Es llamativo que no nos adjudiquemos la invención de la pelota moderna
«La Superball» es un film que rescata la historia del invento que permitió el desarrollo del fútbol moderno: la pelota con válvula y costura invisible. La película toma el nombre de la creación que revolucionó al mundo, pero, sobre todo, a un pueblo del interior del país: Bell Ville. La tinta habló con su director, Agustín Sinibaldi. Desde el 18 de agosto, estará disponible en la plataforma Cine.Ar.
Por Gonzalo Reyes para La tinta
Hasta los años 30, la pelota de fútbol no era completamente redonda: tenía un tiento o cuero que la cerraba, picaba mal, era muy pesada y dura. «Antes de este invento, la pelota dificultaba el juego en lugar de favorecerlo», nos dice Agustín Sinibaldi, director de la película «La Superball», que rescata la historia de un hito del fútbol moderno que tuvo como escenario al pueblo de Bell Ville.
El film de VacaBonsai Colectivo Audiovisual se estrenará este martes 18 de agosto a través de la plataforma Cine.Ar Play, el sitio de streaming a demanda del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
El proyecto, que comenzó a filmarse en 2017, no se queda solo en la historia de la invención de la pelota «con pico y costuras invisibles», sino que también cuenta cómo definió el destino de un pequeño pueblo del interior del país desde ese momento y hasta el día de hoy, un siglo después. «Yo soy bastante futbolero y me enteré de esta historia unos años antes de encarar este proyecto», nos confiesa Sinibaldi en la previa al estreno.
La tinta: —¿De qué habla «La Superball»? ¿Es algo más que la historia de una pelota? ¿Qué buscaron contar ustedes, les realizadores, a través de esta peli?
Agustín Sinibaldi: —La película tiene como punto de partida el invento revolucionario que tuvo lugar en Bell Ville en 1931, que consistió en sacarle el tiento a la pelota de fútbol. Hasta entonces, era deforme, pesada, muy dura y su costura hacía que picara mal. En definitiva, antes de este invento, la pelota dificultaba el juego en lugar de favorecerlo.
Este invento de la válvula moderna y la costura invisible dio lugar a la fundación de una fábrica. El novedoso diseño de la Superball comenzó a tener gran éxito en el fútbol local y, luego, en las ligas del mundo. Así, empezó a crecer una industria del fútbol en Bell Ville hasta transformarse en una gran fuente de trabajo e identidad en la zona. Desde entonces, estas fábricas tuvieron que soportar el derrotero de las diferentes políticas de los gobiernos democráticos y no democráticos en casi 100 años.
Ese es el camino que desandamos en la película. El invento de la Superball termina siendo una excusa para reflexionar sobre cómo nos relacionamos con nuestras industrias, nuestros talentos, nuestros inventos y cómo todo eso se afecta con la irrupción de firmas trasnacionales en los pueblos del país.
LT: —¿Cuán importante fue este invento en la historia de Bell Ville y en la vida de sus habitantes?
AS: —Para nosotros, fue un invento que determinó al pueblo. Cuenta la leyenda que, hace unos cuantos años atrás, uno iba a Bell Ville y se encontraba con niños y abuelas cociendo pelotas abajo de un árbol, tomando mates y escuchando la radio. Prácticamente, todo el pueblo trabajaba directa o indirectamente en la fabricación de pelotas de fútbol.
Hoy, la pelota sigue siendo un elemento de identidad muy fuerte en los bellvillenses. Tienen desde un festival hasta un monumento. Es un símbolo. Pero, hoy, las fábricas que siguen existiendo han quedado relegadas a un segundo plano en cuanto a su importancia en la economía de la ciudad.
Las importaciones, el ingreso de multinacionales, la falta de apoyo estatal y las pocas posibilidades tecnológicas de estar a la altura de la competencia hicieron que la industria local quedara como una actividad artesanal. Cuando conocés la historia, te quedás con la sensación de que podría haber sido algo mucho más grande de lo que fue.
Actualmente, conviven las dos realidades: por un lado, en un plano simbólico, está la importancia de la pelota que se explota como hecho turístico y, por otro lado, está la realidad de las fábricas que sobreviven y les cuesta competir contra las importaciones.
LT: —Durante la gestión de Mauricio Macri, algunas fábricas entraron en crisis luego de que YPF pasara a comprar pelotas importadas de Asia. ¿En qué situación se encuentra hoy la fabricación de pelotas en Bell Ville?
AS: —El gobierno macrista perjudicó y acentuó la crisis de la pelota. Lo de YPF, comprando pelotas al sudeste asiático cuando tenemos una industrial local, fue un ejemplo claro de las políticas públicas que ha recibido este sector.
Pero, más allá de esta última gestión nacional, se necesita un apoyo real que no ha tenido en las últimas décadas. Por ejemplo, se podrían comprar pelotas locales para las divisiones de ascenso de AFA. Pero eso no se contempla ni siquiera hoy.
En la zona de Bell Ville, actualmente, es una industria secundaria frente al negocio agropecuario. Es un sector que emplea a muchas personas, pero la mayoría de manera informal. Subsisten con una estructura mínima. Es una industria que pide a gritos mayor apoyo del Estado, control de importaciones y que se le dé un lugar dentro de la industria deportiva nacional.
LT: —Siendo un país tan futbolero, ¿pensás que le hemos dado la relevancia merecida a la invención de la Superball?
AS: —Nos llamó mucho la atención de que se tratara de una historia tan poco conocida. Yo soy bastante futbolero y me enteré de ella unos años antes de encarar este proyecto.
Tomé nota de la Superball al leer el libro El fútbol a sol y sombra de Eduardo Galeano. Allí, tiene una página dedicada al invento. Pero, después, es un hecho muy desconocido para un país tan futbolero, tan orgulloso de sus éxitos en este deporte. Es llamativo que no nos adjudiquemos ser les inventores de la pelota de fútbol moderna.
Probablemente, si esta historia hubiese nacido en Buenos Aires, sería diferente. Pero es oriunda de un pueblo del interior. Ojalá la película sea una oportunidad para instalarla en la memoria de les futboleres.
LT: —¿Qué es la pelota de fútbol para vos?
AS: —La pelota es un elemento que, en la infancia, significa un montón. Es un objeto de juego y de socialización. Creo que es un juguete importantísimo en la vida de cualquier chica o chico, tanto de este país como de cualquiera.
Es un elemento que necesita de muy poco. No requiere de tecnología para tenerla. Como dice Mario Kempes en la película: «Con unas medias atadas, con una bolsa, con un bollo de papel… con cualquier cosa podemos jugar al fútbol».
Al final de cuentas, no es tan importante si la pelota es de buena calidad o mala, si es cocida a mano o Adidas. Lo esencial es tener algo para patear y divertirse.
Creo que está buenísimo valorar la pelota por todo eso y, a la vez, bajarla de ese pedestal de endiosamiento que a veces tiene. Es necesario entenderla como un elemento que nos constituye como personas, saca a les pibes de la calle y también les hace ocupar las calles, haciendo algo hermoso: jugar con un elemento súper sencillo.
*Por Gonzalo Reyes para La tinta