10 años de lucha por la Salud Mental en Córdoba

10 años de lucha por la Salud Mental en Córdoba
28 octubre, 2021 por Redacción La tinta

El Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos de Córdoba está cumpliendo 10 años de trabajo y, por eso, en esta nota aprovechamos para conocer más la historia de este espacio, que es también parte de la historia del movimiento social que lucha por la transformación en el campo de la Salud Mental.

Por Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos para La tinta

Saltos en el tiempo

Una tarde calurosa de diciembre de 2015, en el patio del Archivo Provincial de la Memoria, se presentaba el tercer informe Mirar tras los Muros. Impulsado por la Comisión Provincial de la Memoria, este trabajo relevaba las violaciones a los derechos humanos en las instituciones de encierro de la Provincia de Córdoba. Uno de los capítulos estaba dedicado a los hospitales neuropsiquiátricos. Al igual que en las ediciones anteriores, el Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos estaba a cargo de la información recopilada en este capítulo.

Dos años después y ya con el gobierno neoliberal en el poder y en la Dirección Nacional de Salud Mental, el colectivo de organizaciones de todo el país se levantaba en pie de lucha contra el descarado intento de derogación de la Ley de Salud Mental. Plan operado desde la legitimidad y legalidad que ofrecía uno de los tantos Decretos de Necesidad de Urgencia con los que el gobierno del PRO acostumbraba sortear el fastidio que les significaba el debate público y las normas de la democracia.

La rápida reacción, articulada en todo el país, del movimiento detuvo la intentona. En Córdoba, los repudios confluyeron en asambleas y documentos públicos, en solicitadas y en un acto político que se manifestó al ritmo de las radios de usuaries y de las canciones de la Marcha por el Derecho a la Salud Mental. Allí estaba también el Observatorio, como parte del Colectivo cordobés por el Derecho a la Salud Mental, el mismo espacio intersectorial que desde el 2014 impulsa las Marchas. El Observatorio estuvo desde el primer momento. Es una de las organizaciones más activas en impulsar y convocar a esta movilización que ocupa el espacio público y que en noviembre tendrá ya su octava edición. 

Unos años antes de estos eventos, se alcanzaba un logro histórico. El 25 de noviembre del 2010 era promulgada la Ley 26.657, con el objeto de “asegurar el derecho a la protección de la salud mental de todas las personas y el pleno goce de los derechos humanos” de las personas usuarias. La Ley Nacional de Salud Mental plasmó jurídicamente una concepción de salud mental coherente con los consensos internacionales en este campo: “Un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona”. 

En Córdoba, la Mesa Permanente en Salud Mental y DD. HH. impulsaba la ley e incidía en la discusión del correlato provincial, la Ley N° 9.848, finalmente también promulgada. Una vez logrado el nuevo marco jurídico, el espacio intersectorial de la Mesa coincidió en la conveniencia de contar con un dispositivo de monitoreo de la aplicación de la nueva legislación: “A finales del 2011, se presenta un proyecto de investigación al Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Córdoba titulado ‘Producción de información para las políticas públicas: Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos de la provincia de Córdoba’. Ese proyecto de investigación significó el nacimiento del Observatorio, casi un año después de la promulgación de la ley».

El camino recorrido 

Desde ese primer proyecto de investigación, el observatorio nunca ha parado de desarrollar estrategias y proyectos para la aplicación plena de la ley. Conjugando la producción de información con la capacitación, la incidencia, el activismo y la articulación con otras organizaciones y espacios, el camino recorrido en esta década muestra una impactante cantidad de iniciativas y producciones diversas. Más allá de algunas producciones enmarcadas en proyectos de investigación, el observatorio se basa en el trabajo militante de sus integrantes.

Tentados por el número redondo de la década recorrida, desde el observatorio vienen repasando esta historia. A la producción de información en las publicaciones «Mirar tras los Muros” y los informes anuales, a los Encuentros de usuarios, organizados con otras organizaciones, y las Marchas por el derecho a la salud mental, en el marco del Colectivo cordobés, se suman una tremenda diversidad de producciones y procesos: contenidos audiovisuales, publicaciones académicas y de divulgación, articulación nacional, etc.

Por ejemplo, desde el 2015, trabajó junto a la Comisión de Salud Mental del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba en un Protocolo de Intervención en Situaciones de Crisis y/o Urgencia en Salud Mental. Este documento fue publicado en el 2018 (se puede descargar de acá: https://observatoriosmyddhh.org/protocolo-crisis-salud-mental) y se convirtió en un claro aporte para el trabajo de los equipos de salud en momentos de crisis, desde una perspectiva respetuosa de la dignidad de las personas.

También participó junto a otras organizaciones en la producción de la serie documental “Entre muros y puentes”. A través de seis capítulos que hacen foco en distintas líneas, como salud mental y comunidad, hospitales, género, ambiente, dispositivos sustitutivos, etc., esta serie que está disponible en diversas plataformas se utiliza también en talleres y espacios de reflexión como una herramienta para promover transformación de los paradigmas de atención a la salud mental. La realización contó además con financiamiento del Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual (FOMECA).

Entre 2017 y 2018 en espacios colectivos, compartidos con otras organizaciones, se presentaron informes a organismos internacionales de los tratados de derechos humanos de la ONU: al Comité de los Derechos de las Personas con discapacidad, al de los derechos del niño y al Comité de los Derechos Económicos Sociales y Culturales. En este último, se leyó un posicionamiento público respecto de las violaciones de derechos de las personas con discapacidad.

La lista de producciones y logros continúa: procesos de formación, campañas de toma de conciencia, publicaciones, movilizaciones, articulaciones regionales, etc. Actualmente, el Observatorio también integra el Consejo Consultivo Honorario de Salud Mental y Adicciones, que incide en las políticas públicas elaboradas desde la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones. También forma parte de la Red Latinoamericana de Salud Mental y, desde allí, es una de las organizaciones que anima el proyecto de un Observatorio regional para Latinoamérica. 

La salida es colectiva

En coherencia con la perspectiva comunitaria de salud mental, desde el Observatorio insisten en la importancia de la articulación y la construcción colectiva, intersectorial. Por eso, ante la pregunta obligada, evidente, sobre qué cambió, qué se transformó en el campo de la salud mental en la provincia y en el país, la respuesta parece ya reflexionada de antemano: “La verdad que si tenemos que destacar un avance en el campo de la salud mental, campo que es más amplio que la acción del Estado o el funcionamiento del sistema de atención, señalamos el creciente fortalecimiento de los procesos organizativos y comunitarios de las personas usuarias, de los trabajadores, de la articulación con organizaciones de derechos humanos, con organizaciones sociales, estudiantiles, etc. Este desarrollo enfrenta muchas barreras y dificultades, impuestas precisamente por quienes tienen la responsabilidad de implementar las leyes nacional y provincial de salud mental».

Es decir, los avances de estos 10 años están relacionados con una consolidación de lo que llaman el movimiento de la salud mental, más que con las transformaciones reales en el sistema de atención, donde escasean las buenas noticias y, más que de avances, hay que hablar de graves retrocesos. En el 2020, venció el plazo para que se desarrollen un sistema de dispositivos sustitutivos al manicomio, el plazo para que los hospitales monovalentes fueran reconvertidos, etc. Pasó el 2020 y los manicomios gozan de total vigencia, en completa ilegalidad. Frente a ello, como siempre, la salida es colectiva.

*Por Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos para La tinta / Imagen de portada: Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos.

Palabras claves: cordoba, Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos de Córdoba, Salud Mental

Compartir: