Presencialidad en la segunda ola: las escuelas en la mira y la falsa batalla por la educación

Presencialidad en la segunda ola: las escuelas en la mira y la falsa batalla por la educación
20 abril, 2021 por Redacción La tinta

La presencialidad de niñes y jóvenes en las aulas está en boca de todo el mundo. Las disputas por sostener las escuelas abiertas encuentran tensiones desde diversos sectores estatales, pero, sobre todo, desde la presión social de familias objetoras, campañas mediáticas y la judicialización contra las medidas de un DNU de cierre por 15 días de las escuelas en CABA para frenar la movilidad y el aumento de los contagios que nos tiene al borde del colapso sanitario. Intentaremos, en esta nota, revisar cómo este conflicto porteñocéntrico impacta en el interior del país.

Por Redacción La tinta

Desde el comienzo de la llamada segunda ola y el aumento récord de casos, uno de los discursos más pregnantes fue que las escuelas no se cerrarían. Sin embargo, la virulencia de la pandemia hizo replantear algunos supuestos que se manejaron cuando iniciaron las clases. Lo más claro ante tanta opinología son las estadísticas de especialistas que analizan la curva de contagios y los impactos desde que se abrieron las escuelas, aun cuando se apliquen los protocolos previstos. Otro dato es poner el ojo en el comportamiento y las medidas en otros países. Porque, aunque muchos miren sus pupos, esto no nos pasa sólo acá. 

Ayer, lunes, fue un día complejo. En Mendoza, hubo paro por la muerte del docente de nivel medio Walter Din. En Córdoba, la semana pasada, Hugo Reyna, de 47 años, profesor de educación física de Morteros, también falleció por coronavirus y, si seguís scrolleando, aparecen varios fallecimientos más de colegas en otras provincias. “En el cole donde trabajo, una compañera de 58 años dijo hoy: no me quiero morir, ahora tengo miedo por mí”, se escucha en los pasillos y es que parece que, en esta segunda ola, el miedo se vuelve un poco más cercano entre personas más jóvenes. 

Pero el paro protagonista fue en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), tras la decisión de la Cámara de apelaciones de volver a clases presenciales, en contra del Decreto de Necesidad y Urgencia 241/2021, anunciado la semana pasada por el Presidente Alberto Fernández y que implicaba la suspensión de clases por 15 días para el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Al resto de las provincias, le sugirió evaluar y adherir a la misma medida -las únicas provincias que adhirieron al DNU son La Rioja, Catamarca, Formosa y Santa Cruz-. 

La Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo de la Ciudad de Buenos Aires redactó un fallo a favor de la presencialidad de las clases, al pronunciarse sobre una presentación hecha por organizaciones de docentes y familias contra el DNU del Gobierno Nacional. Horacio Larreta, jefe porteño de CABA, se opuso a la medida nacional y expresó: “No podemos elegir entre educación y salud, el desafío es buscar el bienestar integral. Mañana, los chicos y las chicas van a estar en sus aulas gracias a una sociedad comprometida con su futuro”.

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(Imagen: Xinhua)

Frente a esto, los sindicatos docentes porteños, UTE y Ademys, convocaron a un paro para el lunes y Sadop anunció que denunciará a propietaries de escuelas privadas que no cumplan con la suspensión de las clases presenciales. El acatamiento a la medida de lucha -que implicó no presencialidad y no virtualidad- fue contundente, superando el 90%, según estimó el gremio UTE. A eso, se le sumó el apoyo de numerosas familias con la decisión de no enviar sus hijes a las escuelas. 

El lunes fue escenario de otras noticias relacionadas: Rodríguez Larreta fue denunciado por su presentación ante la Corte Suprema y la Justicia porteña para retomar las clases presenciales durante los próximos 15 días en la ciudad; Carolina Stanley, por haber impulsado una acción de amparo que tramita en el Juzgado Contencioso Administrativo Federal Nº 9; por su parte, a Bullrich se la denunció por expresar su voluntad de presentar un recurso de amparo para dejar sin efecto también «las restricciones horarias a la circulación, las restricciones a ciertos rubros comerciales y deportivos».

