Presupuesto de salud de Córdoba y pandemia: ¿inversión extraordinaria o recuperación de lo perdido?

Presupuesto de salud de Córdoba y pandemia: ¿inversión extraordinaria o recuperación de lo perdido?
5 julio, 2021 por Redacción La tinta

En esta nota, el médico e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNC y de la UNRC analiza el presupuesto asignado a Salud en pandemia y lo compara con los años anteriores. Déficits de financiamiento, debilidad del primer nivel de atención, problemas de coordinación interjurisdiccional y carencias de recursos humanos en un sistema de salud sometido históricamente a políticas de ajuste.

Por Iván Ase para La tinta

La pandemia que asola al mundo desde inicios del 2020 ha puesto en tensión a todos los sistemas de salud. Sistemas con distintos valores, modelos de financiamiento, tipos de cobertura y arreglos entre sectores y jurisdicciones se han visto desbordados por el evento. Una respuesta general frente al mismo ha sido la asignación de recursos económicos extraordinarios para enfrentarlo. ¿Qué ha pasado en Córdoba al respecto? ¿También hubo un crecimiento extraordinario del presupuesto de salud provincial para enfrentar la pandemia?  

En este sentido, el presupuesto total de la Provincia de Córdoba tuvo un incremento, durante el año 2020, del 31,28%, en un contexto de inflación promedio anual, considerado por el Ministerio de Finanzas provincial, del 39,4%. Es decir, el gasto provincial sufrió un importante ajuste real al haber tenido un crecimiento bastante menor que la inflación. Sin embargo, los recursos destinados a la Finalidad Salud (FS) tuvieron un incremento del 59,96%, correspondiéndole al Ministerio de Salud el 99,28% de esos recursos. Este incremento permitió que la Finalidad Salud represente el 10,51% de la totalidad del gasto provincial. 

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(Imagen: La tinta)

Pero, ¿qué significa este incremento de recursos para 2020 en términos históricos? ¿Efectivamente representa una asignación extraordinaria de recursos para el sector?

Al finalizar el proceso de descentralización en nuestra provincia (1996), los recursos destinados a la Salud por los distintos gobiernos provinciales han oscilado entre el 9 y el 10% del total de los mismos, siendo el promedio del período 2002-2015 del 9,54%. A partir del año 2015, el gobierno provincial inicia un proceso de ajuste de los recursos para el sector que se evidencia en la disminución del porcentaje destinado a la FS: 2015, 10,32%; 2016, 9,74%; 2017, 8,78%; 2018, 8,39% y 2019, 8,68%. Esto significa que, en términos porcentuales, los recursos extraordinarios asignados para enfrentar la pandemia no implicarían más que la recuperación de los porcentajes habituales para el sector post-descentralización. 

Estas conclusiones se pueden apoyar en otros datos que se evidencian en la información provincial correspondiente al 2020. Así, en relación al número de cargos destinados al sector salud, luego de las nuevas incorporaciones señaladas por las autoridades provinciales, el año 2020 finaliza con 12.660 cargos de salud. Pues bien, en el caso del personal, se puede evidenciar la misma evolución que en el campo presupuestario: 2015, 12.510; 2016, 11.964; 2017, 11.780; 2018, 11.685 y 2019, 11.639 cargos. 


Nuevamente, lo que aquí aparece es que la cantidad de cargos con que termina 2020 (1.000 cargos más que en 2019) no es otra cosa que una recuperación de los cargos existentes en 2015 y que habían sido reducidos como parte de la política de ajuste o austeridad sectorial arriba mencionada. 


Pero, además, la recuperación de estos recursos financieros y humanos se ha hecho de manera concentrada sobre aquellas áreas o rubros directamente involucrados en la lucha contra la pandemia, mientras que los otros sectores se mantenían casi paralizados y soportando restricciones presupuestarias muy significativas. 

