De pasiones políticamente incorrectas para algún feminismo

De pasiones políticamente incorrectas para algún feminismo
26 noviembre, 2020 por Redacción La tinta

Por El Telar. Comunidad de Pensamiento Feminista Latinoamericano

Parece que ya no se habla de la deconstrucción como un proceso inacabado o que algunes se olvidan que no nacemos feministas. Parece también que algunes aprendieron teóricamente el significado de la palabra Interseccionalidad, pero que aún sigue costando llevarla a la práctica hasta en los análisis de cuestiones tan cotidianas como la muerte de un ídolo popular.

Vamos a comenzar preguntándonos…

¿Se puede admirar a una persona que no es exactamente el modelo de sujeto que esperamos desde nuestras fantasías perfeccionistas? ¿Se puede querer a alguien aceptando las contradicciones, especialmente de nuestrxs referentes a quienes juzgamos como si no fueran humanxs? ¿Existe alguien que se ajuste hoy a las aspiraciones justas, hermosas, de los feminismos que soñamos? ¿Será que los feminismos pueden respetarse en su pluralidad de modos de pretender el cambio social? ¿Será que podremos dejar de unir toda práctica de violencia como patológica y comprenderla como emergente de una estructura social que es más grande que un individuo?
Vos, ¿podés sentirte ajenx al dolor que hoy atraviesa el mundo entero?


De una cosa estamos seguras: un Pueblo no olvida a quien lo hizo feliz. Y la felicidad de un Pueblo, para nosotrxs, no se cuestiona. Tampoco la tristeza.


Elegimos no separar las emociones y pasiones de nuestras construcciones intelectuales. Ya sabemos que esa práctica es colonial, patriarcal, capitalista y adultocéntrica.

Elegimos construir desde nuestros cuerpos-territorios, que están indudablemente entretejidos con la memoria colectiva popular y con el sentimiento de amor y alegría compartidas.

Si llegaste hasta acá, te contamos quién era Maradona, el Diez, el Diego, D10S, el barrilete cósmico para algunas de nosotras…
Seguro te estás cuestionando, ¿se puede ser feminista y maradoneana? Nosotras decimos que se puede, si discutimos argumentos y respetamos sentimientos.

Vamos con lo obvio, el 10 era machista. Sí, el Diego era violento, sí, Diego tenía hijes sin reconocer y novias mucho más jóvenes que él… sí, Maradona representaba muchos aspectos de la masculinidad hegemónica que intentamos deshabitar, transformar y terminar desde los feminismos para vivir una vida sin violencias.

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(Imágenes: Leandro Mastronicola y Luciano Di Costanzo para Emergentes)

También el Diego no careteaba nada, te decía sus verdades en la cara, no venía de aliade feminista ni de referente de nada en lo sexo-afectivo.Los medios cubrían su vida y conflictos sin reparo, y Diego no reflexionaba ni opinaba sobre el tema. Diego era un tipo más del montón en ese ámbito, como los que te cruzás a diario…sí, el machista de mierda que no paga la cuota alimentaria de lxs pibes.

Pasa que el Diego era más que eso, eso sentimos las feministas futboleras, para quienes Maradona, como para el mundo, era el lujo histórico que vivimos en el deporte…el arte de la cancha artesanal, el potrero de barrio. Diego peleaba la pelota hasta la muerte.
Maradona es algo más grande que lo que venimos enumerando hasta acá.

Representaba la rebeldía villera, el amor a la camiseta, la patria, la defensa de la soberanía nacional, el rechazo a los poderosos de este país y del mundo.


Un pibe de una familia pobre que puso el nombre de su villa en los diarios del mundo y ya no para referirse de manera despectiva ni estigmatizante. Las villas ahora podían ser cunas de ídolos. ¿Te parece poco? ¿Se entiende un poco más la tristeza de un Pueblo entero?


Maradona excede el fútbol porque se metía en política, se tatuaba al Che, militaba con las abuelas y madres de Plaza de Mayo, nos acordamos cuando dijo estar “a muerte con Hebe de Bonafini» y “Yo no quiero morirme sin saber qué pasó con (el atleta) Miguel Sánchez y los 30 mil desaparecidos».

Diego amaba a Fidel, a Cristina, a Evo y a lxs presidentes que representaban un quiebre con el neoliberalismo de muerte.

Era un tipo del pueblo, un drogadicto para lxs moralistas, el “negro de mierda que quiere más”, el cabeza que va a la playa y que se compra las mejores zapatillas… ese que odia el medio pelo argentinx.

Y eso es algo que no se les perdona a los pobres: que cuando ganan plata, la disfruten, la gasten; tengan deseos y los cumplan.

Maradona era sobre todo un pibe de villa Fiorito que idolatraba a su vieja, por quien se tatuó la leyenda “Tota te amo”, «acordate que con la madre no se mete nadie», «contra toda autoridad menos mi mamá». El 10 amaba a su papá, comía ñoquis con devoción… amaba a sus hijas, con sus contradicciones, y a su nieto.

Diego era un villero: «Yo soy y seré villero toda mi vida, y estoy orgulloso de haberme desenvuelto como un villero en un mundo donde todo el día te quieren llevar por delante. La villa la llevo en el alma y no me la van a poder sacar nunca de ahí, aunque lo intenten», cita de una entrevista de la revista La Garganta Poderosa.

Lo que duele es que un villero se haga millonario, y lo disfrute, que un pobre tenga conciencia de clase y no tenga miedo de gritarlo.

Diego era un ídolo de los quemados, un espejo donde podían mirarse lxs desposeídxs del mundo. Maradona no se jactaba de su riqueza, al contrario, se subía al tren contra el ALCA, te decía cabeza de termo, nos acordamos de su frase cuando llegó Rodrigo Bueno a la Habana y nos regaló el mejor término popular de estos años, incluso hablaba de impuesto a los que más tienen en los 90. No le besaba el anillo al papa.

Fue el pibe que se fue al Nápoli rechazando al Barcelona y se hizo más que dios, el dios obrero: «Siempre viví en un barrio privado… privado de agua, privado de pan, privado de carne. Sin embargo, nada de lo que puedas conocer, ni la Torre Eiffel ni el Vaticano, van a ser tan lindos como la casa donde viviste tu infancia. Para mí, en Fiorito, todo era libertad».

Diego fue el tipo al que sacaron del fútbol en el 94 con una impunidad terrible, le destruyeron la vida y nos cortaron los sueños… pero él siguió soñando, soñó con Chávez, con Cuba, con la revolución para que la tortilla se dé vuelta de una buena vez.

Nos dejó a los 60 años, todavía tenía muchos goles que clavar al ángulo y muchas frases memorables… Hasta nos animamos a decir: te queremos, Diego, nos duele el cuerpo y ya te estamos extrañando.

¿Podemos ser feministas y maradoneanas? No nos importa la respuesta, solo sabemos lo que sentimos…

No vamos a soportar chicanas, corridas por izquierda, que pretendan dar cátedra de feminismo, ni vamos a permitir las yuteadas a la tristeza de todo un Pueblo.

Hoy, el mundo está llorando. Respetemos eso.

*Por El Telar. Comunidad de Pensamiento Feminista Latinoamericano / Imagen de portada: Leandro Mastronicola y Luciano Di Costanzo para Emergentes.

Palabras claves: Diego Maradona, Feminismo popular

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