La Fuerza Oculta: conectar con el potencial creativo

La Fuerza Oculta: conectar con el potencial creativo
16 marzo, 2021 por Soledad Sgarella

Las propuestas artísticas abren posibilidades. Los cuatro elementos, las plantas y las fases lunares nos conectan al territorio donde vivimos y somos. Sanar y sanarnos colectivamente es urgente en este mundo pandémico e incendiado. Belén Fragueiro y Agustín Aromando nos cuentan, en esta nota, acerca del taller que brindan en Furia Mariposa: una invitación a conectar con lo intuitivo y la capacidad creadora, personal y colectivamente.

Por Soledad Sgarella para La tinta

Qué más hacer en esta tierra incendiada, sino cantar

Las artes han sido siempre puertas hacia la libertad, como cualquier lenguaje. Belén Fragueiro es psicóloga y se dedica al arte gráfico desde su perfil Martha Analógica. Agustín Aromando es músico y educador, además de fitoterapeuta en Bosqueyo. Ambxs han compartido recorridos vinculados a la salud, la docencia y el arte, y son lxs responsables de esta idea.

Desde los lenguajes corporales, visuales, musicales, podemos tocar y ensayar mundos posibles; recrear escenarios y buscar otras soluciones, jugar con el absurdo, atravesar el sinsentido, para después -quizás- encontrarlo. Encontrarnos con emociones de diferentes tintes, que van desde estados de ´iluminación´ y alegría total hasta frustración y nostalgia. Hay algo del arte como esta vía ´óptima´ para expresarse, sin tanto tapujo, represión o rigidez, sin racionalidad, todo absolutamente todo. Hay algo que puede suceder cuando, desde lenguajes artísticos, se invita a realizar alguna actividad y tiene que ver con el soltarse, con la espontaneidad, sin tanta mediación del pensamiento. Si sabemos cómo usarlo, puede ser un espacio donde no haya tanto control, donde no hay tanta escisión de unx mismx y de unx con un entorno”, dicen cuando les pregunto por qué trabajar desde el arte. Lxs talleristas hacen hincapié en que La Fuerza Oculta es una invitación desde la amorosidad, desde lo sensible: la música, las plantas siempre presentes, el intentar cuidar los detalles, las formas y los procesos.

La pandemia cambió las coordenadas de nuestra vida individual y colectiva. Irrumpió con la fuerza de un tsunami y nos cerró el mundo conocido. “Estamos atravesando un momento explosivo, lleno de ofertas y talleres de sanación de todo tipo. Hay una cierta búsqueda por lo espiritual en medio de una posmodernidad que se presenta como caos, pandemia y apocalipsis”, dicen Belén y Agustín. 

Lxs artistas agregan que -en este contexto- los discursos que apunten a fortalecer creencias, a construir tranquilidad y a llenar la insaciable búsqueda de sentido tienen cada vez más seguidores. “El problema, como todos los movimientos emancipadores que vamos viviendo, es que el sistema y el capitalismo pueden acaparar los sentidos, vaciarlos, manejarlos en lógicas en las cuales se manipula su origen. Aquí, cualquier atisbo de lo espiritual y la sanación, de lo terapéutico, queda vaciado de sentido, de genealogía, se transforma en un consumo más, muchas veces, desde miradas meritocráticas y enfoques individuales”.


La apuesta es a seguir construyendo espacios para encontrarnos desde lo singular y lo subjetivo, pero siempre ubicándolo -y ubicándonos- en un contexto, volviendo a la noción de territorio: ese territorio que somos, que habitamos, que transformamos, que nos transforma. “El cuerpo territorio, el cuerpo comunitario, la salud en términos colectivos: sana unx, sanamos todxs”, argumentan.


Los cuatro elementos, las cuatro fases de la luna 

Furia Mariposa es un espacio cultural autogestivo de Barrio Güemes, un centro de actividades comunitarias contrahegemónicas, feminista y antipatriarcal. Desde el sábado pasado, alberga a La Fuerza Oculta que consiste en 4 encuentros grupales, regidos por las 4 fases de un ciclo lunar. En cada jornada, se comparten actividades desde el arte, acompañadas por música y plantas, con el fin de conectar con el potencial creativo de cada uno de los 4 elementos (agua, tierra, fuego, aire). 

“Trabajar con los elementos es volver a la fuente creadora de todo: la energía de estos elementos, ya sea manifiesta u oculta, siempre está disponible para brindarnos conciencia y recibir sus enseñanzas. Los elementales se encuentran en todo lo que nos rodea, en todo lo que somos. En cada encuentro del taller, trabajamos con uno de los elementos, con el objetivo de reconocerlo en lo cotidiano y en el universo de posibilidades y creación que los mismos posibilitan. Cuidando y respetando la alquimia, las formas en las que nos acercamos a crear, a conocer, también presentes en los vínculos”, explican lxs coordinadorxs. 

El primer encuentro ya pasó y tuvo gran convocatoria. La sensación que queda es la de reafirmar el trabajo en equipo desde lo presencial, cuestión que -sabemos- convoca, reúne y aúna a lxs cuerpxs, sus energías y potencialidades. “Cada une aportó desde sus experiencias, historias, recorridos y realidades a la construcción de esta propuesta integral que invito a compartir y enriquecer desde lo genuino y espontáneo. Fue una enorme satisfacción ver cómo lxs participantes se entregaron a las consignas que implican el trabajo desde lo propio, desde lo intuitivo, donde el fantasma del bien o mal, correcto o incorrecto, no tenía cabida, pero que igualmente son consignas novedosas o arriesgadas para nuestra formación educativa que pueden también ser un gran desafío para la mente racional. La invitación a la libertad del ser y estar ha sido el motor del encuentro, acompañado de estímulos que guiaron e inspiraron la búsqueda de cada participante, donde nuestro rol e intención como talleristas fue la de acompañar esa búsqueda, con claras premisas de no condicionar con información. Realmente, fue un indicador de que hacen falta más espacios que inviten a conectar con el ser y la esencia, intentando desarmar el deber ser que nos condiciona y nos contrae en cada movimiento de búsqueda hacia una libertad emancipadora”, relatan -con gratificación- Belén y Agustín.

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(Imagen: Belén Fragueiro)

“Si bien hay pautas para cuidarnos y encausar el deseo y toda la creatividad que fluye como un río crecido, la cuestión es poder ir encontrando las piedras de las que nos podemos agarrar en medio de la crecida. Parar, respirar y hacer una pausa. Sentir que, dentro de la corriente, hay una decisión, una intención subjetiva, una misión personal que no hay descuidar… para así poder seguir nadando, pero sin ser arrastrado”, concluyen.

El cupo del taller está lleno, pero la demanda continúa y están pensando en la segunda edición, en armar también otra modalidad intensiva, para lxs que no llegaron a inscribirse ahora. Para la dupla tallerista, La fuerza oculta es esa conexión entre el campo del arte, el campo de lo terapéutico y de lo espiritual. Es una invitación a conectar con lo intuitivo. 

Es, sobre todo, integrar como apuesta colectiva, dejando de polarizar los caminos y convirtiendo la sanación personal en la necesaria y urgente sanación comunitaria.

*Por Soledad Sgarella para La tinta.

Palabras claves: Agustín Aromando, Furia Mariposa, Martha Analógica

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