“Hacé pintar”, un golazo en Sol Naciente

“Hacé pintar”, un golazo en Sol Naciente
5 noviembre, 2021 por Inés Domínguez Cuaglia

“Hacé pintar” volvió al barrio y junto a les pibes de Sol Naciente metieron un golazo. El colectivo artístico desarrolla desde 2016 un fuerte trabajo territorial en la zona de los IPV de Argüello y aledaños. Mediante la creación colectiva, busca una transformación social, simbólica y real del espacio público desde el muralismo. 

Por Inés Domínguez Cuaglia y Fernando Bordón para La tinta

Mi móvil marca las 17:25 y el GPS que nos lleva a la ubicación enviada por las pibas de “Hacé pintar” dice que estamos a 500 metros. Pero lo cierto es que, de ese otro lado de la circunvalación, solo se ve una senda y, sobre el final, un cortadero de ladrillos. Evidentemente el GPS la está pifiando. La cita era a las 17:30 en la canchita del barrio. 

Decidimos volver hacia la avenida más transitada que habíamos cruzado y redireccionar el recorrido. Hago marcha atrás y retorno por donde vinimos. Varios niños en patas y unos cuantos perros nos observan de lejos. En unos 15 minutos, logramos llegar a destino. 

La canchita estaba exactamente atrás de donde habíamos estado minutos antes, pero un basural inmenso la separaba. 

Vemos de lejos una ronda de pibas y pibes sobre un playón, una suerte de parque lineal con canchas de tierra y un cerco alto de escombros y basura. Todo eso divide las canchas de barrio Sol Naciente del cortadero, pero también de la Universidad Siglo XXI y, un poco más allá, del aeropuerto.

Ser equipo. La salida es colectiva

Serán unos 50 pibes reunidos en asamblea. Ro Manzano, una de las fundadoras del colectivo “Hacé pintar”, les habla de la importancia del equipo y les pregunta qué hace falta para poder hacer un gol. Se dividen en grupos y empiezan los debates. La actividad propuesta les invita a pensar en el trabajo con otres haciendo un paralelo entre las actividades deportivas y las artísticas: ¿qué podemos hacer para que un equipo funcione bien? Es una invitación a valorar lo colectivo, al mismo tiempo que una indagación sobre el barrio y sus necesidades, sobre el espacio público que están por intervenir. Trabajan el concepto de gol: ¿qué se necesita como equipo para meter un gol? 

Las edades son diversas y las discusiones también. Pero sus dinámicas son parecidas, se entretejen deseos y sentires. Los decires y las presentaciones en el primer encuentro entre el colectivo “Hacé pintar” y les pibes del barrio que participan de la escuelita de fútbol “Los pumas del Sol”, fundada y dirigida por Rosa Sánchez.  

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(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Los debates transcurren y la coordinadora llama a la ronda grande de nuevo. Comienza la puesta en común. Desean fuerte que este espacio tenga césped sintético, vestuarios y que cada vez que jueguen, ganen. También quieren un escenario con música, con fiesta sin protocolos, aunque, por estos lados, el barbijo no es parte de la jugada. 

Las chicas de “Hacé pintar” explican un plan, comparten la idea de un mural como regalo para el barrio, muestran la pared que muy pronto estará cargada de colores. Recuperan lo que fueron conversando, la importancia de ser un equipo fuerte, revalorizando lo que les pibes hacen y la práctica del deporte como un hecho cultural y comunitario. 

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(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Sobre el cierre, uno dice: “¿Se rompe ese picadito o qué?”. La contundencia y la ganas del resto hacen que Rosa no pueda resistirse a entregarles las pelotas. Corren a su cancha que es de 11, pero algunas formalidades del reglamento quedan fuera de este campo de juego y son muches más por equipos. El partido es mixto. La cancha está superpoblada y, sobre todo, por donde va la pelota. Una niña de aproximadamente 8 o 9 años grita desde el arco: “¡No le peguen fuerte!”, ¡Marquen, marquen ahí!”. Tiene alma de capitana y acomoda el equipo con mucha actitud. Cuando la pelota se va para el campo rival, un grupo de defensorxs y delanterxs conversa mientras la jugada sucede en el otro arco. Hablan de cosas de su cotidianidad. Acá no solo se juega al fútbol, también es un momento de encuentro, de fraternidad. La conversación se corta cuando la pelota vuelve para este lado de la cancha. 

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(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Nos subimos al auto y el partido continúa, es de esos que duran hasta que la luz del sol desaparece por completo y no puede verse más. Es de esos partidos que desvanecen el tiempo, el tiempo de les adultes. Qué mejor plan que estar con tus amigues, en la canchita del barrio, jugando un fulbito. Es como salirse del movimiento cronológico de las horas. Es poder pensar las realidades desde lo lúdico y el encuentro que generan esas experiencias.

