Postporno: expandir el deseo, deconstruir el placer

Postporno: expandir el deseo, deconstruir el placer
17 febrero, 2021 por Julieta Pollo

¿Cómo es hacer cine postporno desde Córdoba? Bokluk es una productora local que propone una alternativa disruptiva: otras corporalidades y relatos en escena, a través de dinámicas y producciones transfeministas.

Por Ana Medero y Julieta Pollo para La tinta

La usual omisión de una perspectiva feminista y disidente alcanza todos los aspectos de la vida, y el género pornográfico en el cine no es una excepción. Heteronormado y falocentrista, el porno hegemónico reproduce una obtusa mirada de la sexualidad que subestima y limita el placer a la mera penetración y eyaculación de un hombre sobre una mujer. ¿El deseo del otre? Bien, gracias.

Postporno, porno feminista, neo porno… de los 80 a esta parte, los movimientos queer y transfeministas han desarrollado otras expresiones artístico-políticas ligadas al erotismo y la sexualidad. Más que acabar con el porno tradicional, proponen diversificar las propuestas, deconstruir el deseo y ponerle otras corporalidades al placer. Paul B. Preciado habla del movimiento postporno como «el proceso de devenir sujeto de aquellos cuerpos que hasta ahora solo habían podido ser objetos abyectos de la representación pornográfica: las mujeres, las minorías sexuales, los cuerpos no-blancos, los transexuales, intersexuales y transgénero, los cuerpos deformes o discapacitados. Es un proceso de empoderamiento y de reapropiación de la representación sexual«. 

En esta búsqueda, un grupo de estudiantes de la Facultad de Artes de la UNC inició un proyecto que hoy, tres años más tarde, se convirtió en una productora cinematográfica postporno que resignifica el género y la dinámica de trabajo desde Córdoba capital. Bokluk -que significa basura, lo que se descarta, lo que ya no sirve- aborda la temática postpornográfica desde el campo performático y la perspectiva audiovisual.

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(Imagen: Bokluk)

¿Qué es el postporno para Bokluk? “La transparencia de poder. En el porno, vemos siempre el poder, pero no está ese consenso. Yo poseo a tal contra su voluntad, no está todo ese juego explícito. Nosotras lo que hacemos es jugar con el poder, pero con total explicitud. Jugamos con una total transparencia del poder”. 

Les tres integrantes de la productora postporno con quienes charlamos coinciden en que el único límite en Bokluk es el consenso. “No importa qué te gusta: si está consensuado, vamos por eso. Hablamos de un consenso sin drogas ni condicionamientos, que se va construyendo desde una escucha en todas las etapas del proyecto. Incluso con los derechos de tu imagen una vez que el material está terminado, vos podés decir No hasta el último momento”. 

Cuerpos deseantes, cuerpos deseables

Apartándose del porno aséptico y mecánico, Bokluk enfoca los relieves, las texturas, los ritmos; pondera la geometría de los cuerpos que se encuentran, sin dejar de lado el detalle nasty, torpe, humano. Desplazando la genitalidad del centro de la escena, construyen un espacio donde el erotismo puede desplegarse a sus anchas, sin cronómetros ni desenlaces forzados: «Trabajamos mucho con la autenticidad de lo que está pasando, ese sudor, y también con esta intención de sexualizar todo el cuerpo, poder mostrar otros lugares y situaciones que son placenteros. Nuestro objetivo con nuestros videos no es que la persona llegue sí o sí al orgasmo, por ahí no llega, pero la sexualidad existe igual. Se sexualizó el ambiente, existió un erotismo, ese es el punto”. 

En Bokluk, no hay casting ni restricciones sobre quiénes pueden participar o de qué manera abordar el deseo. Cualquiera puede hacerlo. “No hay un filtro por capacidades, cuerpos o lo que sea. Somos personas simplemente, identidades, y lo único que necesitás para ser parte es que te pinte hacerlo. De una que el postporno rompe estereotipos, pero no categorizamos (más bien es el porno el que categoriza cosas como ‘mujeres grandes’, ‘big tits’, ‘MILF’, etc.)”. 