Datos y estadísticas contra la opinología casera 

El investigador del CONICET, Rodrigo Quiroga, retomó en su Twitter el ejemplo de otros países -ya que tanto gusta a mucha gente tomar de ejemplo- y expresó: “Es simple, en Europa, cuando los casos explotan, las escuelas cierran. Sí, estuvieron abiertas… cuando tenían pocos casos. Francia, Italia, Portugal, Alemania, entre otros, cerraron escuelas para poder controlar la propagación de variantes más contagiosas”. 

El propio Quiroga comparte las publicaciones de Axel Rivas, Profesor y Director de la Escuela de Educación, Universidad de San Andrés. El investigador, especialista en políticas y sistemas educativos comparados, analiza en un hilo de la red social del pajarito el estado de la literatura científica sobre impacto del cierre de escuelas en reducción de contagios COVID y expone que no hay ningún sistema educativo nacional o subnacional que haya mantenido escuelas abiertas con más de mil casos cada 100 mil habitantes por semana -como ocurre en CABA ahora-. A esto, agrega que las nuevas cepas 2021 -Manaos y UK- son más contagiosas y virulentas, y que hay menos estudios porque son muy recientes. 

La semana pasada, la revista científica The Lancet publicó un artículo en el que se categoriza a las escuelas como “lugares de alta transmisión comunitaria”. Se advierte que, sin las medidas adecuadas, la presencialidad en las instituciones educativas contribuye a una velocidad de contagios por encima de uno en casi todos los escenarios. El artículo fue escrito por la epidemióloga Deepti Gurdasani de la Queen Mary University of London y su equipo, y publica datos de la Universidad de Warwick y del Imperial College de Londres. La información analizada sugiere al menos 30.000 muertes más por COVID-19 al reabrir las escuelas. «Reabrir en forma completa en un entorno de alta transmisión comunitaria sin una salvaguarda adecuada conlleva riesgos que privaran a les niñes de una educación y una interacción social otra vez, y agravará las desigualdades», expresaron lxs científicxs en la nota.

La judicialización de la educación, una derrota política: ¿quién gana con esto? 

¿Qué sentidos están en juego en la defensa de la presencialidad? La socióloga e investigadora del CONICET Sol Minoldo -que viene analizando esta emergencia sanitaria desde sus áreas de conocimiento- escribió en su cuenta de Twitter: “Suspender la presencialidad no equivale a suspender la educación. En cambio, la presencialidad obligatoria sí implica excluir a quienes elijan quedarse en casa en el contexto de mayor riesgo desde que llegó la Pandemia (…) Cuando la derecha defiende la presencialidad, incluso en nombre de les más pobres, ¿debemos creer que apoyaría una fuerte redistribución? ¿O será que en realidad no les preocupa tanto el aumento de la pobreza? O el colapso sanitario? O nada de nada?”.


Es una trampa caer en la falsa dicotomía de tener que elegir entre salud o educación. En Córdoba, donde Schiaretti no ha dado -hace tiempo- señales de pensar seriamente medidas contra el aumento de casos, la colonialidad porteñocéntrica aparece en el Patio Olmos caceroleando para que no cierren las escuelas. 


“Les especialistas en nadería que presionan por volver a las escuelas no tienen el más mínimo argumento pedagógico. Es decir, volver no importa a qué ni para qué”, expresó Orlando Nano Balbo en una nota y agregó que considera que la presión mediática viene motorizada por dos elementos principales: las presiones del mercado -ya que las actividades escolares mueven muchísimo dinero- y las escuelas como depósitos de les pibes. 

“Resulta una fantasía que las burbujas no estallen en el corto plazo, ya que cada sujeto en el aula (alumno y/o docente) participa durante el día de varias burbujas (escolar, familiar, del trabajo de sus padres, amigos que frecuenta fuera de la escuela, etc.), ¿qué se propone cuando una burbuja se pincha? Aislar a los integrantes de todas las burbujas que ni siquiera conocemos”, dijo el educador. ¿Qué ciudadanía y qué subjetividades construyen esta disputa en los pupitres y con un escenario donde el control, el miedo y el riesgo son el eje del debate y las prácticas?

