Un golpe de suerte

Un golpe de suerte
3 noviembre, 2021 por Redacción La tinta

Por Ayelén Zaretti para Revista Barda

Estoy soñando con todas las personas de las que me enamoré alguna vez, que alguna vez tuve entre ceja y ceja, todos mis berretines de amor. Como si mi cerebro se hubiera decidido a no olvidar el deseo vital que es devenir (con) otrx. Ese disolverse del (en el) deseo erótico.

Y no se trata sólo del mero acto sexual, con sus roces, sus pelos erizados, sus respiraciones, sus gemidos.
O sí.
Se trata de eso.

Pero eso acontece de tantos modos…

Me doy la mano con alguien, abrazo a alguien, bailo con alguien, le hablo, le miro, le empujo un poquito para allá, le indico algo apoyando mi mano en su hombro, le agarro por detrás y le digo “permiso”. La piel hierve, el corazón se acelera. A veces sí, a veces no, está claro. Pero siempre es virtualmente posible, valga la redundancia.

Quizá eso hace mi cerebro para darme un respiro de la soledad del aislamiento: recordarme la experiencia del amor, recordarme la experiencia de eros, el perderse en el otrx, retirarse para que el otro sea.

Todo lo contrario a la inmunidad. El entre nos.

Me gusta pensar que comunidad es perderse en otrx, perderse, devenir otrx. Olvidarse un poco mucho del yo. Devenir otrx con en desde por ante bajo con stop! otrx. Respirar suspirar inspirar conspirar otrx.

¿Cómo escribir sin sujeto? Pues así, con la cuerpa.

Hay algo gracioso en pensar que el virus sólo está vivo si tiene quien le hospede, si deviene otrx, de otra especie incluso. Quizá, sobre todo. Así y sólo así, es capaz de cumplir con la constante y múltiple diferenciación que es la
vida. La desnuda y la otra. Algo así como ponme a la grupa contigo, hazme un sitio en tu montura.
Y ahí, la disolución.

Y quizá entonces, marchar a la guerra. Porque no es posible tolerar la tristeza, la soledad, la distancia a la que nos expone el pánico. Porque lo seguiremos intentando una y otra y otra vez. Aunque no nos salga nunca. Porque en verdad, queremos el encuentro, queremos el amor, no el éxito.

¿Qué es el éxito? Un golpe de suerte. Como a quien le sale bien el asado. ¡Un aplauso para el asador!
El éxito es soltero, solo, solitario. Y varón. Queremos al amor que no se sabe bien si es bebé, niña o monstruo. Si nos duele o nos alegra. Si lo sentimos o lo tenemos, si lo damos o lo recibimos. Si es o no es. Si romántico, poli, mono…

Seguro no es gorra. Seguro no vigila. Seguro no es no. Lo que es lo iremos viendo. Con esa posibilidad única que nos abre nuestra lengua de hacer haciendo, decir diciendo. Aguante el gerundio y el rock and roll.

Entre la filosofía y la danza, entre la danza y la poesía, entre el cerebro frito y el corazón congelado, la mano amiga que llega y lo cambia todo para ponerme a bailar un tema de Britney y que siga teniendo, sino esperanza, la certeza de que aún vivo.

*Por Ayelén Zaretti para Revista Barda / Imagen de portada: Colectivo Manifiesto.

Palabras claves: Ayelen Zaretti

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