Santiago Cancinos, entre incertidumbres y violencias

Santiago Cancinos, entre incertidumbres y violencias
9 junio, 2021 por Julieta Pollo

Por Florencia Brandolini y Julieta Pollo para La tinta

Tras cuatro años de búsqueda, encontraron los restos de Santiago Cancinos, el chico trans desaparecido en Salta. Todavía conmocionadas, entre el dolor y las incertidumbres que perduran, compartimos algunas voces y reflexiones sobre las violencias que se entretejen alrededor de su muerte.

¿Cómo accionan la policía y la Justicia cuando desaparece une joven en Argentina? ¿De qué modo tratan los espacios educativos y religiosos las violencias de género? ¿Se respeta la identidad de género desde el Estado y los medios de comunicación? ¿Qué pasó con Santiago Cancinos? ¿Dónde está Tehuel?

Lo que se sabe a cuatro años de su desaparición

Santiago salió de su casa la siesta del 16 de mayo de 2017 para ir a la clase de educación física en el Colegio Belgrano. Un rato más tarde, fue visto por su tía en el Parque del Bicentenario, en la zona norte de la ciudad de Salta. Las cámaras de seguridad del lugar muestran que el chico de 14 años ingresó al parque con el uniforme de gimnasia y, a los minutos, salió con otra ropa: jean, buzo negro y gorra. A eso de las 18, horario en que habitualmente Santiago volvía a casa, su familia se preocupó porque no llegaba y empezó a buscarle. La búsqueda duraría más de cuatro años.  

santiago-cancinos-saltaDesde entonces, su familia y amigues se movilizaron para amplificar la búsqueda: llenaron la ciudad de carteles con su rostro, presionaron para que la investigación fuera más rigurosa, consiguieron que el Estado ofreciera una recompensa por información acerca de su paradero y se realizaron rastrillajes sin resultados. En repetidas ocasiones, su familia declaró que la policía tardó en activar la búsqueda del joven, que no se accionó adecuadamente (por ejemplo, no se realizó operativo “cerrojo” ante la posibilidad de que hubiera sido secuestrado) y que las investigaciones de la fiscalía salteña no aportaban nuevas pistas. 

Al ser consultado por este medio, el fiscal que lleva la causa, Ramiro Ramos Ossorio, afirmó que los rastrillajes que se realizaron en 2019 “llegaron a 30 o 40 metros del lugar donde finalmente fueron encontrados sus restos. Desafortunadamente, el mapeo pasaba muy cerca”. Estos rastrillajes se realizaron dos años después de la desaparición de Santiago, disminuyendo considerablemente las posibilidades de encontrarlo. Sobre este lapso de tiempo, el fiscal asegura que se trató de “un nuevo rastrillaje que se hizo después, cuando supimos que podría haber estado en la zona de Parque Bicentenario, por lo que se amplió el nuevo rastrillaje hacia ahí”. La tía del joven, última persona en verlo con vida, había declarado desde el día uno de su desaparición que se había encontrado con Santiago en las inmediaciones de dicho Parque, ubicado a unos 6 kilómetros de donde finalmente sería encontrado.

El viernes pasado, el Ministerio Público Fiscal confirmó el hallazgo de sus restos -identificados a través de las piezas dentarias- y de algunos elementos: una zapatilla, algo de ropa, su mochila y una cuerda con nudo corredizo. Fue encontrado por un lugareño y su hijo que realizaban tareas de desmalezamiento en una pequeña ermita de la Difunta Correa, a la vera de la ruta 9 cerca del río Wierna, en la localidad de Vaqueros, Salta. De momento, se espera que avancen las pericias sobre los restos de Santiago y los elementos encontrados en el lugar para intentar determinar las causas de su muerte, si existen signos de violencia y el tiempo que lleva en ese sitio. 

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Imagen: Resumen Latinoamericano

Una de las primeras cosas que se conocieron en la investigación fue que estaba transitando su transición, que se autopercibía como varón y que había elegido el nombre Santiago para nombrarse. Aunque no había llegado a realizar un cambio de identidad de género, desde la Justicia, la policía y la mayoría de los medios de comunicación se lo buscó y se lo sigue nombrando como “ella” y con su nombre asignado al nacer. Hay que subrayar, todavía hoy, que negar la identidad autopercibida de una persona es violencia y es un delito. Desde 2012, existe en Argentina la Ley de Identidad de Género 26.743, que establece que no es necesario el cambio de nombre en el documento para respetar la identidad de una persona. 

Organizaciones feministas de Salta ya habían comenzado a reclamar su aparición con vida con el nombre de Santiago Cancinos: su rostro y su nombre pudieron verse en los carteles de la marcha del 3 de junio de este año. Sin embargo, al conocerse el hallazgo de sus restos un día después, la mayoría de los medios masivos de comunicación de Salta y del país volvieron a tratarlo por su nombre muerto sin siquiera hacer alusión a su nombre, Santiago. La invisibilización al cuadrado.   