En este punto, es posible señalar que, si a los recursos presupuestarios que se incrementaron durante 2020, a un 59,96% se les resta el denominado “Gasto COVID-19” (Gasto en Agentes de la Salud por emergencia: $1.550.611.043 y Fondo para atención del estado de alerta, prevención y acción sanitaria por enfermedades epidémicas: $4.971.833.805), dicho incremento se reduce al 28,24%, alrededor de 10 puntos por debajo de la inflación del año. Es decir, se podría decir que el “Gasto COVID-19” se financió en parte con el enorme ajuste sufrido por el “Gasto No COVID-19”. 

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(Imagen: La tinta)

Caso paradigmático en este punto es el de Salud Mental provincial (SMP). El incremento del presupuesto para la SMP fue del 28,64% (10 puntos por debajo de la inflación), lo que significa que el mismo pasó a representar el 4,85% del total para la FS. Aunque la provincia de Córdoba nunca cumplió con los estándares fijados por organismos sanitarios internacionales y normativas de salud mental vigentes (que debe representar como mínimo el 10% de la FS), el porcentaje del 2020 ha sido el más bajo de los últimos años (2015, 6,96%; 2016, 6,96%; 2017, 6,64%; 2018, 6,26% y 2019, 6,03%).

Por otra parte, en el análisis de la ejecución del presupuesto del Ministerio de Salud por objeto del gasto, se puede evidenciar que el incremento de recursos se concentró en Bienes de consumo (168,4%), Servicios no personales (70,3%), Transferencias para erogaciones corrientes (73,5%) y Bienes de Capital (78,7%). Mientras que el rubro Personal se incrementó sólo un 36,7% (por debajo de la inflación) y el rubro Trabajos Públicos decreció un 89,5%. 


Esta distribución de los fondos no sólo muestra el aumento de recursos destinados a insumos y aparatología médica, sino también la apuesta a un modelo de gestión que decidió incrementar personal por la vía del “monotributo” (pago de honorarios) y la tercerización de nuevos servicios a empresas privadas (centros de hisopados, vacunatorios, servicios de emergencias, entre otros), en lugar de fortalecer la planta de personal estable del Ministerio de Salud. Se puede afirmar que la pandemia nos trajo mayor precarización laboral en el sector. Es notable, también, la disminución de recursos en obras de infraestructura durante el 2020. 


Finalmente, la pandemia ha encontrado a un sistema de salud provincial que viene arrastrando problemas estructurales crónicos y estaba siendo sometido a un proceso de ajuste desde 2015, más allá de algunas “inauguraciones” hospitalarias. El incremento de recursos del 2020 apenas alcanza para recuperar lo perdido por el sector en ese período. 

Aunque resulta aventurado, en la actualidad, señalar “recetas” infalibles para enfrentar la pandemia, debemos decir también que los déficits de financiamiento, la debilidad del primer nivel de atención, los problemas de coordinación interjurisdiccional y las carencias de recursos humanos han condicionado una respuesta sanitaria a la pandemia que se ha limitado a un enfoque biomédico tecnológico con una llamativa desatención por los enfoques territoriales de atención a la salud y las dimensiones psico-sociales o de salud mental. A la luz de los datos epidemiológicos actuales, los resultados de ese enfoque no parecerían promisorios. 

Es cierto que es casi imposible tener preparado un sistema de salud para enfrentar una crisis sanitaria de esta magnitud. Sería, por ejemplo, irracional y desaconsejable desde el punto de vista sanitario disponer en tiempos de normalidad de la cantidad de “camas críticas” y respiradores que han sido necesarios para enfrentar este tiempo excepcional. Pero es cierto, también, que los sistemas de salud sometidos permanentemente a políticas de ajuste o austeridad no son la mejor plataforma desde donde enfrentar contingencias dramáticas como las actuales. Esperemos no estar perdiendo la oportunidad de realizar este aprendizaje colectivo.

*Por Iván Ase para La tinta / Imagen de portada: La tinta.

Palabras claves: cordoba, covid-19, pandemia, salud

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