Un enredo en el museo

Un enredo en el museo
16 diciembre, 2021 por Inés Domínguez Cuaglia

Desde hoy y hasta mediados de marzo de 2022, se podrá visitar en el Museo Evita Palacio Ferreyra la muestra “Bordamos para que se cumpla”. Una exposición de arte textil que reúne obras de “El enredo”, taller de experiencias creativas que se desarrolla en el Penal número 5 de Rosario, y del colectivo Bordadoras en el Museo.

Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta

Enredarse, hacerse un lío. Una caja de hilos, agujas y cuentas de colores. Una mesa grande con muchas mujeres alrededor. Se entretejen las palabras, las que se pueden decir y las que aún no salen. Se enredan los deseos mientras nos animamos a sabernos deseantes. Mientras podamos ser un poco deseantes. Pantalla de por medio, kilómetros de distancia y pandemia mediante, mujeres con mujeres se encuentran a desear en colectivo, porque hoy sabemos que eso sí es posible, y lo bordan para que se cumpla. 

“¿Por qué deseo lo que deseo? El deseo nos mueve. Cada puntada implica un compromiso con el cuerpo. El deseo desata en nosotras una fuerza creadora, enciende nuestras ganas”, dice la invitación a la exposición que inaugura hoy a las 18 y que reúne las obras de las mujeres de El Enredo y de Bordadoras en el Museo.

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(Imagen: El Enredo)

El Enredo es el taller de experiencias creativas coordinado por un equipo de trabajo, perteneciente a la ONG Mujeres tras las rejas. Integrado por Gime Galli, diseñadora y dueña de la marca Muta; María Blanco, artista que trabaja temáticas de la historia de nuestro país a través de relatos textiles; Marina Gryciuk, artista visual, docente y diseñadora, coordinadora de proyectos con mujeres para la transformación social y Olga Moyano, enfermera, ex presa política de la última dictadura militar. Este taller se comparte semanalmente con las mujeres privadas de su libertad de la Unidad Penitenciaria 5 de Rosario.

Mujeres tras las rejas, es la ONG que facilita multiplicidad de propuestas educativas y culturales en el penal, como una manera de enlazar transversalmente el ejercicio de derechos a las mujeres privadas de su libertad. En esta ONG se plantean como principal objetivo romper la invisibilidad de las mujeres presas refiriéndose a ser vistas como “sujeto de derecho”, instar el ejercicio de todos los derechos que la reclusión no limita. La ley solo restringe el derecho ambulatorio y todos los demás derechos deben ser garantizados en su ejercicio por el Estado.

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(Imagen: El Enredo)

“Pasar las rejas es una acción de desnudez, uno se tiene que sacar todo, prejuicios, preconceptos, deseos de resultado. Extender la mano, construir un lazo, afianzar la construcción simbólica de caminar a la par. Desmontar diferencias. No hacemos asistencialismo, si bien reconocemos las miles de carencias que padecen las mujeres presas, nuestro móvil va más allá, se instala en el ejercicio de sus derechos”, explica la Lic. Graciela Rojas, co fundadora de la ONG, y agrega que “El transitar el territorio carcelario semanalmente le ha permitido a nuestro equipo ser un puente entre el adentro y el afuera, poder construir un espacio colectivo donde cada una de ellas pueda hacer su propio aporte. Mostrarse en su singularidad e individualidad desarrollándose en áreas impensadas”.

Se trata de un espacio de experiencias creativas e intercambio de saberes en relación a la producción de objetos artísticos. Trabajan desde técnicas de bordado, tejido, macramé, cestería, pintura, dibujo, etc. “Las chicas del penal participan voluntariamente del espacio una vez por semana. Nosotras les proveemos material y herramientas para que ellas puedan también trabajar durante la semana en sus celdas. Nuestro objetivo es brindar herramientas y recursos para que las mujeres en el penal adquieran técnicas para trabajos manuales y desarrollen sus capacidades artísticas, creativas y laborales. Queremos colaborar en su inserción laboral y social”, explican las coordinadoras de El Enredo en comunicación con La tinta y cuentan también que trabajan en cruce e intercambio con otras instituciones, museos, artistas y galerías de arte, participando de diversas instancias de socialización de obras de las mujeres.