Relatos de bullying y adoctrinamiento religioso

El sábado pasado, se realizó una concentración en Salta para exigir justicia por Santiago y algunes de les jóvenes presentes volvieron a poner sobre la mesa un tema mencionado con recurrencia a lo largo de estos años de búsqueda: bullying por parte de sus compañeros y hostigamiento por parte de la escuela. Sobre esto último, algunas de sus amigas y compañeras de colegio recordaron que había sacerdotes que intentaban convencer al joven de que no reivindicara su identidad, que hubo comentarios homoodiantes por parte de algunes profesores y que hasta se publicó un video donde el consejero Mariano Rojas le hablaba al chico, ya desaparecido, de la “parábola del hijo pródigo que metió la pata y volvió”. El video fue tan criticado que las autoridades del colegio tuvieron que salir a aclararlo. 

El Belgrano tiene más de 100 años y es un colegio católico reconocido en Salta. También se hizo conocido después de que condenaran a 10 años de prisión a un maestro de religión por abuso sexual de al menos dos menores de edad. Una egresada del colegio Belgrano contó a La tinta que, en su trayecto educativo, vivió muchas situaciones de acoso sexual, discriminación y amenazas de violación por parte de algunos compañeros. Aún cuando algunes preceptores o docentes veían la situación, no accionaban para poner un freno. Una vez, incluso, quisieron amonestarla a ella por defenderse. “Había muchas situaciones que se sabían que pasaban o que se veían que pasaban, pero había algo más arriba que decía que no se podía hacer nada. Cuando pasaba algo fuerte, nos hacían hacer algún retiro espiritual o sentarnos con la psicóloga en grupo, pero a veces no se tenía en cuenta la gravedad del asunto”, cuenta la ex alumna. 

“Cuando empezó la época de las redes sociales tipo ASK, me atacaban, me discriminaban, me insultaban… y eso me llevó en una época a no querer salir de mi casa, porque me odiaba, me veía horrible, porque me creía todas esas cosas que me mandaban constantemente. Todos los días yo recibía estos comentarios, todos los días. Es muy, muy horrible que te hostiguen a tal punto de que no quieras salir de tu casa por un año entero, teniendo 13 años”, recuerda con dolor Fl0renzia, artista de trap. 

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La Educación Sexual Integral es un derecho de todes les niñes y jóvenes. En Argentina, también es ley, pero Salta fue de las últimas provincias en “adherir” a ella, recién en 2019. La Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito difundió ese año que el noroeste argentino estaba muy atrás en materia de Educación Sexual Integral. Promover la ESI en las escuelas es una herramienta importante para prevenir la discriminación, la violencia y el odio por cuestiones de género, y también para detectar estas situaciones y dar una respuesta integral. Es crucial impulsar estos espacios donde les jóvenes pueden aprender, desmitificar, preguntar, cuestionar y participar de un ambiente de escucha, diálogo y contención… también donde puedan identificar las violencias, empoderarse y pedir ayuda.

Según publicó Agencia PRESENTES, poco antes de desaparecer, Santiago Cancinos escribió en su cuenta de Twitter sobre su identidad y contó algunos inconvenientes que tenía en el colegio y con sus compañeres. Sus dos últimos mensajes fueron: “Para qué voy a hacer la tarea si pronto no estaré” y “Chau”.

Otros espacios de contención

Todos los sábados, Santiago asistía al grupo Scout N° 811, Santo Domingo Savio. Algunes integrantes que compartieron tiempo con él recuerdan que “era muy alegre, tenía mucha chispa, era de esas personas que tiraba chistes… era una persona muy dinámica. Quería mucho al grupo porque iba desde chica, desde los ‘lobatos’ que es la primera rama en los Scout, a la que asisten niños de 7 a 14 años”, comenta a La tinta Matías Regis, uno de los educadores de la institución. Históricamente, el movimiento scout tiene una tradición arraigada a la religión que, hoy en día, algunos sectores más progresistas buscan romper. Las alas más conservadoras han cortado relación con Scouts de Argentina y algunos de sus integrantes, por incorporar en los grupos debates y posicionamientos respecto a temas como la Educación Sexual Integral, violencia de género, identidad de género o aborto.

santiago-cancinos-salta“Del tema bullying en el colegio, nosotros nos enteramos después, algunos chicos no exteriorizan todo o no encuentran el momento. Creo que había indicios de que ella quería mostrarse de otra forma y creo, quiero creer, que en el grupo lo iba a poder hacer. Muchos chicos se han apoyado en ese espacio para poder expresarse, descubrirse”. Respecto a la transición de Santiago, Matías menciona que se enteraron luego de que se revisaran las redes sociales en la investigación. En los cuatro años de búsqueda, este fue el primero en el que se lo visibilizó por su nombre autopercibido: “Nosotros la conocimos como Gala y nos enteramos del nombre Santiago después… creo que si trasciende y se conoce como Santiago es buenísimo porque se está cumpliendo algo que él quería. De acá a un tiempo, quizá no sea Gala y sea Santiago para todos”, reflexiona Matías. 