Y, por casa, cómo andamos

Córdoba, Santa Fe y Mendoza son tres de las provincias con más alta circulación del virus. A pesar de la organización con burbujas rotativas, actualmente, son muchas las aulas cerradas, las burbujas y docentes en aislamiento. 

La UEPC viene solicitando, en el marco de lo planteado por CTERA, tanto al Ministerio Nacional de Educación y a los provinciales, pasar, de manera focalizada y temporalmente, a la virtualidad. El viernes y ante el aumento exponencial de casos que se viene detectando, la solicitud cobró el carácter de urgente y, refiriéndose a las medidas de restricción del DNU de Fernández, el sindicato señaló que “el Gobierno de Córdoba, llamativamente, no ha hecho ningún anuncio oficial: solo ha dejado trascender a los medios que mantendrá el esquema actual. Pareciera ser que la situación no amerita una explicación clara a la ciudadanía. Es tiempo de decisiones urgentes. Mientras el Gobierno Provincial siga incurriendo en dilaciones, priorizando el cálculo político basado en los números del cambiante humor social, nos acercamos con rapidez al abismo sanitario y a exponer a nuestra comunidad a una cantidad de decesos evitables. Queremos ser claros: no demandamos el cierre total de escuelas en la provincia, por el contrario, estamos solicitando que, con un criterio epidemiológico claro, se avance, por ahora, en un esquema de suspensión focalizada de la presencialidad educativa en aquellos distritos en los que las condiciones sanitarias lo demanden”, publicaron en un documento antes del fin de semana. 

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(Imagen: Télam)

Además, desde el gremio, volvieron a pedir que se acelere el ritmo de vacunación de la docencia cordobesa que hoy solo alcanza a un 30% de quienes están en actividad.  

Cacerolas y revolución de las mamis 

La antropóloga Mariana Chávez escribió en su muro de Facebook: “En las imágenes de reclamos en videos y la vía pública de apertura de clases presenciales de mi ciudad, se ven familias y empresas educativas de gestión privada. Probablemente, hay algunes que van a escuelas públicas, pero en las imágenes está lleno de niñes con sus uniformes. La disputa por la presencialidad de las clases en estos días es la forma de una disputa de clase. Este es el fondo, la tensión originaria que para no aparecer tan cruda, tan clara, tan clásica, emerge intentando construir la dicotomía educación en libertad -entendida como aislamiento de clase- vs. educación virtual -entendida como hacer lo mismo que todos, responder a reglas sociales-´. La educación en comunidad nos hace libres, no la defensa de los intereses individuales, porque la libertad se experimenta en la relación con otrxs, no en el aislamiento de clase. Eso no es libertad, eso es egoísmo”. 

A las manifestaciones en la vía pública caceroleando, sobrevino una militancia en las redes, un agite virtual que se condensó en la consigna “la revolución de las mamis”. Sí, pareciera un reload del movimiento con mis hijos no te metas en contra de la ESI en las escuelas y, sí, probablemente, es el mismo sector. Las demandas van cristalizando en otras, pero los trasfondos ideológicos tienen las mismas tramas y puntos de partida. No es novedad tampoco la apropiación de consignas y la politización reactiva que ha emergido en los últimos años. 

En varios posteos críticos, aparece la pregunta ¿y los papis? Queda develado un modelo patriarcal de división sexista del trabajo y la visibilización concreta de la aún persistente naturalización de las tareas de crianza y cuidados en las mujeres e identidades feminizadas. 

¿Qué implica esta revolución? ¿Qué preguntas por la educación trae? Consignas de cartón, ficciones narrativas de las redes que profundizan la famosa y fantasmal grieta. Empezaron en Buenos Aires, pero no tardaron en levantarse muchas mamis en grupos de Córdoba exponiendo la colonialidad del centro intacta, la agenda y la cancha marcada desde la sede donde todo pasa. Las mamis que ahora reclaman por presencialidad, ¿son las mismas que organizan cuando hay hambre o las que apoyan los reclamos docentes por mejores condiciones laborales? ¿Qué pedagogía(s) se disputa(n) en esta revolución? 

*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: La Voz.

Palabras claves: argentina, covid-19, educación, Paro docente

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