¿Cómo registrar una experiencia postporno desde el cine? ¿Cómo acompañar el juego y el desborde con la cámara o la caña en mano? ¿Cómo se filma una postporno? La respuesta parece estar al comienzo, en el planteo de una dinámica feminista, una escucha general.

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(Imagen: Bokluk)

“El cine tiene la posibilidad de crear un mundo nuevo y, con todas las herramientas que hay, podemos fantasear y trabajar en conjunto la idea. La creación de esa idea de la mano de la performance, el teatro, el cuerpo, el diálogo, hace que sea una escucha general. Yo quiero explorar determinado placer, quiero llevarlo a este plano, entendiendo que tengo todo un ambiente preparado para que eso pase. El trabajo del colectivo, desde lo técnico, se encarga de que sea un espacio cómodo para habitar. El lugar está para que la persona sea de la manera que quiera ser y juegue como quiera jugar. No existe toma 1, toma 23. Es lo que está ahí y con los tiempos en que se genera. Entonces, como equipo, tenemos que tener esa apertura también”, aclara una integrante de Bokluk y su compañera completa la idea: “Jugamos con la realidad y la autenticidad, y por eso nuestras producciones son de tanto tiempo. Nos interesa la autenticidad, no un pito que entra en una concha seca solamente para tener una buena toma y poder venderlo. Queremos que realmente ese cuerpo esté sintiendo para poder plasmar lo que es postporno. Y para eso laburamos mucho previamente: los ensayos son también para conocernos, respirar juntes, meditar, ejercitarnos. Toda una cuestión artística hermosa que hay detrás de cada obra que se logra”.

Festival de Cine Postporno

El que quedará en nuestro imaginario como el año de la pandemia significó para la productora tener que postergar fiestas, encuentros de cine debate y otras actividades que organizaban para generar un encuentro con el público y poner a circular sus producciones. Como tantas otras iniciativas autogestivas, Bokluk tuvo que reinventar sus formas. Por un lado, están trabajando en la creación de un sitio web que les permita salir un poco de Instagram -que censura su contenido todo el tiempo- y compartir sus materiales audiovisuales completos. La idea es que, mediante la web, se pueda generar un ida y vuelta con les usuaries y comenzar a recibir una remuneración por su trabajo: “El objetivo de la página es vender nuestro contenido y el de les artistes que trabajen con nosotres, sustentarnos como productora y seguir apostando a la autogestión”, resumen.

También se puede acceder a su material a través de Vimeo -sin censura- y de Twitter, que les permite subir contenido sin tanto riesgo de censura o baneo como el que viven en Instagram. Desde Bokluk, explican: “Instagram es con la que más trabajamos, pero también con la que más hemos estado peleando porque las normativas no nos benefician: a Instagram no le convenimos les sudacas, menos todo este movimiento y menos aún gente que esté criticando la alienación. A nosotras nos han bajado publicaciones en las que hablamos y donde no se ve ni un hombro. Tiene que ver con que estás discutiendo políticamente las sexualidades”.

Además de la creación de su página web, desde la productora, están organizando el Festival de Cine Postporno, previsto para este año. “No sabemos la fecha exacta aún porque todavía estamos hablando con productoras y gente con la que intentamos expandir redes. La idea del festival es justamente encontrarnos con toda la gente que está trabajando en postporno, nuevo porno, neoporno, porno feminista… hay muchas líneas de porno actual y queremos encontrarnos para visibilizarnos y unirnos”. La invitación a participar del Festival de Cine Postporno incluye el envío de material audiovisual: la convocatoria está abierta y se pueden enviar producciones audiovisuales de todo tipo a aboklukaudiovisual@gmail.com. 

“Realmente, lo que hacemos lo pasamos por el cuerpo, lo cuestionamos, habitarnos en la incomodidad. Lo llevamos a nuestras vidas y nos trae un montón de vivencias. Nos exponemos todo el tiempo a esas críticas que van del nivel social al nivel familiar. Hoy en día, hasta algunos sectores del feminismo critican el trabajo sexual, es un movimiento artístico que apuesta a una transformación social, política y cultural”.

En lugar de censurar el porno, hay que hacer uno mejor.

*Por Ana Medero y Julieta Pollo para La tinta. Imágenes: Bokluk.

Palabras claves: Bokluk, Cine, pornografía, Postporno

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