Mex, artista urbano: saberse laburante en el campo del arte
¿Cómo es el laburo en el arte? ¿Cómo es pensarse, saberse y proyectarse trabajadore artista? ¿Cómo se entretejen nuevas maneras de poner a circular lo que se hace? ¿Es la democratización del arte, de las artes, una realidad o una utopía? ¿Es posible ese paso del taller a la calle? Mex me hace pensar que sí y que todes estamos invitades.
Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta
¿Quién es Mex?
Mex nace en Misiones, pero vive en Córdoba desde 2006. “Mex es cordobés, uno elige el lugar de donde se es”, me dice apenas empezamos a charlar. Un poco por chicanera y otro poco por curiosidad, le pregunto: ¿y la tonada? Con inmensa determinación, me contesta: “Nací en Córdoba, elegí nacer acá. Mex es cordobés porque mi obra nace acá”. Es que me cuenta que su nombre y toda su trayectoria artística nacen en esta Córdoba a veces hostil, a veces encantadora…
“¿De dónde soy y quién lo decide? Yo represento a Córdoba. Me dio lo que soy, estudié en la universidad pública, es gratis y eso es importante. Y mi manera de devolver es pintar, pintar en la calle”.
Le pregunto de dónde viene su nombre, me cuenta que le pusieron “Mex” allá por los primeros años de cursado en la Facultad de Artes, que una compañera, por la tonada misionera, unida a su apellido (Zapata), le empezó a decir Mex por «el mexicano».
Así nace Mex, en una ciudad por elección -Córdoba-, en un espacio público de construcción de saberes y prácticas colectivas -la UNC-, y con un lenguaje singular que saca y pone de lo urbano parte de su esencia.
Mex nace en la calle, también: ¿desde dónde y cómo se piensa en su ser artista?
En esto de indagar de dónde viene Mex, le pregunto por sus primeros años acá y es en este punto donde empiezo a pensar cómo se construye en su ser artista, primero y por autodefinición: un laburante.
Mex nace quizás en la peatonal cordobesa, ahí por la Deán Funes cerca de la Av. General Paz, o quizás en la emblemática esquina de San Martín y 9 de Julio, donde, de noche, todo puede ser y muchas cosas pasan.
Me comparte que, cuando llegó, necesitaba autosustentarse, pagar el alquiler y todas las cuestiones que tienen que ver con la independencia de la vida adulta. Entonces, empezó a pintar retratos en la peatonal. “Algo que se vendiera rápido para pagar el alquiler”, dice. Recuerda que dibujaba las 24 horas del día, que eso le hizo ajustar la técnica para hoy poder hacer “lo que se le canta”. De día, trabajaba por la Deán Funes y, de noche, por la 9 de julio, vendía todo lo que hacía y laburaba por encargos mientras se debatía: “¿Voy a hacer lo que esperan de mí o lo que quiero? Y yo quería intentar hacer lo que quiero…”.
Viajó mucho pintando. Y mientras laburaba en la calle, empezó a ver colegas que trabajaban con aerosoles y fue ahí que se interesó por primera vez en el graffiti y lo callejero.
¿Quién es Mex hoy, después de tanto andar? “Yo soy un laburante al que le gusta la pintura. Soy grafitero y cordobés”.
Este posicionamiento que logran algunes artistas, esta manera de habitar la profesión y de pensarse como obreres de la cultura, contribuye a generar nuevas y genuinas formas de circulación de los bienes culturales. Más democráticas, más para todes.
En este sentido, Mex desarrolla tres líneas de trabajo que se retroalimentan y que acercan el arte a quien quiera mirar y, en el mirar, consumir.
Primero, es conocido por sus murales o, más bien, como él los describe: “Graffiti mural”. Sus obras forman parte del circuito de arte urbano de la ciudad de Córdoba y podés encontrarlas por el Parque de las Tejas, también por barrio General Paz. Fue seleccionado para reconocidos festivales de Street Art a nivel nacional e internacional dejando piezas de arte urbano en Chile, Perú, Brasil y Colombia.
Segundo, genera todo un proceso de lo que podríamos llamar “pintura-pintura”, no porque el arte callejero no sea pintura, sino por las características técnicas y dimensionales que utiliza. Porque como él mismo expresa: “No hay diferencia entre lienzo y pared, lo único que varía es la dimensión”.
Tercero, tiene toda una serie de obra en pequeño formato: serigrafías, prints, bitácoras, remeras, stickers, etc., que replican o generan nuevas imágenes en consonancia con todo su trabajo.
El artista define su obra como “caprichosa: hago lo que se me canta”, me dice, a la vez, que reflexiona sobre la implicancia del arte urbano como práctica política. Dice que es político porque es para todes. Como lo es para todes un print, un sticker, una remera que cualquiera puede comprar. Y agrega que el arte urbano, con toda su estética, es la vía que encuentra para que explote su pasión.
Un nuevo espacio de circulación del arte
En paralelo a la calle, Mex pone a rodar su obra en y desde las redes sociales, adueñándose de su estética. ¿Existe algo más democrático que el consumo de imágenes a través de las redes sociales?
El artista considera a las redes sociales como una verdadera forma de circulación de obra: “Quiero que mis imágenes circulen, poder interactuar desde ellas, que llegue a todos mi obra. Así como pienso en pintar un muro que la gente pueda ver, pienso en un print que cualquiera pueda comprar”.
Mex utiliza las redes para socializar su obra, comercializarla y promocionar, por ejemplo, los talleres que dicta desde hace varios años. Pero, sobre todo, las usa para interactuar con les espectadores. Un nuevo público, distinto. Ya no se trata de ese espectador solitario de museo o galería, sino de un público activo que responde una historia de Instagram, da un like, pone un fueguito, hace un comentario.
En consonancia con esta nueva forma de mostrar, la estética misma del artista toma símbolos del lenguaje de las redes sociales y los incluye en las pinturas -emojis, corazones, etc.- que vienen a dialogar con representaciones realistas de figura humana, retratos o animales.
Pone en tensión la propia cotidianeidad inmersa en la era digital, la ironía en la representación y le otre que mira y encuentra algo que le es propio, que es parte de su lenguaje y de sus prácticas comunicativas del día a día.
Un ejemplo es la serie Amor patético como una manera de ironizar el amor y las nuevas formas de comenzar/construir vínculos desde las redes. “Ese que se enamora y empieza a reaccionar patéticamente”, se ríe el artista.
Podés ver pinturas de Mex en el XL Mercado Vegano los fines de semana hasta fines de mayo, en el marco del Proyecto Abasto, espacio que nuclea artistas urbanos referentes de nuestra ciudad. También podés acercarte, con turno previo, a la inauguración de la muestra colectiva en la que participa junto con otres reconocides artistas del circuito cordobés, en Noctiluca.
Ambas propuestas vienen a funcionar como una manera de recuperar los espacios presenciales de circulación de las artes visuales, resignificando el valor del trabajo colectivo entre artistas, galeristas y gestores culturales, para crecer y reencontrase con todos los cuidados necesarios que amerita esta época.
*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta.