#SomosPlurinacionales: Uruguay

#SomosPlurinacionales: Uruguay
3 julio, 2020 por Redacción La tinta

Por Redacción La tinta

Somos plurinacionales y nos reconocemos hermanes en el Abya Yala. Creemos que todas las voces nos construyen en los feminismos que somos. En medio de una pandemia que nos quiere individuales, dispersas y aislades, nos tejemos evadiendo las fronteras patriarcales y ponemos a circular relatos de organización y resistencia. En esta entrega, algunos trazos de lo que está pasando en Uruguay.

A poco tiempo de la asunción de un nuevo presidente en Uruguay, con tinte diferente a sus antecesores y con una promesa reaccionaria, llegó la pandemia. Al parecer al «paisito» le pasó por “el costado” la situación mundial y el gobierno tomó medidas flexibles, pese a las recomendaciones internacionales.

Conversamos con Mariana Menéndez, integrante del Colectivo feminista, antipatriarcal y anticapitalista Minervas, quien nos introduce en la realidad uruguaya desde los feminismos.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

—Hace unos meses, triunfó en elecciones un gobierno de derecha. ¿Cómo se combina este ascenso de Lacalle Pou, y todo lo que trae, con el contexto de pandemia?

—Sí, asumió el 1 de marzo de este año, luego de 15 años de gobiernos progresistas, asumió una coalición de partidos de derecha. Han sido meses muy difíciles, mucha gente fue enviada al seguro de paro, otra tanta que vive del día a día, se quedó sin ingresos. El #quedateencasa era un quedate en casa como puedas. Se recarga sobre los hogares aún más el sostén cotidiano y se da por sentado que el hogar es un lugar seguro, pero no lo es para nosotras ni para las infancias. A diferencia de otros países, aquí, el confinamiento no fue compulsivo.

En medio de todo esto, se está aprobando en el parlamento una Ley de Urgente Consideración que implica más precarización entre muchas otras medidas bien neoliberales. Por otro lado, diez días después del 8 de marzo, el espacio público fue tomado por voces masculinas, por políticos y expertos. Ellos decían qué había que hacer y nosotras y nosotres sosteníamos la crisis de reproducción y de cuidados. También algunos discursos más reaccionarios y conservadores se han sentido más habilitados, por supuesto que nosotras somos de las primeras en ser el objeto de sus disparates.

—Entendiendo que este contexto afecta los derechos básicos y deja de relieve y profundiza lo que ya existía, ¿cómo están ustedes como feministas viviendo este momento?

—Cuando recién comenzaba esta situación, necesitamos espacios de compartir para ir entendiendo, el 8 de marzo nos habíamos movilizado miles y, menos de diez días después, llegó el #quedateencasa. Está siendo difícil digerir, ir entendiendo las nuevas dinámicas y la continuidad de muchos problemas que nosotras ya veníamos nombrando. También hicimos un mapeo de problemas entre varias experiencias y, obviamente, hay una diversidad de situaciones, pero hay cuestiones que insisten, por ejemplo: la intensificación del trabajo doméstico y de cuidados, sobre todo, entre las que tienen hijxs pequeñxs, el problema del teletrabajo en medio del trabajo reproductivo, el sostén emocional de nuestros vínculos, la disminución de los ingresos, el aumento de la violencia, entre otros.

También hemos continuado con nuestros procesos organizativos, se han hecho acciones en la calle para el 1 de mayo y también alertas feministas ante los últimos feminicidios. Las tramas feministas están siendo para nosotras un lugar de importantísimo sostén, en todos los sentidos.

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Imagen: El Salto Diario

—La crisis planetaria actual por la pandemia dejó en evidencia la importancia de la reproducción de la vida y los cuidados, ¿cómo se traduce esto en lo concreto, tanto en las políticas de gobiernos y en las resistencias del pueblo?

—Me vienen a la cabeza tres situaciones que, para mí, fueron significativas. La primera es de varios hogares de ancianas y ancianos donde algunos se contagiaron. Eran lugares invivibles, luego, pasaron meses sin ver a sus familias. Así esta sociedad trata a sus viejxs. La otra en un reunión virtual con algunas compañeras, una dice: “Esto parece un laboratorio del patriarcado, me pusieron a teletrabajar y a trabajar en la casa todo el día y todo mezclado”. La última es un relato de otra compañera que trabaja en la salud, que decía que no había ningún cuidado para las trabajadoras de la limpieza y las administrativas no podían usar tapaboca porque no era estético.

Durante este año, hemos construido una lengua política que logra nombrar todas estas problemáticas y conectarlas, una crisis de reproducción que hoy se agrava y, a la vez, se hace más evidente. La atención en salud, ¿desde qué concepción de salud? Cómo profundizamos también nuestro propio autocuidado, qué debemos exigir. La alimentación, la vivienda, el agua, la educación, la precariedad de la vida en todas sus dimensiones.

La pregunta que nos haría es qué luchas reproductivas estamos dando y cuáles debemos emprender, desde este convencimiento de poner la vida en el centro. Y todo lo que eso implica en términos de cómo pensamos el transformar.

—¿Cuáles creés que son los desafíos que nos posibilita este contexto y dónde está puesta tu esperanza hoy?

—Esta pregunta sí que es difícil. Creo que lo que te decía de las luchas reproductivas es parte de los desafíos, también cómo profundizar las tramas. Estoy tentada a decir que vivir es nuestro desafío, seguir vivas, ya lo veníamos diciendo, vivas y libres nos queremos, y está ahí la pregunta también de ¿qué es una vida vivible? Hemos luchado mucho estos años y aprendido mucho también, mi esperanza está ahí, en la fuerza que cultivamos, y que sepamos tejernos en las diferencias y hacer común.

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*Por Redacción La tinta / Collage de portada: Angela Camacho – @thebonitachola.

Palabras claves: feminismo, SomosPlurinacional, Uruguay

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