La familia Cancinos era muy cercana al grupo y participaba en algunas actividades junto a Santiago. En el momento de la desaparición, les adultes salieron a recorrer la ciudad en autos y les jóvenes aportaron difundiendo la búsqueda en redes sociales, repartiendo panfletos, asistiendo a las marchas y pegando carteles: “Empapelamos Salta con su cara”. 

La noticia que confirmó que habían encontrado los restos de Santiago a la vera del río golpeó duro en el Santo Domingo Savio: “Cuando lo encontraron, atiné a mandarle un mensaje a Mónica, su mamá, a mandarle un abrazo, a decirle que estábamos para lo que necesite. Para nosotros fue muy fuerte y además muy raro el cómo y cuándo lo encuentran. La zona es acá nomás, pasando el Río Wierna, no hay nada que en su momento un perro o un grupo de rescatistas no hubieran podido encontrar”. Matías se detiene a pensar un rato y con la mirada estática, como quieta en un punto fijo y, a su vez, negando con la cabeza, dice: “No cierra por ningún lado, nos hubiese mandado un indicio. Si una persona entra en una crisis o en una situación con mucha angustia o algo que la pueda haber llevado a tomar la decisión de quitarse la vida… te encuentran ahí nomás, no pasa mucho tiempo. Es raro que, justo apenas pasados los cuatro años de su desaparición, encuentren su cuerpo”.

Matías cuenta que la desaparición de Santiago siempre fue un tema latente en el grupo y pudo abordarse con les jóvenes scouts: “Los chicos siempre la tuvieron presente. En el último campamento que pudimos hacer antes de la pandemia, ellos mismos propusieron armar una actividad en la que se pueda tratar este tema y se hizo. Hay muchos que pudieron aprovechar el momento para hablar”.

Salta en contexto: violencias de género y desapariciones 

«Salta es la sexta provincia argentina con más femicidios. En esa Salta tan linda hay una ciudad oculta: oculta de femicidios, de homicidios, de desapariciones de personas, narcotráfico y narco-criminalidad”, comenta Ana Fernández, quien preside la Fundación Cintia Fernández, que lleva el nombre en honor a su hija, víctima de femicidio en 2011. La fundación asiste a familiares de víctimas de femicidio, casos de violencia de género, abuso y maltrato a niñes y adultes mayores.

Al consultarle sobre el accionar de la Justicia salteña ante los casos vinculados a violencia de género, Ana menciona que la causa de su hija tardó nueve años en llegar a la justicia. Ese mismo año, 2011, desapareció María Cash y asesinaron a las turistas francesas, Houria Moumni y Cassandre Bouvier.


“Sobre la falta de celeridad (de la justicia) puedo hablar en primera persona. Transité nueve años hasta llegar a juicio por un oscuro camino, perverso porque querían convertir la causa de mi hija en un suicidio. Dí una gran lucha, con peritos externos y abogados penalistas. Hay varias personas desaparecidas en Salta, pero la gente no se anima a denunciar por la complicidad que existe entre los tres poderes”.


Ana, también forma parte del Comité de Evaluciación contra los Femicidios, Transfemicidios y Violencia de Género que depende del Ministerio Público Fiscal (MPFS) de la provincia norteña.

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El 10 de diciembre de 2020, el MPFS creó una fiscalía especializada en femicidios (UFEM), la cuarta a nivel nacional, gracias a un proyecto impulsado por la Fundación Cintia Fernández y llevado adelante por la Dra. Gabriela Rodriguez. Hoy, a casi 11 años, su madre remarca: “Al caso de mi hija se le llamó un caso histórico en Salta porque se evidenció la complicidad policial y judicial, la corrupción en su máxima expresión. Puse patas para arriba la justicia salteña. Faltan muchas cosas por hacer, todavía veo fallas en la justicia y faltan muchas políticas públicas, principalmente en lo que es educación. ¿Hubo cambios? Sí. Por lo menos se crearon otras fiscalías en violencia, la UFEM, la unidad fiscal especializada en muertes de mujeres, el pabellón de investigaciones fiscales que lleva el nombre de mi hija, y espero que la honren y que se hagan las investigaciones como tienen que ser, con la celeridad que amerita cada caso”, concluyó Ana.

¿Qué pasó con Santiago Cancinos? ¿Dónde está Tehuel?

*Por Florencia Brandolini y Julieta Pollo para La tinta.

Palabras claves: LGBT, Salta, Santiago Cancinos

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