Un enredo y un porqué

“Entrar en ese entramado de complejidades que es la cárcel implica inevitablemente el acceso a un espacio enredado”, dicen las posibilitadoras del taller que se piensa como un colectivo diverso de mujeres artistas, diseñadoras y militantes unidas por la inquietud y el deseo de proponer experiencias grupales y colaborativas con otras mujeres. Trabajar con otras, estableciendo lazos enredados, entramados. “Cuando pensamos El Enredo como un colectivo creativo, nos imaginamos un nudo de hilos de colores, una mezcla de texturas variadas en complejo movimiento. En un enredo, los hilos van y vienen, se juntan, se unen, se separan, se mezclan y disienten. El Enredo es un recorrido desde el centro a la periferia, desde la periferia hacia el centro, una trama continua de múltiples enlaces y desenlaces”, explican desde la organización. 

El lugar del arte en este enredo

Las artes habilitan decires diversos y la apropiación de lenguajes otros. Circulan desde las actividades artísticas y creativas sentidos singulares que nos unen, que posibilitan la palabra. 

“Las chicas se conocen y reconocen en el hacer creativo, y eso genera mucho empoderamiento. Creemos que el arte posibilita, da placer, te enseña de vos mismo, te da la posibilidad de crear un mundo, otro mundo. En el contexto de encierro, creo que la experiencia creativa grupal abre posibilidades, potencia subjetividades y da lugar a mirarse en el otro”, dice Marina Gryciuk.

Bordamos para que se cumpla

El arte abre espacio a las preguntas, a las profundidades. Una de las mujeres borda palabras. Borda preguntas. ¿Es posible desear en colectivo?, dice con hilo y aguja. Todas bordan deseos. El tema que moviliza la exposición que inaugura hoy en el Museo Evita Palacio Ferreyra es el deseo

Se trata de un cruce de deseos. Desde Bordadoras en el Museo (el colectivo de mujeres artistas textiles pertenecientes al Museo Evita Palacio Ferreyra de nuestra ciudad), comparten sus deseos  y reciben los de las mujeres de la U5 de Rosario. Todo se entrama sobre los bastidores.

Desde Rosario y siempre interesadas por las experiencias interdisciplinarias con otres y los cruces entre instituciones o personas con inquietudes creativas, dicen que: “La propuesta se fue armando a partir de charlas, encuentros virtuales y la construcción de vínculos. Llevamos la idea al penal y las chicas aceptaron encantadas. Trabajamos semanalmente charlando sobre los deseos, individuales y colectivos, surgieron ideas de pensarse en un futuro y la posibilidad de una proyección. El trabajo sobre los deseos permitió poder empezar a pensar y decir qué deseaban, fue muy importante en el sentido de pensarse como personas deseantes, posibilitarse pensar en su deseo y su proyección. Ponerlos en palabras y colectivizar la acción. También fue muy hermoso pensar en los deseos de otras personas, otras mujeres que no conocían, las bordadoras de Córdoba”, cuentan desde El Enredo.

Mariana del Val, directora del Museo Evita Palacio Ferreyra y coordinadora del colectivo Bordadoras, explica que “Ese ejercicio, esa actividad que nos propusimos sin conocernos, derribando las fronteras de la cárcel, hizo que personas que nunca hubieran entrado al museo vengan a ser incluidas por el arte y la cultura. Significa para nosotras un acto generoso y a su vez fraterno de poder reunirnos y pensarnos”.

¿Cómo deseamos las feminidades cuando podemos desear? ¿Cómo entramamos nuestro deseo? ¿Es que aún deseamos cuando entramos a la maternidad, a la cotidianidad del hogar? Feminidades deseantes, madres deseantes, trabajadoras deseantes por fuera de un otre que demanda cuidados. En esto, el rol de los colectivos de mujeres son todo lo que está bien, como sostén, como red. 

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(Imagen: El Enredo)

En la cárcel, la imaginación, el pensamiento, los vínculos y los sueños son de las pocas herramientas que permiten la circunstancial evasión. Los tiempos del encierro se transitan en un vaivén de expectativas, sentimientos, emociones que confluyen en deseos individuales y colectivos. Desde el Enredo, en cada encuentro semanal, trabajamos para que esos deseos sean una posibilidad de proyección hacia un futuro en libertad”, afirman las rosarinas.

“Bordamos para que se cumpla” inaugura hoy a las 18 horas en el Museo Superior de Bellas Artes Evita Palacio Ferreyra. Av. Hipólito Yrigoyen 511.

*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imagen de portada: El Enredo.

Palabras claves: cárceles, cordoba, Museo Evita Palacio Ferreyra, Rosario

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