una entrevista con El Diario.

La cordobesa conoce desde muy chica los pasillos del concentrador, su papá fue changarín toda la vida y la introdujo en el sector. En un primer momento, Dalma se dedicó a anotar cajones vacíos y a realizar tareas pequeñas. Pero luego se metió de lleno en la carga y descarga. La cantidad de actividades que realiza por día depende del movimiento que haya en el mayorista, pero generalmente su día comienza antes de las 13:30 horas con la separación de la mercadería para los cargueros.

“En estas épocas, el mercado siempre es mucho más movido. Los cargueros traen más vacíos que te demandan mucho tiempo y es otra responsabilidad. Además, si el carguero está apurado, vos también te tenés que apurar. Después, están los días que son más tranquilos, que venís, separás, cargás a un ritmo más relajado y 5 o 6 de la tarde ya estás en tu casa”, explicó la changarina.

El caso de Aranda es para destacar porque todavía los mercados, lamentablemente, siguen siendo un “espacio de varones”. La proporción de mujeres que forma parte de los concentradores sigue siendo pequeña y más cuando se trata de tareas que impliquen fuerza física. Por lo general, las mujeres de los mercados trabajan como cajeras, en la venta o son productoras hortícolas y por eso se encuentran al frente de los puestos.

Además, el grueso de los compradores que llega a los mercados argentinos son varones. Eso puede ser, a veces, una complicación. Por un lado, porque quienes llegan prefieren ser atendidos por otros varones con quienes comparten un código “masculino” o, mejor dicho, patriarcal. Pero también para las mujeres que le ponen el cuerpo al trabajo porque muchas veces deben enfrentar situaciones incómodas.


“Al principio estaba el comentario de que los cargueros me buscaban porque soy mujer. Era algo que me chocaba mucho, pero después mis compañeros se dieron cuenta de que no es porque sea mujer, sino por cómo trabajo. Que una mujer sea changarín por ahí es algo que, hasta cierto punto, está mal visto. He recibido ese tipo de comentarios de que si trabajo en el mercado, soy machona”, comentó al periódico local Dalma Aranda.


A pesar de las dificultades propias de un sistema que nos atosiga a todas, la villamariense dice que ella nunca vivió una situación incómoda o recibió un comentario de más con sus clientes. Aun así, reconoce que si hubiera más mujeres changarinas, el día a día sería distinto. Actualmente, solo dos se dedican a esa tarea.

“Sería diferente porque por ahí te dicen o tiran el comentario de que me entregan la mercadería rápida porque soy mujer o los hombres dicen que se tienen que poner una peluca para que los atiendan, y eso te choca. Entonces, creo que si hubiese más mujeres, no sería tan así el contexto laboral”, comentó.

Otra de las aristas que deberían modificarse en el mercado de Villa María, según Aranda, es la organización de las y los changarines. La mayoría trabaja de forma independiente y perciben una paga diaria según la cantidad de bultos que carguen o descarguen. Además, no cuentan con obra social ni gremio que los represente.

“En mi caso, trabajo con mi papá y tenemos un grupo, pero lo que pasa es que vos te enfermás y no recibís paga. Entonces, me encantaría y estaría bueno que nos podamos juntar los changarines y crear una cooperativa”, concluyó Dalma Aranda.

Recordemos que, hace unos meses, la administración del mercado comentó a este medio que trabajarían con ANSES para mejorar la situación laboral de las y los changarines. Sin embargo, todavía el tema no está resuelto y es una deuda pendiente que lleva más de 10 años.

*Por Revista Internos 

Palabras claves: argentina, Mujeres, Pobreza

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