«Sus llantos ahora son nuestros gritos»

«Sus llantos ahora son nuestros gritos»
28 agosto, 2020 por Redacción La tinta

Conversamos con Daniela Oviedo, integrante de la Asamblea Ni una Menos Córdoba y Feministas cannábicas, que es cuidadora y acompaña a una adolescente en una causa por abuso intrafamiliar. Se desconoce la realidad de los derechos de niñes y adolescentes víctimas de abuso sexual.

Por Redacción La tinta

El miércoles 26 de agosto, la Asamblea Ni Una Menos Córdoba, el Colectivo Nacional de Visibilización del Abuso Sexual en las Infancias (ASI), la Madres Organizadas ASI NO (Capilla del Monte), AFCAMI Córdoba y Fundación Vínculos Saludables convocaron a una marcha en Córdoba Capital y Capilla del Monte para reclamar por los abusos sexuales hacia las infancias y adolescencias, denunciando la responsabilidad de la Justicia y del gobierno provincial.

“Somos madres protectoras que, junto a padres, profesionales de la psiquiatría, el derecho y la psicología, luchamos por los derechos de los niños, niñas, niñes y adolescentes (NNyA) víctimas de Abuso Sexual en las Infancias (ASI). Somos adolescentes y mujeres sobrevivientes de ASI que hemos logrado ponerle voz y palabra al abuso. Somos activistas y organizaciones comprometidas con la lucha por infancias libres y sin violencia, y por los derechos de NNyA”, explicaba la gacetilla de la actividad.

Hoy, en la provincia de Córdoba, el Poder Judicial en su conjunto -jueces, fiscales, peritos oficiales y de parte, organismos técnicos y también algunos abogados- es responsable de la gravísima situación a la que se enfrentan muchas familias. La última estadística difundida acerca de la actuación del Ministerio Público Fiscal en 2018 evidencia la realidad que se vive en Córdoba: de los 2471 sumarios abiertos por abuso y violación, 567 son de niñes y adolescentes menores a 12 años, y sólo el 3,8% (95 causas) fueron elevados a juicio.

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(Imagen: La tinta)

Conversamos con Daniela Oviedo, madre de 2 niñas y cuidadora de una adolescente a quien acompaña en una causa por abuso intrafamiliar, quien, además, integra la Asamblea Ni una Menos Córdoba desde 2018 y Feministas cannábicas desde 2017.

Uno de los reclamos más fuertes es denunciar la aplicación del falso Síndrome de Alienación Parental (SAP) como argumento en este tipo de causas. El SAP se trata de invertir la carga de prueba sobre la víctima y no sobre el victimario, intentando culpabilizar a les xadres -a une de elles- como el artífice de una historia que niega la veracidad de lo que les niñes denuncian como abusos o acosos. “Cuando vas a denunciar como madre, cuidadora o xadre algún hecho delictivo sobre la violencia sexual y física de tu hije, y lo que hacen es terminar investigándote a vos, poniéndote bajo la lupa y cuestionando tus métodos y utilizando hasta la mínima cosita en contra tuyo”, explica. De esta manera, hacen que se invaliden los testimonios atribuyendo sugestionabilidades adultas sobre el relato de les menores, aludiendo que la preocupación de les padres o de la madre influye sobre el relato, lo que llaman fabulaciones adultas. Esto descalifica el relato de les niñes: “Se vuelve a usar el término confabulación, uno de los trucos más viejos utilizados en la Justicia de Córdoba para tratarnos de locas a las cuidadoras o madres y xadres. Dicen que manipulamos, incidimos, extorsionamos o tenemos acuerdos con les menores para que mantengan o sostengan durante un periodo prolongadísimo, como es una investigación de estas, un falso testimonio. Es imposible teniendo en cuenta que, a veces, por ejemplo, hay niñes de 3 años involucrades en estos procesos”.

Denuncian que se presta más atención a “cómo” habla la víctima que a lo que dice, tanto en forma directa como a través de su entorno (madre, padre, familiares cercanos, terapeutas). Se desconoce la realidad de NNyA: no hablan de lo que no conocen, no pueden -aún cuando alguien quisiera convencerlos- reproducir una y otra vez episodios que no han vivido. Sus cuerpos hablan. Los NNyA no mienten, las madres tampoco. Se prioriza en los informes la búsqueda de elementos que le permitan sostener al perito la “inexistencia de indicadores suficientes” y, con ello, que les Fiscales archiven las denuncias, negando el derecho de NNyA a la Cámara Gessel.

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(Imagen: La tinta)

Este accionar sistemático vulnera una y otra vez los derechos de NNyA, violentando distintos artículos de la “Convención de los derechos de niños, niñas y adolescentes”, tales como el art. 3 que establece el interés superior del niño como principio rector; el art. 12 que indica el derecho a expresarse y que su opinión sea tomada particularmente y el art. 19 que contempla el derecho de NNyA a vivir libres de todo abuso y violencia.

El pasado 8 de julio, madres, padres, adultos protectores, profesionales y colectivos de visibilización presentaron una denuncia ante la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), solicitando su inmediata intervención y exigiendo la tutela de los derechos de NNyA de Córdoba. A la fecha, no han recibido ninguna respuesta del organismo. Daniela cuenta que “se pide en nombre de les niñes y adolescentes que tomen cartas en el asunto desde la SENAF respecto del falso SAP, por ejemplo, aplicado en la fiscalía de Alicia Chirino y en la de Ingrid Vago, en las que se niega e ignora la palabra de les niñes. La SENAF puede hacer acciones concretas. Es un ente autárquico que puede pedir el apartamiento del equipo técnico o, inclusive, la suspensión o destitución de los Fiscales. No hemos sido escuchades”.

La marcha del miércoles tenía enormes expectativas, cargaban mucho nerviosismo desde la organización y un dolor atravesado en la garganta. “Fue muy emotiva. Tuvimos que ser lo más fuertes posibles, seguir ahí firmes con todo el dolor que implica. Te quebrás en un momento, pero estamos por una causa mucho más importante. Jamás hubiera imaginado la magnitud del impacto que tuvieron las palabras de las víctimas, de las madres y el canto y el grito unánime de la gente pidiendo basta de SAP”, concluye Daniela.

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(Imagen: La tinta)

*Por Redacción La tinta.

Palabras claves: abuso infantil, abuso sexual

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