Feminidades generando redes de acceso y sostén

“Hacé pintar” es un colectivo independiente y autogestivo que trabaja desde 2016 con lenguajes relacionados al muralismo y el arte urbano. Interviene en barrios de la zona norte de Córdoba capital. Especialmente, en el sector de los IPV de Argüello y alrededores. 

Con objetivo de dar voz a las infancias y adolescencias de la zona, poner la oreja, pero también las estrategias para hacer rodar decires creativos y experiencias transformadoras. 

El colectivo está conformado por 13 mujeres “con diversos conocimientos y vivencias. Creemos en esta red colectiva y apostamos a la transformación desde el arte, sobre todo de aquellas situaciones que nos oprimen socialmente”, explica Florencia, una de las integrantes del colectivo. 

Mujeres que se conocían de diversos proyectos, trayectos profesionales y organizaciones, deciden unirse y crear “Hacé pintar”.

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(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Ro Manzano, una de sus fundadoras, cuenta en comunicación con La tinta: “Decidimos colectivizar hacia mujeres porque entendemos que el acceso al espacio público y a recursos para realizar obras públicas es desigual por cuestiones de género. Nos unimos para generar, además de contención entre nosotras, esta red que creemos que nos va a ayudar para sostenernos y lidiar con todo. Concretamente, también para transformar eso y poner nuestra voz en los muros. Ayudar a otres y habilitar ese espacio desde nosotras para otres. La premisa de que seamos mujeres tiene que ver con eso, con una apuesta a poder dar batalla contra las desigualdades de género”. Cuenta también que “lo que nos movilizaba y nos moviliza hasta hoy en ‘Hacé pintar’ es la necesidad de habilitar espacios donde poder hablar, decir, escucharnos y también apropiarnos de las técnicas visuales. Aquello que no podemos decir con palabras decirlo mediante un collage, un dibujo y poner eso en común. Para pensar en los barrios populares, por ejemplo, qué problemas hay, pero además qué cosas piolas suceden. Tratar de convertir ese dolor en algo que juntes y acompañades podamos transformar. Entendiendo la premisa de que es con otres que nosotres nos podemos sanar y podemos salir adelante. Salir de esa visión tan individualista que tenemos culturalmente impuesta. Tener un espacio de pertenencia. Poner en palabras lo que nos está pasando para poder sacarlo”.

La palabra, las palabras son un componente fundamental en los murales de este colectivo y muestran en sus procesos un trabajo fino para encontrar aquellas que les unen y representan. 

El golazo en Sol Naciente

Desde el colectivo comparten con La tinta que “como hilo conductor, reflexionamos sobre el barrio como unidad estructural comunitaria. Poniendo en palabras las costumbres, las relaciones, los vínculos y las prácticas culturales y deportivas que en él conviven. Deseamos, además, aportar a la elaboración simbólica sobre la importancia de lo colectivo y la revalorización de nuestros territorios”. También me cuentan que este proyecto viene a dar continuidad al trabajo que realizan desde 2016 en la zona y que se proponen un abordaje comunitario de la necesidad de mejoramiento del espacio público compartiendo talleres de reflexión y debate, en los espacios donde habitualmente la comunidad barrial desarrolla sus actividades cotidianas, culminando con una intervención artística territorial presencial, colectiva y participativa a través de la realización de un mural frente a las canchas del barrio.

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(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Para esto, desarrollaron tres talleres con les pibes de la escuelita de La Rosa, donde pensaron las demandas y los deseos, las palabras que les motivan y representan. Así construyeron entre todes las imágenes para muralear.

El gol está presente, pero la felicidad de jugar por jugar, mucho más.

Todo se hace trama; el fútbol, La Rosa, les pibes y las artes. Aparecen los colores, las palabras y las imágenes sobre el muro. 

Juego para ser feliz

El sol de un domingo de verano, pero en octubre, nos vuelve a reunir. Aquel muro blanco ya está tomado por les pibes. Muchas manos y colores. La alegría de compartir. 

“Juego para ser feliz”, dice esa pared que vimos gris en agosto y que hoy está tomada por una decena de chiques. Se siente en el aire el placer, ese que conocemos bien quienes disfrutamos de pintar, de manchar con colores lo que haya cerca.

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(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

“Esto marca nuestro territorio, nuestra cancha, nuestro lugar. No hace falta que sepan jugar, hace falta que sean felices. Porque siendo felices se olvidan de pelear y de un montón de cosas que pasan en la casa. Entonces, para nosotros esto es mucho, aunque parece nada. Para nosotros vale un montonazo. Con el esfuerzo que hacemos, lo que se logra con los chicos es maravilloso”, dice Rosa Sánchez en el plenario de cierre de la muraleada.

Recuperar la voz de las infancias y las adolescencias más vulneradas, habilitar el acceso al hacer creativo, al espacio público, a lo que les es propio. Ese fue el golazo de “Hacé pintar”.

*Por Inés Domínguez Cuaglia y Fernando Bordón para La tinta / Imagen de portada: Fernando Bordón para La tinta.

Palabras claves: Barrio Sol Naciente, cordoba, Muralismo

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