Guille Vanadía: el poder y la libertad de ser mimo en la calle

Guille Vanadía: el poder y la libertad de ser mimo en la calle
1 octubre, 2021 por Fernanda Albornoz

Este domingo se estrena en el Paseo de las Artes Ofrenda, un espectáculo de mimo que pone en juego la figura del pícaro y los vínculos con el poder. Con el reactive de las actividades al aire libre y la impronta de habitar el espacio público, esta propuesta artística nos invita a disfrutar a cielo abierto y a la gorra.

Por Fernanda Albornoz para La tinta

Este fin de semana será la función inaugural de un ciclo de presentaciones que, domingo a domingo, seguirán hasta fin de año en el Paseo de las Artes. Se trata del nuevo proyecto callejero del artista cordobés Guillermo Vanadía que estará acompañado en musicalización y efectos especiales por Rocamotta (Ezequiel Córdoba). En diálogo con La tinta, el actor, mimo y productor teatral comparte sus motivaciones para producir hoy un espectáculo de estas características.

En las últimas semanas y con la flexibilización de los protocolos pandémicos, en el ambiente artístico en general, hay una gran demanda de volver al convivio, a lo que se genera en el vivo y en directo. Una variada oferta de actividades culturales nos brinda la excusa perfecta para salir a re-encontrarnos con el arte en sus múltiples formas y en diversos espacios. 

Hay un espacio que me interesa especialmente: la calle. Ese lugar-no lugar que posibilita la construcción de sentidos colectivos, que es de todes, que es nuestro, que implica disputas, tensiones que vamos resignificando con otres, siempre con otres. Le pregunto a Guille cuáles fueron y son sus motivaciones para elegir este lugar como escenario: “En principio la posibilidad  y el poder que puede tener un artista callejero de decir algo, crear sentido en alguna mirada, en alguien que observa”. Me cuenta que hace muchísimos años que no hay mimos callejeros en Córdoba y que con la buena experiencia que tuvo haciendo semáforos, le pareció que estaba bueno intervenir en un lugar tan mítico como el Paseo de las Artes con un arte como el del mimo.

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Construir escenarios populares

En la calle y a cielo abierto no hay un espacio escénico delimitado, no existe esa distancia entre el clásico binomio actore/espectadore, entre quien propone el hecho teatral y quien lo completa o da sentido. De alguna manera, este despojo de estructuras y andamiajes, es un salto al vacío.

Desde lo político me parece transgresor que alguien que no está avalado por un aparato, por un contexto para que pueda suceder ese hecho artístico, lo genere. Me parece totalmente disruptivo, revelador y con un sentido de libertad muy poderoso que pone en cuestión lo público/lo privado y la tensión de qué es de todos/de algunos. La calle, ¿de quién es? ¿De quién es lo público? Se pregunta Guille.

Conociendo su trayectoria, sé que ese salto tiene mucho de kamikaze y adrenalina pero también, una amplia y variada formación artística. Incluye también un estudio teórico de los orígenes del mimo: “Desde la antigua Grecia Preclásica hasta nuestra era post Pandémica, siempre ha existido la figura del pícaro, el sonso, el burlante, bufón, saltimbanqui. Un personaje que apenas puede asomar la cabeza si hay un contexto ‘adecuado’ para que aparezca. Esto puede ser en la calle o en espacios que no están tan legitimados como para avalar y dar luces de éxito a un mimo callejero”.

Formación, técnica y entrenamiento

Charlando sobre la preparación específica que demanda salir a escena con esta propuesta, me cuenta que por un lado, su cuerpe está preparado para correr, tiene fuerza; y por el otro, el trabajo con la corriente figurativa del mimo le brinda herramientas comunicacionales para que el público entienda qué está haciendo y que la conexión vaya desde ahí. 

“A través del arte del mimo y en base a un entrenamiento, técnico y físico, intento un encuentro con el público en la calle. Teniendo en cuenta los arquetipos sociales, por ejemplo cuando pasa una familia, alguien vendiendo algo o se estaciona un auto, haré intervenciones con las personas que irán pasando, les transeúntes”, sostiene el artista.

Con este personaje gestual interviniendo en una atmósfera generada con la música, pienso en las respuestas-reacciones que podría dar ese potencial público, que a la vez se convertirá en actuante-performer. Se generará en cada instancia, una semiosis ilimitada de sentidos construidos popularmente, o en palabras de Guille «…lo popular, no solo es representar un género que nace del pueblo, sino que se juega, en parte, para ese ‘monstruo’ a quien unx le actúa (público)».

Apostar a la gorra

Con el contexto cultural actual, especialmente baqueteado durante este último año y medio, se hace inevitable pensar en cómo se conjuga la producción artística con la necesidad de generar ingresos dignos sin condicionar el acceso con el cobro de una entrada. La apuesta a pasar la gorra es una definición política y tiene firmes fundamentos para el artista:


«Producir un espectáculo y que sea a la gorra, implica libertad para el público a poner lo que le parezca que valió y que lo pueda ver alguien que no tiene dinero. El espectáculo va a ser igualmente digno tanto para el que tiene como para el que no tiene dinero”.


Continúa desarrollando sus ideas y afirma que lxs artistas callejerxs deberían tener un sueldo de parte del Estado, ya sea municipal, provincial o nacional; que no deberían tener que pensar tanto en el dinero y sí en intentar comunicar, hacer su arte y que el público se acerque a eso. Muy convencido, señala que “la cultura es nuestra, es de todes, también del poder político. El arte callejero en algún momento va a dar un salto y se dará cuenta de que hay ingresos que les corresponden”.

Palpitando lo que sucederá in situ, Guille comparte sus cosquillas y anhelos: «Las expectativas son de fiesta, encuentro. Cada vez que he salido a la calle, que para mí es un lugar riesgoso, hay muchas fuerzas que se suscitan. Mis expectativas son todas de incertidumbre, de poder y de acontecimiento como un hecho que transforma, que es clave y contundente».

En pleno corazón de barrio Güemes, en la esquina de Belgrano y Laprida, este domingo a las 18hs, tenemos cita con el arte y el disfrute colectivo.

*Por Fernanda Albornoz para La tinta. займ 30000 руб без отказа

Palabras claves: arte callejero, Artes escénicas, mimo

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