Una convención constitucional por la dignidad

Una convención constitucional por la dignidad
19 mayo, 2021 por Tercer Mundo

La elección de constituyentes en Chile fue un golpe demoledor para el gobierno y la derecha más extrema. En el país trasandino, se abre un horizonte de grandes cambios sociales y políticos.

Por Andrés Kogan Valderrama, desde Chile, para La tinta

Luego de haberse realizado la elección paritaria de candidatos constituyentes en Chile, los días 15 y 16 de mayo, los resultados son realmente esperanzadores para la construcción de un país distinto y que responda a las principales demandas que se han impulsado desde distintos sectores críticos en los últimos 20 años.

Si bien la votación total no fue la deseada: solo el 43,35 por ciento, por debajo de lo que se votó en el plebiscito nacional de 2020 por una nueva Constitución, con un 50,95 por ciento -ambas con voto voluntario y en pandemia-. Pero el rol que jugaron los movimientos sociales a través de muchas candidaturas independientes es algo bastante inédito en la historia del país.

Por ejemplo, el caso del amplio apoyo a la Lista del Pueblo, la cual agrupa distintas personas pertenecientes a diferentes movimientos sociales, puede ser visto como una ruptura a cómo se ha distribuido el poder en Chile en los últimos 30 años, en donde se ha hecho política a espaldas de la ciudadanía.

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A esto, hay que sumar a muchas candidaturas criticas electas provenientes de organizaciones de base, las cuales han dado una larga lucha desde el movimiento socio-ambiental, feminista y estudiantil, en donde resalta la crítica a la mercantilización de la vida y la generación de alternativas situadas territorialmente.


Se destacan los nombres de Camila Zárate, del Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT); Alvin Saldaña, de la Red por la Soberanía Alimentaria; Alondra Carrillo, Janis Meneses y Elisa Giustinianovich, de la Coordinadora Feminista 8M; Ivanna Olivares, Carolina Vilches, Manuela Royo y Yarela Gómez, del Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la protección del Medioambiente (MODATIMA), entre muchos otros y otras.


Asimismo, es muy importante también el rol que jugarán para construir una democracia intercultural, plurinacional y descolonizadora, quienes fueron electas a través de los escaños reservados para los pueblos indígenas, como son los casos de Elisa Loncon y Natividad Llanquilleo.

Por otro lado, es muy positivo que los partidos de la derecha no hayan alcanzado ni siquiera un tercio de las personas elegidas como constituyentes, lo que los deja imposibilitados completamente de vetar lo que acuerde la mayoría en la nueva convención para redactar la futura Constitución.

Por lo mismo, es más importante que nunca que los partidos de izquierda en Chile -sean estos los de la ex Concertación, el Partido Comunista y el Frente Amplio, pero también los denominados independientes no neutrales- den el ancho al momento histórico que nos encontramos como país.

De ahí que sea clave no solo que respondan a las demandas más importantes de la revuelta social de 2019, sino que tomen en serio la participación y tengan una relación directa y constante con las comunidades a través de asambleas y cabildos auto-convocados, para tomar las respectivas decisiones sobre los contenidos de la nueva Constitución.

Por lo mismo, aquellos que están por hacer grandes transformaciones a través de esta convención constitucional tienen que posicionarse críticamente con respecto a la situación de los presos políticos de la revuelta, los presos políticos mapuche y contra la impunidad de quienes violaron los derechos humanos desde octubre de 2019.

La democracia representativa sabemos que se ha quedado corta en el mundo, siendo capaz de legitimar las violaciones a los derechos humanos, como ocurrió en Chile, por lo que se necesitan impulsar formas más horizontales y colectivas de hacer política, sin caudillos, en donde se generen nuevos mecanismos de participación directa que permitan construir un nuevo horizonte transformador.

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Imagen: EFE

En estos últimos 30 años, se empobreció a tales niveles el significado de lo político, reducido a lo partidista, que quienes fueron elegidos y elegidas como constituyentes tienen una responsabilidad mucho mayor que escribir o no una Constitución, sino de devolverle el sentido amplio de la política a un país que, por fin, se ha levantado a exigir más dignidad.

Por eso, la necesidad de politizar todo a través de esta nueva convención constitucional, para dejar atrás sistemas de vida centrados en la competencia entre personas y en una supuesta libertad individual, de consumo principalmente, totalmente desconectada de su entorno, que ha olvidado que los seres humanos somos seres relacionales, interdependientes y parte de un sistema vivo llamado Tierra.

Llegó el momento de que la política sea vista como algo digno, que nos afecta, nos une y nos involucra a todas y todos, como conjunto, y no como un ámbito reducido, elitizado y privatizado, en donde algunos expertos o iluminados deciden sobre cómo tenemos que vivir y cuáles son las opciones existentes.

*Por Andrés Kogan Valderrama para La tinta / Foto de portada: Edgard Garrido – Reuters

Palabras claves: asamblea constituyente, chile, elecciones

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